Romeo y Julieta (versión siglo XXI)

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Esa mañana Julieta estaba escuchan- do la canción de Ariana grande "7 rin- gs" en su cuarto, era su cantante favo- rita, tenía todos sus discos, pósters y también una remera de ella. Tenía la música a todo volumen mientras bai- laba.
    —¡Julieta!—le gritó su madre y ella bajó el volumen de la música.
    —¿Qué pasa ma?—preguntó Julieta gritando desde su abitación.
    —¿Podés venir un momento?
    —Voy—dijo apagando el parlante, su celular y fue a la cocina en donde se encontraba su madre.

Al llegar a la cocina ella encuentró a su mamá sentada con los brazos cru- zados y con cara seria. Algo bueno no era.
    —Cerrá la puerta de la cocina—le ordenó su mamá y ella lo hizo—. Sen- tate—le dijo mientras ella lo hacía.
    —¿Qué pasa ma? ¿Por qué estás así? ¿Pasó algo?—preguntó Julieta con miedo a que le dijiera algo malo.
    —La otra vez que te fuiste—dijo sin terminar la oración.
    —Sí, ¿Qué pasa con eso?—Julieta se enderezó la espalda.
    —¿A qué casa fuiste?
    —A la de Romeo, fuí a estudiar ma- temática.
    —¿Es tu novio no?—dijo su madre y Julieta se quedó congelada al escuchar las palabras de su madre.
    —¿Cómo sabés eso?—preguntó Julieta nerviosa.
    —La otra vez que te ibas a la casa de Romeo—dijo poniendo sus manos en la mesa—. Ví como te dió ese beso en el cachete e iban caminando agarra- dos de la mano—dijo su madre aga- rrando un papel y una lapicera—. Me gustaría conocerlo, claro si es que querés traerlo a casa—dijo mientras escribía en el papel.
    —Eso mismo te quería decir yo, ¿Le mando un mensaje?—preguntó Julie- ta mientras agarraba su celular.
    —Sí, mandále mensaje.

Julieta le escribió a Romeo.
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Hola Romeo, ¿Querés venir hoy a mí casa? Mis padres te quieren conocer 😺.
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Apenas había mandado el mensaje el ya le había respondido.
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¡Por supuesto qué sí! 🙌, ¿A qué hora voy a tu casa?
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Julieta decidió preguntarle a su mamá que hora tendría que venir el, después le respondió.
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A las siete de la tarde 🌅.
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Ahí estaré 😉.
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Romeo jugaba a la PS4 sentado en su silla negra giratoria con la mirada fija en la tele, llevaba puesto los auricula- res gamer en sus orejas y hablaba por el micrófono para poder comunicarse con sus amigos.
    —Nos están disparando—avisó Ben- bolio desde el otro lado.
    —Tranquilo yo me encargo—dijo Romeo mientras pulsaba el botón cír- culo para poder disparar.
    —Lo logramos—dijo uno de los ami- gos tras el micrófono.
    —Y todo gracias a mí—dijo el otro amigo.
    —Ahre—dijo Benbolio—. Obvia- mente que fue Romeo el héroe Máxi- mo.
    —En realidad todos pusimos una parte de nosotros—dijo el otro amigo.
    —Jaja me encanta escuchar su dis- cusión—dijo Romeo riéndose mien- tras se acomodaba el micrófono—. Aprendan de Federico chicos.
    —Ha bueno—dijo Máximo indigna- do.
    —Ni que haya dicho algo sabio—dijo Benbolio.
    —Chicos me tengo que ir—dijo Romeo a punto de apagar la play.
    —¿A dónde vas?—preguntó Máxi- mo intrigado.
    —Hoy tengo algo que hacer, voy a a conocer a los padres de mí novia.
    —¿Tenés pareja? Ya era hora—dijo Federico.
    —Después les cuento—dijo y apagó la play.

Ya que el no podía decir que iba a la casa de su novia le tubo que inventar una excusa a sus padres diciéndoles que se iba a la casa de Benbolio a ju- gar al fortnite, el se puso unos jeans azules, una remera blanca de Nike y las zapatillas Adidas, las Star Original, le dijo a sus padres que volvería tarde, a su padre le dió igual y su madre le dijo que se cuidara y que tuviera cui- dado. El se fue caminando y en el ca- mino decidió comprar chocolate para la cena.

Julieta no sabía que ponerse para la cena, entró en pánico ya que faltaba poco para que el llegara, llamó a Chia- ra por celular explicándole la situa- ción, ella perfectamente lo compren- dió y dijo que iría en camino.
    —Hay por favor que ya llegue Chia- ra—dijo Julieta desesperada mientras sacaba la mejor ropa que tenía de su armario y la ponía arriba de su cama.

Escuchó que sonaba el timbre, ella bajó las escaleras y le abrió la puerta,
no podía creer que su amiga había venido con un maletín profesional de maquillaje, no era grande como lo que usaban los maquilladores profesiona- les pero parecía muy lindo, el color de la maleta era grisácea con metal relu- ciente. Las dos antes de irse al cuarto saludaron a los padres de Julieta que aún no habían visto a Chiara en per- sona, al llegar al cuarto su amiga exa- minó la ropa que estaba en su cama, lo único que encontró para combinar fueron unas guillerminas de color blanco con un short de jean celeste y una remera rosa viejo con mangas largas acampanadas decorada con unas perlas blancas alrededor de la remera.

El paso siguiente era maquillarla, para Chiara le parecía algo muy difícil ya que solo ella se maquillaba por su
cuenta y nunca había probado en ma- quillar a otra persona, lo primero que agarró fue una beauty blender y una base que fuera del mismo color de piel que la de Julieta, al haber termi- nado de aplicar la base le puso ilumi- nador y no el de color dorado, sino que lo reemplazó por color plateado ya que a ella le iba a quedar mejor en la cara por su tono de piel y por últi- mo le puso bálsamo labial, le aplicó en toquecitos suaves con la llema del dedo índice un labial de color rosa claro por todo los labios para que se viera natural.
    —Ya estás lista—dijo Chiara y le dió un espejo cuadrado —. Mirá como quedaste.
    —Guau—dijo Julieta sorprendida mientras se veía en el espejo—. Re cheto el oufit—tocó su pelo ondulado.
    —Alta modelo—añadió su amiga guardando el maquillaje en su male- tín—. Bueno espero que la transfor- mación que te hice sirva—dijo su ami- ga mientras agarraba su maletín.
    —Gracias Chiara—dijo Julieta abra- zándola.
    —De nada, para eso están las ami- gas—dijo su amiga correspondiéndole el abrazo y después se separó de ella—. Es hora de irme—dijo a punto de cruzar la puerta—. ¡Suerte con Romeo!—le gritó desde el pasillo cer- ca de la puerta de salida.
    —¡Gracias!—le respondió de la mis- ma manera.

Se puso a organizar el resto de la ropa que había quedado en su cama y la comenzó a guardar en los otros cajo- nes para la ropa. Escuchó como su mamá la acompañaba bajando las es- caleras para abrirle la puerta princi- pal

Ya estaba lista, solo faltaba que llegara el.

El ruido del timbre interumpió el si- lencio y es ahí cuando Julieta bajó las escaleras y abrió la puerta principal, los dos se saludaron con un beso en la mejilla y subieron, al entrar a su casa se encontraron con sus padres.

Romeo x Julieta (versión siglo XXI) (Terminado ✔️, Editando ➕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora