-...ella es mi hermana.
Todos me miraron y sonrieron, los saludé con un gesto tímido y ellos sonrieron aún más grande. Y daba miedo porque eran desconocidos los que le abrazaban. La chica que abrazó a Caspian, la cual se llama Yelina me abrazó y dio un beso en la mejilla.
-Es un placer conocerte, Alisa. Caspian nos ha hablado mucho de ti.-dice y mire a Caspian.
-¿Ah si?
-Si. -dice la chica y me toma de la mano.-Ven, tienes que conocer al abuelo.
Sonreí mientras caminaba hasta la enorme casa, la sala es enorme. Al estilo victoriano y olía a chocolate con canela. Todo era bellísimo. Los chicos estaban sentados en la sala, eran en total 7 contando las mujeres que eran dos (contando también a Yelina), vi a un señor mayor llegar el cual me sonrió y se acercó deprisa.
-Oh, tu debes ser Alisa.-dice y yo asiento. Le tiendo mi mano y este la toma en forma de saludo.-Es un placer, soy Gustavo.
-El placer es todo mío, señor.-digo y luego mira a Caspian.
-Muchacho. -se abrazan y Yelina tira de mi para que me una a los demás. En ese momento me los presenta. Todos son parecidos, como si fueran hermanos o primos.
Derek, Gus, Keith, Silas, Felipe y Samara. Esos son sus nombres y vaya que eran agradables, preguntaron sobre mi y contaron anécdotas muy graciosas de cada uno. Incluso de Caspian cuando era pequeño, él siempre venía de vacaciones.
-Chicos, contemos una historia de esas que el abuelo nos hacia.-dice Yelina y Samara me pasa una taza con chocolate. Le agradecí y sentí a Caspian sentarse a mi lado, le miré.
-Claro, así Alisa se familiariza con nosotros.-escucho que dice Derek.
-No es muy buena idea.-dice entre dientes Caspian.
-¿Por qué no?-le pregunto y se hace un pequeño silencio incómodo, hasta que Gus lo rompió.
-No importa. Haremos el de "Los otros".-lo miré confundida.
-¿Los otros?-pregunto.
-Si. Es una historia sobre los muertos vivos.-dice concentrado Keith. Me acomodé y le di un sorbo al chocolate.
-Los otros...cuenta la leyenda que hace más de 200 años apareció cerca de la tribu "Lobos silenciosos" un ser bastante diferente a ellos...Su piel era pálida, dura como una roca y fría como el hielo...-y en ese instante en el que empezó el relato pensé en Dalton, así era su piel, aunque aveces estaba tibia su piel, y sus mejillas con algo de color...-Los de su clase eran llamados los otros...eran hijos del díablo, se alimentaban de humanos y decían que los lobos eran sus perros guardianes. Aunque eso molestaba a la mayoría de la tribu, a dos de ellos pareció no importarles traicionar la tribu donde habían crecido. Estaban enamorados de aquellas criaturas de tez pálida, eran belleza pura, justo lo que necesitaban para atraer a su presa.
Cuando traicionaron a su manada, nadie nunca supo más de ellos hasta que aparecieron nuevas criaturas, mitad lobo - mitad vampiro.Abrí grande los ojos y reí. Caspian me ordenó hacer silencio, así que me callé al instante.
Gus continuo la historia.
-Esas criaturas casi acaban con la tribu, hasta que el Lobo más grande y feroz a mitad de la guerra cerró un trato con la reina Vampiro. La cual sentencia que ningún vampiro se acercaría a las tierras de un lobo y que tampoco podrían relacionarse de ninguna manera. -finalizó.
-Eso se escucha a una película o historia de algún libro.-dije y ellos rieron.
-Por eso es una historia de fantasía que nos contaba el abuelo.-dice Felipe y le sonreí. Termine de tomarme mi chocolate mientras seguíamos conversando sobre cualquier cosa. Llegó el momento de irnos a la casa, me despedí de todos y subimos al auto. Caspian me llevó a mi departamento y le dije que podría llevarse mi auto para que fuera a buscar ropa para que se quedara esta noche. Yo mientras tanto iría a comprar algo que faltaba para preparar la cena.
