capíтυlo cυarenтa y υno

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El viaje se pasó rápido, pues solo eran tres horas y las pasamos casi enteras durmiendo.

Cuando llegamos al aeropuerto de Miami, ya era de noche. El Lamborghini de Gazzy seguía allí aparcado así que nos fuimos de allí en él. Nos dejó a Zoe y a mí en la puerta de mi casa mientras él se dirigía a su cochera para guardar el coche.

- Oye Zoe, te tengo que contar una cosa - murmuré. Creía que si mañana sería mi último día aquí, mi mejor amiga tendría que saberlo cuanto antes.

- ¿Qué pasa? - me miró con preocupación al ver mi cara.

- Pasado mañana me tendré que ir de nuevo a España - Gazzy ya venía de aparcar el coche y al oír aquellas palabras puso una cara triste.

- ¿Qué? Pero... íbamos a ir juntas al instituto y no... no te puedes ir - me apretó las manos mientras comenzaba a llorar.

- Mis padres me obligan a irme, no puedo hacer nada - la abracé mientras sollozaba en mi hombro.

- Pero te prometo que en 9 meses, cuando cumpla los 18, volveré - me abrazó aún más fuerte de lo que ya lo hacía.

- Me quedaré contigo hasta el último minuto que estés aquí - se separó y se limpió las lágrimas.

- Hagamos una fiesta de pijamas esta noche, solas tu y yo - dijo con entusiasmo.

- Oh, pero Gazzy... - puse mi mano sobre su hombro, pues él se encontraba a mi lado.

- No, no pasa nada. Ella no ha podido disfrutarte tanto tiempo como yo, se merece pasar esta noche contigo - sonreí con pena.

- Además, aún nos queda mañana - besó mi frente con ternura, a lo que respondí con una pequeña sonrisa.

Gazzy se despidió de nosotras y entró en su casa. Zoe y yo entramos en la mía.

- Guau, vaya casa. ¿Eres rica? - reí.

- No, pero mis padres adoptivos un poco -  Zoe acariciaba el sofá de terciopelo cuando yo me dirigía al frigorífico para ver si había algo en condiciones de comer.

Saqué una gran tarrina de helado que encontré y también un par de cucharas. Zoe aplaudió fuertemente y me arrebató el helado de las manos.

Nos terminamos el helado en cuestión de minutos y como nos quedamos con hambre, encargamos una pizza.

Pasamos la noche charlando, viendo Netflix, pintándonos las uñas, haciéndonos peinados raros y comiendo hasta que caímos rendidas por el sueño. Ambas dormimos en los dos sofás del salón, hasta que el sonido del timbre nos levantó de un salto.

- ¿Quién es? Son... las 7 de la mañana - se quejó Zoe mirando su teléfono.

- Probablemente sea Gazzy, no te preocupes y sigue durmiendo - le contesté mientras caminaba hacia la puerta. Cuando la abrí, me llevé una gran sorpresa. No era Gazzy... sino mis padres, quiero decir, mis tutores legales. Ya no los pienso considerar más "mis padres" si me hacen esto.

- ¿Qué... qué hacéis aquí? ¿No veníais mañana? - pregunté asustada.

- Eso te dije, pero era mentira. Creíamos que ibas a intentar algo para no venir si sabías cuándo veníamos, así que te mentimos - dijo Leire con aires de superioridad.

- Pero... no es justo. Me tenéis que dejar al menos un día más para... - ambos soltaron una carcajada.

- No, jovencita. Te irás con nosotros o por las buenas o por las malas - Matt me agarró con fuerza del brazo pero conseguí soltarme.

- ¡No! - grité apretando mi móvil en mi mano y pude oír cómo Zoe venía para ver qué ocurría.

- Hola - saludó a mis tutores y éstos pusieron su mejor sonrisa falsa.

- ¿Hay algún problema? - mi amiga preguntó un poco amenazante dirigiéndose a ellos.

- Nada que te incumba. Tu amiga se viene ahora mismo con nosotros sino quiere que llamemos a la policía - contestó cortante aquella estúpida mujer.

- Te damos dos minutos para que cojas tus cosas - me quedé paralizada unos segundos y en vez de volver a coger algo, solo podía pensar en Gazzy.

Me abrí paso entre los dos empujándolos hacia los lados y aporreé la puerta de Gazzy a la vez que llamaba al timbre como loca. Tras unos segundos de espera, por fin alguien me abrió.

- Gazzy - me lancé a abrazarlo y éste me correspondió el abrazo un poco confundido.

- ¿Quiénes son los que están en tu puerta hablando con Zoe? - murmuró mirando hacia mi casa.

- Han venido a por mí. Gazzy me tengo que ir - agarré su cabeza con mis manos y comencé a llorar mientras él me miraba con una mirada devastadora.

- No... - susurró y besé sus labios con todas mis fuerzas.

- Toma, quiero que tengas esto - de la funda de mi móvil saqué la carta que una vez escribí para él.

- Es... espera. Yo también te tengo que dar algo - entró rápidamente en el interior de su casa y subió corriendo las escaleras, dejándome en la puerta.

Miré hacia atrás, se estaban acercando hacia mí. No sabía qué hacer, así que me metí en la casa de Gazzy y cerré la puerta con llave, dejándolos en la calle.

Gazzy bajó las escaleras de nuevo corriendo y me entregó un papel en la mano, que guardé en el mismo sitio en el que guardé el mío.

Mis malditos tutores comenzaron a llamar a la puerta bastantes veces y miré a Gazzy con miedo en mis ojos mientras éste agarraba mi mano.

- ¿Qué hacemos ahora? - dije llorando.

- Tengo un plan.

Lil Pump, mi vecino(?) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora