Romeo y Julieta (versión siglo XXI)

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Los dos estaban haciendo el sabotaje para la boda de Romeo, el plan tenía que salir a la perfección, sin tener fallas.
Hacía días no veía a su novia, le mandaba mensajes de texto pero no contestaba ni siquiera a sus llamadas, le parecía extraño ya que habían arre- glado lo de su relación.

Estaba con su madre planeando el sabotaje para su boda en la living.
    —Haber, que te parece si digo que tengo varicela—dijo Romeo dibujan- do a una persona en una hoja y se lo mostró a su mamá.
    —Romeo, eso no va a hacer un buen plan—dijo señalando su dibujo con el dedo índice—. Hasta encima cuando ya te recupereñés entre comillas—dijo marcando la palabra comillas—. Se va a realizar la boda, así que esto no va—dijo rompiendo la hoja en dos partes.
    —Bueno—dijo Romeo agarrando los pesados de papel—. Tampoco el dibu- jo era feo—dijo tirando las hojas a el tacho de basura.
    —El dibujo no era feo pero el plan sí—dijo su mamá siendo sincera.
    —Ya sé—dijo Romeo cuando se le ocurrió una idea—. Podemos hacer que al cura le pase algo y así no abra boda porque no estará el cura para vendecirla.
    —¿Pero y si tu padre tiene a un cura de repuesto?
    —Sí, puede ser—dijo Romeo pen- sando—. ¿Y sí finjís que te dio un
infarto? Así posponemos la boda y—decía Romeo mientras su mamá lo interrumpía.
    —Y luego ponen la boda para otro día y no, no es un buen plan.
    —Entonces podemos arreglar con Guísela para hacer otro plan, ella finje que está desmayada y listo, se cancela la boda y seré libre—dijo Romeo alzando las manos en el aire.
    —Romeo, ¿Pensás que ella nos va a ayudar a posponer la boda? Al contra- rio, seguramente le cuenta el plan a tu padre y se arruina todo—dijo su madre que estaba sentada en el sillón blanco tomando mate.
    —¿Y si hacemos que papá se sienta mal?
    —¿Cómo qué se sienta mal?—pre- guntó la madre sin entender nada.
    —De que podemos ponerle algo a su comida días antes de la boda, así le caerá mal a la panza y se sentirá mal haciendo que posponga la boda, ¿No es una brillante idea?
    —Es una buena idea pero a la vez no—dijo ella colocando sus manos sobre sus piernas.
    —¿Cómo qué es buena y a las vez no?—preguntó Romeo confundido.
    —Porque, como vos decís, tu padre va a posponer la boda pero por otro lado tu padre se va a recuperar días después y pasando esos días va  devuelva a poner una nueva fecha para la boda.
    —Hay ma—dijo Romeo tirándose hacía el sillón blanco en donde estaba su mamá—. No se me ocurren más ideas—dijo luciendo cansado.
    —Romeo, tenemos menos de cinco meses para planificar el sabotaje,
tenemos tiempo aún.
    —Si pero los días, los meses, las semanas y los segundos—dijo Romeo terminando de contar con los dedos—. Pasan volando sin que uno se dé cuenta, cada segundo o minuto cuenta.
    —Bueno pero por ahora tenemos al tiempo de nuestro lado.
    —Devo de admitir que en eso tenés razón, ya sé que faltan cinco meses,
pero con todos los ensayos que vamos a hacer para la boda cada semana al menos podemos ver como será la organización.
    —Romeo—dijo su mamá entusias- mada.
    —¿Qué?—preguntó el desmotivado.
    —Tengo una mejor idea.
    —¿Así?—preguntó Romeo querien- do saber la idea.
    —Podemos ir a hablar con los padres de Guísela.
    —¿Y qué ganamos con eso?
    —De que hay que saber si ellos de verdad están de acuerdo.
    —Umm, buena idea.
    —¿Entonces que hacemos acá? Vallamos a su casa—dijo su madre parándose del sillón.
—¡Si!—grut oi Romeo dando un salto del sillón—. Con tal de que no me case con ella valdrá la pena, esperemos—dijo Romeo levantando el puño con entusiasmo.

Los dos se fueron a la casa de Guísela,
tocaron el timbre y los atendió Wiliam, su mayodomo, los invitó a pasar, les dijo que esperaran un momento en el living, se sentaron en el sillón en silencio, el lugar era mucho más grande que su casa, tenía cosas antiguas y lujosas.
    —Hola, ¿Cómo andan? Tanto tiempo sin verlos—dijo la esposa saludándolos.
    —Un gusto en verlos de vuelva—dijo el esposo con una sonrisa.
    —¿Quieren un té, mate, galletitas o alguna otra cosa?—les preguntó la esposa invitándolos a sentarse.
    —No,no gracias—dijieron los dos al mismo tiempo.
    —Vinimos por un asunto importan- te—dijo la madre.
    —¿Importante? ¿Qué es importan- te?—preguntó la esposa preocupada.
    —Bueno, ¿Vieron qué Guísela y Romeo se van a casar?
    —Sí ¿Y qué pasa con eso?—pregun- tó el esposo.
    —Bueno, en realidad Romeo no se quiere casar con Guísela—dijo ella.
    —Solo lo hace por conveniencia de el porque su empresa quebró y quedó en la arruina, por eso el quiere que me case con Guísela para que su empresa vuelva a estar como estaba antes—explicó Romeo.
    —¿Entonces Richard solo quería qué vos te casés con Guísela por conveniencia de él?—dijo la esposa enfurecida.
    —Sí, solo por conveniencia y eso que el me lo dijo un día así de la nada, pero le dije que tenía novia y no le importó.
    —Por eso se lo decimos a ustedes, así detenemos la boda—dijo la madre.
    —Tienen razón, tu hijo y Guísela son muy jóvenes para casarse—dijo la esposa reflexionando—No sé que nos entró en la cabeza como para aceptar esto.
    —Entonces, ¿Ya no hacemos la boda?—preguntó Romeo en un tono grave.
    —No, ya no hay más boda—dijo el esposo.
    —Se lo vamos a avisar a nuestra hija—dijo su esposa.
—Ah, ok muchas gracias—dijieron los dos yendose a casa.

Cuando llegaron a su casa estaban más felices que nunca, habían logrado posponer la boda, al fin Romeo podría seguir con su vida sin tener que tener responsabilidades a tan corta edad.
    —Mamá lo logramos—dijo Romeo abrazando a su madre.
    —Sí hijo lo logramos, ahora podés seguir con tu vida—dijo la madre contenta.
    —¿Últimamente no notaste a papá raro? Parece que está en algo—dijo Romeo sospechando.
    —Sí... la otra vez vi que estaba hablando con un hombre y le había pedido vigilar la puerta de huéspedes—dijo ella señalando con la mirada la puerta.
    —¿Estará ocultando algo?—dijo Romeo mirando la puerta.
    —Umm, creo que sí.
    —Vallamos a entrar al cuarto—dijo Romeo a punto de subir las escaleras.   
    —Esperá, ¿Pero no está el qué vigila?
    —Tranquila ma, el no está en casa,vamos—dijo Romeo subiendo las escaleras con su mamá.
    —¿Vos tenés la llave?
    —Obvio—dijo mostrando las llaves—. Tengo una copia por si quiero entrar al cuarto—dijo Romeo mien- tras estaba a punto de abrir la puerta.
    —¿Cuándo hiciste esa copia?—pre- guntó su madre mirándolo con cara seria.
    —Un día en el que el profesor de biología había faltado.

Al abrir la puerta los dos estaban sorprendidos y confundidos, Romeo la reconoció perfectamente, era Julieta que estaba mirando por la ventana como la tarde se transforma- ba en noche, al escuchar que alguien abría la puerta, ella se dio media vuelta rápidamente y en ese instante lo vio con una mujer a su lado: los dos volvieron a conectar.
    —¿Julieta?—dijo Romeo sorprendi- do al verla.
    —¿Romeo?—dijo Julieta feliz.

Romeo x Julieta (versión siglo XXI) (Terminado ✔️, Editando ➕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora