No he podido dormir, la noche se junta con el día, me pregunto en qué momento de mi vida he tenido una satisfacción emocional plena. Recuerdo solo tres momentos, cuando estudie en el colegio de los hermanos. Cuando iba a la casa de Rosalina a oírla tocar el piano y a mirarla. Cuando recibía las clases de pintura con mi Maestro. De resto todo ha sido monotonía, cada uno de esos momentos emocionales felices, fueron cortados de tajo, no volví al colegio, ni siquiera dije gracias, ni me despedí de nadie, aparecí en la Escuela Naval como un desconocido. En mi segundo intento también vino el corte, me movieron como una ficha de ajedrez, del Padre José nunca me despedí y desaparecí sin avisar del mundo fantástico de Rosalina y en el tercer momento, bruscamente fuí cortado, salí de Ámsterdam y más tarde cuando fui a buscar al Maestro ya se había muerto.
He pensado que tengo una serie de trastornos síquicos que no he afrontado, y de ahí mi falta de carácter. Influencias de crianza por ser el menor, estados depresivos mimetizados en la pintura. Hoy pude constatar esto en la visita que hice a la exposición de una persona muy nombrada por ser él, un pintor de descendencia indígena. Me sorprendió la extensión y calidad de su obra, toda estaba armoniosamente distribuida, la textura, colorido y sobre todo la expresión artística de cada uno de sus cuadros, era fabulosa. La decepción que sentí de mi mismo porque había huido del lado de mi familia para poder realizar mi vocación de "pintor" y de escritor, pero dónde estaban mis libros y mis cuadros. Había ahí una excusa, para ocultar mi frustración. Solo podía mostrar unos cuadros poco originales que justificaba por mi problema de familia. Pero si tenía el don de la creatividad, por qué no me dedicaba a lo mío, que hacía traduciendo textos ya elaborados en donde no aportaba nada, solo me remitía a codificarlos ya que los sistemas modernos hacían el resto. Donde quedó el pintor que mi maestro decía iba a ser el Velásquez del futuro.
Todo en mi vida lo he dejado pasar de largo, excusando a los demás por las determinaciones que toman en mi nombre o descomponiéndome cuando me doy cuenta que lo mío es falso. Muestra de esto es Roberto, Ernesto, Adiela, Magnolia, el Pastor y el hermano del Pastor. Ellos si se manifestaron fuertes, seguros de si mismos, dispuestos a tenderme una mano amiga y fue eso lo que me saco de casillas hasta enfermarme, me creía superior y el sentirme inferior a ellos me llevó a producir fiebre y tener que guardar cama varios días. Qué hay dentro de mí, para desestabilizarme en esa forma y ahora con este problema al que no le veo ni pies ni cabeza.
Por qué fui tan débil que no fui capaz de responderle a ella cuando en el libro de rezos que llevaba a la iglesia, me dejaba sus cartas de amor. Si era cierto que no la quería por qué las aceptaba y me hacían falta cuando ella decidió no volver a dejarlas. Una sola respuesta en esa época, de seguro la habría salvado, a lo mejor habría aterrizado emocionalmente. Hasta ahora me encuentro conmigo mismo, siempre obediente, sumiso a la voz de mi padre, una ficha fácil de mover en el ajedrez de la vida, obsecuente. Acaso no había podido mi hermano, mi hermana y hasta mi mismo padre haber venido a solucionar los problemas que habían quedado aquí. Por qué mi bachillerato quedó trunco, por qué mi madre no espero que yo lo acabara, que recibiera mi grado y ahí si viajar a Chile. Por qué tuve que irme a estudiar a Londres, solo porque mi padre quería para mí ese honor. Por qué no me rebele, si no era lo mío. Por qué tarde tanto tiempo, en poner un océano de por medio y no por mi gusto si no por disposición de mi padre. De dónde saque agallas para no volver con ellos y quedarme en medio de este abandono y soledad.
El vivir aquí no ha sido fácil, este es un sitio de contrastes bastante fuertes, con predominio de la clase media baja y los mal llamados desechables, que se mueven gracias al mercado de la informalidad. Todos se reúnen en grupo y aunque no lo parezca se respetan para poder convivir como lo hacen. El resto son personas que viene de los barrios del occidente norte y del sur occidente, comparten entre ellos, con el deseo de salir de su pobreza, venden y cada sitio es aprovechado al máximo, las oportunidades las cogen sin agüero, se le miden a lo que sea, porque esa es la ley del rebusque. Me salgo del entorno, no encajo para nada.
Qué papel hago aquí, metido en este mundo, como una flor exótica. Así me miran y saben que después de las seis de la tarde quedo preso en mi casa. Que viene ahora con este problema, cual será la actitud que va a tomar esta gente, como irán reaccionar y yo con esta falta de carácter que me inmoviliza a actuar. Siento que amé a Rosalina, fue mi primer amor, intensamente la amé, sentía que no podía vivir sin ella, mi organismo se excitaba en su presencia, ella lo percibía y a esos mensajes tácitos me correspondía. En mi vida siempre estuvo presente, la soñaba frecuentemente. Me inspiraba en ella al pintar, sentía que nos unía el silencio. Siento miedo de haberla amado, soy culpable de haber despertado ese sentimiento, me veo en la obligación moral de reconocer a nuestra hija y cumplir el deseo de Lucy. Pase lo que pase esa es mi determinación.
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EL PINTOR
RandomMEMORIAS DE UN COBARDE MIRANDO LAS FICHAS DEL AJEDREZ YO ERA LA TORRE. HACIA DONDE ESTUVE DIRIGIENDO MIS PASOS EN ESTE TRASEGAR DE MI VIDA. ¿HA PENSADO USTED HACIA DONDE VA? PORQUE NO QUIERO QUE AL FINAL DE SUS DÍAS VEA QUE SE HA...