Romeo x Julieta (versión siglo XXI) (Terminado ✔️, Editando ➕)

Romeo y Julieta (versión siglo XXI)

    —¿Romeo?—le dijo Julieta sorpren- dida al verlo.
    —¿Julieta?—le dijo Romeo feliz por tenerla cerca de el.
    —¿Qué hacés acá?—dijieron los dos al mismo tiempo.
    —¿Cómo llegaste hasta mi casa?—preguntó Romeo.
    —No sé—dijo tratando de recordar—. Lo último que recuerdo fue de que a la noche alguien me estaba siguien- do, yo me puse a correr y escuché una voz que me dijo "no te vas a escapar Julieta Capuleto" me volteo para ver quien era y me inyectaron un calman- te para que me duerma, después al día siguiente estoy en un cuarto encerra- do con llave muy lujoso y eso es todo hasta ahora—contó ella mirando a su alrededor.
    —¿Entonces Richard te secuestró?—dijo la madre de Romeo.
    —¿Richard?—preguntó Julieta sin saber quien era.
    —Richard, así se llama mi padre—dijo Romeo mostrándole la foto que tenía con el.
    —Tengo una idea—dijo la madre.
    —¿Qué idea tenés en mente?—le preguntó Romeo.
    —¿Por qué no se escapan los dos solos?—propuso la madre.
    —¿Escaparnos?—dijo Julieta con miedo—. Perdón madre de Romeo pero no puedo hacer eso, mis padres saben que el es Montesco y ya no me dejan verlo y además hace días que no los veo, deben de estar preocupados haciendo una denuncia a la comisaría.
    —Mamá los padres de Julieta no me quieren ver cerca de ella y tiene razón en lo último que dijo.
    —Eso es verdad—afirmó—. No podemos y encima mis viejos ya deben de pensar que ya estoy muerta, que ya soy otra más de las noticias, ya notaron mi ausencia desde hace días.
    —Tranquila—dijo la madre calmandola—. Confía en mí, ahora mismo voy a su casa y le cuento de la situación.
    —¿Sabés me dirección?—preguntó Julieta.
    —Sí, Romeo un día me la pasó.
    —Bueno, otra opción no tengo, tendré que irme.
    —Pero me refiero a que se vallan a otro lugar, no que se vallan del país, yo les diría que se vallan al bosque, no quiero que mi esposo los encuentre, el es capaz de hacer cualquier cosa.
    —Entonces sí, pero antes de irme con Romeo deciles que los extraño mucho, que volveré y que los amo mucho—dijo Julieta.
     —Claro que se los diré—dijo la mamá sonriendo.  
    —Igual conozco un lugar en el bosque que está reservado para nosotros—dijo Romeo.
    —Tomá esto—dijo la madre dándole un celular—. Es para que estemos en contacto siempre y no te preocupés, a estos celulares no se les acaba la batería nunca.
    —Ah, alto artefacto mamá—dijo Romeo sorprendido.
    —Gracias—dijo ella con una sonrisa.
    —Bueno ahora vallanse, tu padre puede venir en cualquier momento y tienen que huir de el—les dijo la madre.
    —Vamos Julieta—dijo Romeo agarrando la mano de Julieta.

Los dos se fueron a tomar un taxi, cuando iban camino al bosque el taxista les dijo que si estaban seguros en ir al bosque y ellos respondieron que sí, bajaron del taxi, le pagaron al chófer y se fue.
Romeo y Julieta se fueron a una cabaña que Romeo tenía reservado para la ocasión.
    —¿Estás seguro a dónde vamos?—le dijo Julieta esquivando unas piedras.
    —Sí, estoy seguro a donde vamos, falta muy poco para que lleguemos—le dijo Romeo mientras miraba hacia adelante.

Ya habían llegado a la cabaña, por fuera parecía muy chica pero por dentro era muy grande, Julieta al ver la cabaña por dentro se quedó impre- sionada, tenía una estufa mediana, wi-fi, dos camas individuales muy cómodas, dos sillones en el living, un baño, un jacuzzi, una mini biblioteca, un aire acondicionado y un lugar secreto.
    —Guau esto es muy grande para ser una cabaña—dijo Julieta sentándose en el sillón por lo cansada que estaba.    
    —Solía venir con mi madre todos los fines de semana a esta cabaña, me acuerdo de esos tiempos cuando jugá- bamos los juegos de mesa, a las escon- didas y ella me hacía esos ricos pan- queques que a mí me gustan tanto—dijo Romeo poniéndose muy nostál- gico sentándose al lado de su novia.
    —Bueno, yo te puedo hacer panque- ques pero hay que ver si en la helade- ra están los ingredientes que presiso—dijo colocando su cabeza cerca de su hombro.
    —Gracias Juli—dijo Romeo dándole un beso en la frente—. Sos la mejor, mientras vos hacés los panqueques yo voy a limpiar la cabaña, esto tiene mucha mugre.
    —Y mucho polvo—dijo Julieta mirando lo sucio que estaba la caba- ña.
    —A trabajar—dijo Romeo parán- dose del sillón.
    —¿Pero sabés hacerlo?—le pregun- tó Julieta caminando hacia la cocina.
    —No, yo nunca e limpiado en mi vida pero siempre hay una primera vez para todo, voy a tratar de hacerlo—dijo Romeo buscando productos de limpieza.
    —¡Te deseo suerte!—le gritó Julieta desde la cocina.
    —Gracias—le dijo Romeo.
«haber, ¿En dónde pueden estar los productos de limpieza? Supongo que deben de estar en el cuarto que está al lado del baño», dijo Romeo para sí mismo.
Romeo fue al cuarto para ver si estaban los productos de limpieza y por suerte los encontró, agarró la lavandina, un balde con agua, deter- gente, un escurridor y un trapo, se fue al living a limpiar el piso, se arrodilló, se puso a mezclar el detergente con la lavandina en el balde con agua y undió el trapo en el balde con las mezclas, Romeo se puso a pasar el piso con el trapo en el escurridor, lo pasó en todas partes del living, a veces se resbalaba pero lograba tener el equilibrio, el piso estaba todo cubier- to de espuma y a veces salían burbu- jas, el pensaba que estaba haciendo bien su trabajo.

Julieta ya había terminado de hacer los panqueques, decidió sorprender a Romeo con unos ricos panqueques con dulce de leche como relleno, fue al living y se encontró con un gran desastre.
    —Romeo ¡El piso está lleno de espu- ma! ¿Cómo llegaste a hacer semejante desastre?—le dijo Julieta impresiona- da por como Romeo había dejado el piso.
    —Esque la limpieza no es lo mío—se excusó—. Y yo pensaba que lo estaba haciendo bien y me esforcé mucho repasando el piso por toda la cabaña—dijo Romeo inventando una excusa.
    —Mejor mañana vamos a limpiar bien el piso—dijo Julieta cansada.

Pero después ella se dió cuenta de algo.
    —Solo pasaste por el living, ¿Y el resto?—preguntó ella esperando una explicación.
    —Perdón—dijo Romeo—. Me había olvidado.
    —Yo ahora voy a sacar la espuma del piso y me vas a tener que ayudar.
    —Sí mi lady—dijo Romeo haciéndo- se el galán.