No podía creer que se hallaba en Japón una vez más, y no con intenciones de competir o llevarse a Viktor a Rusia. Estaba allí por Yuuri, a quien conquistaría del modo que fuese, incluso empleando los trucos más sucios existentes si con eso lograba su objetivo. No le importaba las consecuencias, él había decidido algo, y no había dejado pasar cinco años enteros si no tuviera un buen plan escondido bajo la manga.
Mientras cenaba en compañía de la hermana de Yuuri, y los padres de éste, evaluó el sitio en el que se hallaba, sorprendiéndose al notar que no había rastro alguno de Viktor. No quería preguntar acerca de su paradero, pero la verdad es que desde el inicio esperó encontrarlo allí. No le molestaba que no estuviera presente, al contrario, sería mucho más fácil ejecutar su plan si no estaba rondando por allí.
Poco después, Yuuri retornó con una bandeja llena de comida, la cual depositó sobre la mesa, y sonrió a Yuri, quien tragó saliva con nerviosismo y bajó la mirada hacia su plato. Todavía no se encontraba acostumbrado a usar palillos, por lo que intentó no apartar la vista de su comida.
—Has crecido bastante —comentó la hermana de Yuuri con una sonrisa—. Cuando todavía eras un niño, eras mucho más pequeño. Nos ha costado reconocerte.
Yuri sonrió con satisfacción.
—Por supuesto, ahora mido veinticinco centímetros más que la última vez que estuve aquí. Supongo que haber entrenado ha rendido sus frutos.
—Ahora eres más alto que yo —comentó Yuuri mientras se servía algunos vegetales cocidos, y los acompañaba con sopa miso—. Eso es... increíble —vaciló un poco y se atrevió a preguntar—: ¿Qué has hecho todos estos años? Cuéntanos.
—Estuve compitiendo en varios torneos y campeonatos, dentro y fuera de Rusia. Entrené a algunos niños, pero nunca dejé de lado el patinaje. He conocido a mucha gente influyente que me animó a continuar, y pronto buscaré mi tercer Grand Prix —Yuri lo comentó intentando ser breve, después de todo, no tenía muchas ganas de conversar al respecto, pero Yuuri parecía opinar lo contrario. Lucía muy animado, y sus ojos brillaban.
—Viktor y yo te hemos visto en varias competencias. Siempre lucías muy orgulloso, y... distante.
Yuri se detuvo por unos instantes, pero decidió que no respondería nada. ¿Así que habían estado siguiendo sus movimientos? Y ni siquiera se había animado a enviarle un mísero saludo.
Aunque era cierto que no había visto mucho a Yuuri en televisión o en otras competencias. A sus oídos llegaron rumores sobre su retirada, acerca de que se había lastimado el tobillo gravemente y no podía volver a competir. Fueran rumores falsos o no, temía conocer la verdad por alguna razón que desconocía.
—¿Y qué te ha traído a Japón? —se atrevió a preguntar la hermana de Yuuri—. Pensaba que aquí no había nada interesante para alguien como tú.
—En eso te equivocas —replicó él con aires de superioridad—. Sí hay algo que me interesa aquí: Tu hermano.
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Promesa de conquista
FanficTras cinco años, Yuri Plisetsky regresa a Japón con un único fin: Conquistar a Katsuki Yuuri.