Cuando fui al mercado y salí era de noche. Y así algo de frío, así que opte por irme por el camino más rápido aunque menos transitado. Camine por la zona algo oscura, se escuchaban mis pasos por todo el lugar. Un auto pasó por mi lado y seguí caminando.
Escuché unos pasos detrás de mí, me giré y no vi a nadie. Seguí mi camino y siguieron los pasos, ya me estaba poniendo nerviosa y no era muy agradable el saber que deje mi gas pimienta y mi navaja en casa. Así que comienzo a correr, los pasos se escuchan cada vez más cerca de mi. Chille y me escondí en un callejón. Trate de tranquilizar mi respiración y saqué mi teléfono para llamar a alguien por ayuda.
Mierda, esta apagado. ¿Qué hago? ¿Qué hago?
Lo escuché más cerca de donde estaba. Creo que era el mejor momento para realizar los movimientos que aprendí con los chicos y en mi clase de defensa personal, la cual era un asco, pero aun así intentaré todo por salvar mi vida.
Salí de mi escondite y choque mi puño en la cara del sujeto, él cual me miró y sonrió. Escuché mis nudillos hacerse trizas y lancé un grito. Me tomó del cabello y me lanzo al suelo, entonces lo vi.
Mi respiración se cortó y sentí mi corazón a mil.
Ojos rojos.
Cabello hasta los hombros.
El asesino de mis padres.-Nos volvemos a ver, pequeña.-dice acercando su rostro. Sentí náuseas y los recuerdos llegaban a mi. -Estas más grande y más guapa.
Las lágrimas salían de mis ojos, eran lágrimas de dolor, de rabia y angustia. Traté de patearlo pero fue imposible. Me lanzó contra una pared y me golpe fuerte en la espalda, trate de ponerme de pie y no pude ya que su pie estaba sobre mi espalda adolorida.
-¿Qué tan bien sabrá tu sangre, Alisa?-abrí grande los ojos y lo sentí morder mi muñeca, grité, le lance golpes pero nada lo detenía.
-¡AYUDAAAA!
Me sentía cansada. Sin fuerzas y me dolía el cuerpo. Hasta qué una fuerza extraña hizo volar al hombre hasta el otro lado del callejón, pude distinguir la figura de un hombre. Me senté como pude y observe bien.
-Dalton.-dije fuerte y claro. ¿Qué hacia él aquí? ¿Cómo sabía que estaba en este lugar? No me quejaba, más bien sentí alivio al verlo aquí.
-Alisa, ¿estas bien?-pregunta sin dejar de ver al asesino de mis padres.
-No.-sollozo y él gruñe.
El asesino de mis padres ríe.
-Vaya, vaya. Cazador.-dice y lo veo ponerse de pie.
-Aléjate de ella, Draco.-escucho a Dalton.
¿Con que así se llama este hijo de puta?
-No me hagas reír, Dalton. Sabes que la reina lo quiere así.-lo escucho decir y mi vista se nubla.
-¿Qué?-pregunto en susurro.
-¿Aún no se lo han dicho?-ríe fuerte y Dalton se me acerca.-Si la ayudas, reuniré pruebas para revelar tu traición Dalton.
-¡Vete a la mierda, Draco!-le grita.
-Claro, pero ella viene conmigo.-antes de saber que sucede, se ponen a pelear destruyendo todo a su paso, grite asustada y sin poder hacer nada. Estaba muy débil. Mi vista era borrosa y todo se volvió oscuro.
ESTÁS LEYENDO
Stone Cold
مصاص دماء¿Es posible amar a un ser que no tiene alma? Entra a la historia y lee el prólogo , te aseguro a querrás saber que más sucede. Todos los derechos reservados, prohibido copiar.