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El tiempo pasa tan rápido que en estos seis meses de trabajo intensivo no he tenido tiempo ni para pintar, ni para escribir. La maleta de Lucy van de un lugar a otro. Hasta hoy me doy cuenta que la joven que sale de las oficinas de los arquitectos, la que me pidió prestado un libro, se llama Magnolia. Se cortó el cabello a la moda, usa minifalda, medias ceñidas al cuerpo y unas botas muy elegantes. Al saludarla pensé que ella iba a sentir gusto de verme, que me iba a saludar con alegría, pero no, respondió mi saludo fríamente, sin reparar mi ausencia, seis meses sin vernos, sin hablarnos y me miró como un desconocido.

Una noche fui a la taberna, donde trabaja John. En el camino me encontré con Dora y Lupe que son travestis e iban exuberantemente vestidas para sus lugares de exhibición, me saludaron cariñosamente y me recodaron leer los cuadernos de Lucy. Al entrar a la taberna, vi que en el fondo estaba Roberto, el papá de la bailarina, lo saludé y lo observe viejo y mal vestido, le pregunte: cómo le fue en el viaje, pensé que se iba a demorar más tiempo. Mi pregunta fue demasiado directa y lo desconcertó. Me di cuenta que las lágrimas asomaron a sus ojos, me sentí impertinente. Manifestó gusto por volverme a ver y pedimos una botella de vino y entre trago y trago me contó su desgracia.

- Mi ida a Buenos Aires, fue un verdadero fiasco, fue llegar allí, después de un largo viaje y encontrarme con la madre de la niña y ver una triste realidad, ni la una ni la otra querían saber de mí. Usted no sabe lo duro que es eso, sobre todo venido de la niña. La críe, la levanté y fui para ella papá y mamá, le di todos mis ahorros. Lo que me tocó de la herencia de la casa lo invertí para que ella cumpliera su ilusión, había pagado todo lo que me exigieron y a los tres días sin un peso y con sólo el tiquete de regreso me encontré en el aeropuerto. Ellas se esfumaron como el aire, como pude me regresé.

No podía creer que le hubieran hecho esa jugada. Le cambie la conversación le hable sobre mi viaje y el haber vuelto al barrio. Llegué a la casa aburrido, había ido a beber algo para sacarme de la cabeza a Magnolia y me había encontrado con una persona en una situación muy triste, Roberto no era viejo, pero se veía envejecido y demostraba una soledad y una tristeza propia de la persona que ha sido burlada, engañada, no hay nada más cruel que alguien juegue con los sentimientos de uno.

La indiferencia de Magnolia, no dejaba de molestarme, con gusto le había prestado el libro y le había inducido la forma de hacer el trabajo. Parece que algún día había dejado el libro de vuelta con Adiela. El prestarle el libro y no ser correspondido al menos con su amistad, era un botón de muestra, mis sentimientos habían sido golpeados. No dormí, fui a mi lienzo, bosquejé el rostro de siempre, volvía a aparecer con facciones diluidas pero su cuerpo estaba bien delineado. Tengo una sensación de aburrimiento, de tristeza, desde que llegué de casa de mis padres, siento nostalgia, los extraño, viene a mi mente la imagen cariñosa y suplicante de la madrina y aparece otra vez el deseo de volver. Lo que viví esos días con mi familia y en casa de mis primos, ponen incómodos mis recuerdos, me siento huyendo, desubicado.

La verdad, poca atención le preste a los diálogos que tuve con mi padre y con mi madre, me limite a oírlos como un requisito, más nunca como una ayuda que me llevara a reflexionar. No me encuentro conmigo mismo, de pronto un poco cuando dibujo, he perdido la alegría de escribir. No se que hago metido entre esta gente que no tiene mi nivel intelectual, ni mi forma de ser, es otra cultura o seudo cultura, es otro mundo. Tengo que ser conciente que llevo muchos años de estar escapando. De quién, es la pregunta que hoy me hago: de mis padres, de mi familia, de mí mismo, no lo entiendo. Se que estoy en el lugar equivocado.

En esa semana tuve una serie de reuniones muy importantes relacionadas con el trabajo que estoy realizando. Conferencias, almuerzos ejecutivos y en la noche reuniones sociales, lo que me ha hecho mucho bien y he podido disimular mi depresión. En una de estas reuniones conocí a Maritza, una mujer muy elegante, hija de un empresario bancario, con la que tuve una conversación de trabajo. Pasados estos acontecimientos volví a mi encierro, quería organizar mejor mi tiempo para volver a lo mío, pintar y escribir. Me sorprendió encontrar en el correo electrónico una invitación muy especial de Maritza, insinuándome que no era nada profesional, que yo le había gustado y estaba interesada en conocerme y que mejor que eso fuera en la intimidad, además quería que la respuesta fuera pronta y con posibilidades de ser aceptada.

La invitación me cogió de sorpresa y la acepte. Al llegar me recibió con el atuendo indicado para pasar una noche de sexo, música sibarita, trago, cócteles y algo muy especial, ella hermosísima y provocativa. Encuentros que se repitieron consecutivamente, pero había algo que no me agradaba. Sentía la necesidad de estar con Magnolia. Una noche decidí ponerle punto final a esa relación que no era más que una orgía de acontecimientos que no me llevaban a ninguna parte. Cómo podía entregarme a ella y ser de ella, si ni siquiera podía llegar a ser dueño de mi mismo.

Mi trabajo en la compañía ha cogido un buen ritmo, en general todos me aprecian, la remuneración ha mejorado cien por ciento, lo que me permite vivir con más holgura, tener una capital ahorrado, dedicarme a mi pintura, a escribir y a leer. Compré una muy buena bicicleta y estoy aprovechando la mañana para distraerme y mejorar mi físico, pienso visitar al Pastor. A la salida vi a Magnolia, me pidió que le prestara un libro interesante, siguió conmigo hasta la biblioteca, saqué el libro " Rayuela" de Julio Cortazar, le explique: - es una historia de amor en Paris, es pasional, erótica, muestra una persona libre que sueña, que no envejece. Es un libro que no seduce, pero la lleva a elegir y a cuestionarse, rayuela es lo que nosotros llamados golosa.

- Me interesa lo del juego de la golosa, de niña la jugué mucho, me gustaría ver la relación que hace y la postura emocional que asume en el escrito. Cortazar muestra como jugar con el cuerpo, con el alma, para mi lo mas importante es el enfoque de como jugar con los miedos.

Le gusta leer y hojeo el libro con interés, así había querido siempre una mujer pero nunca había llegado a conocerla, las que conocía eran superficiales, poco sensibles, melosas sexualmente, lanzadas o reprimidas, con una mentalidad de mujeres fáciles o demasiado independientes. Pero ella era muy distinta. Me concentré en mi bicicleta y seguí mi camino, trate de olvidar lo que había pasado, no sé en que momento llegué a la casa nueva del Pastor. Me recibió con su afecto y educación, me hizo pasar a la mesa pues iban a almorzar, quería compartir conmigo, su esposa y su hijo, un niño precioso como los que aparecen en las estampas, le prometí dibujarlo un día. Fue un rato familiar que de verdad agradecí, pues necesitaba momentos así para sentirme más persona. Le dejé un sobre con mi dádiva para su obra y me despedí. Al hacerlo me dijo al oído algo que me sorprendió: " Si no se le ha hecho el milagro, se le va a hacer, Dios no se queda con nada, tome las cosas con tranquilidad y confié que él le va a inspirar y siempre va a salir bien librado"

EL PINTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora