Capítulo 2

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Debía conseguir un trabajo lo más pronto posible, aunque mis padres me habían dejado dinero suficiente para vivir como millonaria hasta los 30 debía de incorporarme en el mundo laboral. Tal vez pusiera mi propio negocio, pero cuando supiera más sobre el mundo laboral. Así que me estaba concentrando ahora mismo en encontrar un buen trabajo que me permitiera ganar lo suficiente para ahorrar y con mi herencia pagar mis estudios.
Miraba en el periódico mientras tomaba algo de café, marqué unas cuantas direcciones para dejar mi currículo y ver si me contrataban. No dudaba de que me contrataran pronto si pedía un trabajo, muchos en este lugar me conocían por ser la chica que sobrevivió a un horrible crimen a los quince años. Solté un suspiro y salí del departamento. Casualmente me encontré al chico de hace dos días, el lindo chico de ojos azules llamado Dalton, mi vecino.

-Buen día. -dije y él miro por una ventana el sol radiante, casi nunca salía el sol en este pueblo y cuando lo hacía lo disfrutaba bastante.

-¿Que tiene de bueno este día?-pregunta y yo ruedo los ojos por la actitud de este idiota.

-Pues el sol salió, casi siempre esta nublado o lloviendo. Este me parece un buen día.-le respondí cruzandome de brazos.

-No lo es, este día es igual de fastidioso como algunas personas y como los otros días.-dice de una manera bastante grosera.

-¿Cual es tu problema? Solo trato de ser amable y tener nuevos amigos. -digo bastante ofendida.

-No tengo ningún problema.-dijo para subir al ascensor. Suspiro y decido mejor bajar por las escaleras, este idiota no iba arruinar mi día.
Baje y fui al estacionamiento, tenía un viejo auto que me compre a un precio razonable, subí en el y fui en busca de empleo.



Ya era hora del almuerzo, entonces fui a una cafetería a comprar algo para llevar a casa y comer. Al entrar habían unas cuantas personas que me miraron, un poco incómoda me acerqué a la cajera para poder pedir mi almuerzo.

-Buenas tardes, ¿que desea pedir?-dice la amable chica detrás del mostrador , tenia una gran sonrisa.

-Hola...quisiera una orden de pollo frito, con papas y una coca cola, por favor.-dije, la chica muy amable fue por mi orden y después de 10 minutos ya estaba camino a mi departamento.
Subí por el ascensor y gracias a Dios que el idiota que tenia como vecino no me lo encontré. Fui a la sala y encendí la televisión, puse una película y mientras comía respondí unos cuantos mensajes de los chicos y Dakota, la cual me invitaba a cenar en su casa esta noche, acepte sin más y seguí comiendo.

Luego de mi almuerzo fui al baño a lavarme los dientes, me mire en el espejo y recordé.

Sus ojos rojos como la sangre, sus colmillos.

El olor de la sangre de mis padres.

Y comencé a vomitar en el inodoro, era la primera vez en estos dos años que vomitaba al tener un recuerdo sobre lo que pasó.  Es la primera vez que trato de recordar al tipo y la escena en mi mente. Era extraño, bastante debo admitir.

Volví a cepillar mis dientes y me recosté en mi cama. Las lágrimas bajaron por mis mejillas y las quité con la manga de mi abrigo.

-Lo encontraré, mamá y papá.-dije en un murmuro.-Y juro que los voy a vengar.



Me mire otra vez en el espejo. Tenía puesto una bonita falda gris, una medias panties negra, un top rojo y unos zapatos blancos. Me puse un labial y mi cabello lo agarre en una coleta que dejaba expuesto mi cuello al cual emperfume con un perfume con olor a melocotón.
Sonreí un poco y tome mi bolso, salí de mi departamento justo cuando el idiota lo hacía. Lo ignore como debe de ser y subí al ascensor.

Stone ColdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora