capíтυlo cυarenтa y nυeve

476 45 25
                                    

- Es una trampa - dijimos a la vez, mientras ambos nos mirábamos a los ojos.

- Sí, estoy seguro. Creo que deberías decirle que vas a quedar con él para ver lo que pasa - le miré entrecerrando mis ojos.

- Sí, a lo mejor es Justin de verdad y tengo que besarlo de nuevo - murmuré sabiendo que aquel comentario iba a hacerlo enfadar.

- ¿Qué? - solté una pequeña risa y mordí mi labio inferior mientras miraba hacia otro lado. Ya no podía aguantar echarle en cara lo que le había visto hacer, pero tenía que aguantar.

- No creo que te importe si lo hago, ¿verdad? - volví a mirarlo y éste me miraba con el ceño fruncido y parpadeando múltiples veces.

- Ari, déjate de tonterías y dime qué pasa - rodé los ojos y volví a mirar hacia otro lugar que no fuera su rostro.

- Tú sabrás lo que pasa - me levanté del sofá en el que estaba sentada y me dirigí a su dormitorio, sabiendo que caminaba detrás de mí.

Empecé a recoger mis cosas mientras él me observaba.

- ¿Qué haces? - levantó los brazos a los lados a modo de pregunta.

- Me vuelvo a mi casa - terminé de coger las pocas cosas que tenía y me volví al salón para coger el par de bolsas que tenía de material escolar. Gazzy me siguió de nuevo.

- ¿Cómo que te vas? ¿He hecho algo malo? - solté un suspiro de indignación y recogí las bolsas, metiendo en ellas las cosas que tenía entre mis manos.

- No, que va. Es solo por si nos espían - inventé como excusa y salí de allí sin dejarle decir nada más, aunque pareciera que no iba a decir nada, pues se veía un poco aturdido por lo que estaba pasando.

Llegué a mi casa y lo primero que hice tras soltar las bolsas en el suelo de mi habitación, fue quitar la cortina que estaba en el cuarto de mis tutores y ponerla en la ventana de mi cuarto. No quería que Gazzy me espiara ni nada por el estilo.

Me tiré en la cama y me quedé mirando el techo. Solo bastaron unos segundos para que las lágrimas salieran de nuevo. Y sin darme cuenta, me dormí.

•••

Me despertó el sonido de una ambulancia que parecía estar debajo de mi ventana. Me levanté rápidamente de la cama y me asomé para ver que efectivamente estaba en el sitio en la que la había imaginado.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue que podría estar allí estacionada porque algo malo le pudiera haber pasado a Gazzy, así que bajé lo más rápido posible.

- ¡Ari! - oí la voz de Gazzy al abrir la puerta de mi casa, parecía que él también había venido en mi busca.

- ¿Estás bien? - dijimos al unísono, a lo que soltamos una pequeña risa.

Un hombre con uniforme se acercó a la ambulancia para coger algo y aproveché para preguntar.

- ¿Qué ha pasado? - me miró con cara de apurado y sentí que quizá no debería haberle preguntado.

- Le ha dado un infarto a una señora - asentí y observamos cómo sacaban en una camilla a una mujer mayor. Sentí un gran alivio que fuera solo eso. Quiero decir, pobre señora, me da pena, pero más pena me hubiera dado si hubiera sido Gazzy el que fuera en esa camilla. Aunque estaba enfadada con él, me seguía importando más que mi propia vida.

- Ari - me cogió de la mano y la agarró con ambas manos, poniéndose en frente de mi y apoyando sus manos con la mía en su pecho, mirándome a los ojos.

- ¿Puedes decirme por qué actúas así de repente? - sonaba bastante triste y eso me entristecía a mí también pero no podía dejarlo ganar.

- Gazzy, sé que sabes muy bien lo que ha pasado, solo que no quieres admitirlo - solté mi mano de su agarre y me metí dentro de nuevo. Cuando procedí a cerrar la puerta, un pie se interpuso entre medio.

- No sé de qué mierda hablas - abrió la puerta a la fuerza, pues intenté cerrarla pero él empujó con más energía.

- No voy a seguir aguantando tus tonterías, que lo sepas - le dije y de nuevo me miró como si él nunca hubiera roto un plato en su vida.

- Joder Ari, dilo ya - me mordí el labio mientras lo analizaba. ¿De verdad no va a decirme la verdad aún sabiendo que la sé? Bueno, si es así, él sabrá.

- Pues si quieres saber por qué estoy molesta, quizá le deberías preguntar a esa chica a la que le comías la boca cuando yo no estaba - solté del tirón y éste abrió los ojos como platos.

- Sí, hazte el sorprendido también - cerré la puerta en su cara y me fui a la cocina maldiciéndolo.

No había almorzado y tenía bastante hambre, así que me preparé un buen bocadillo de chorizo con un poco de coca-cola. Mi móvil no paraba de sonar mientras comía así que decidí apagarlo por completo y dejarlo alejado de mí. El timbre de mi casa también comenzó a sonar varias veces así que me dirigí de nuevo a la cocina, que es donde se encuentra y con un martillo que encontré, lo destruí.

- ¡Déjame en paz! - grité a través de la puerta, pues sabía que era él y que seguía allí.

- Por favor, déjame explicarte - suplicó, a lo que solté una pequeña risa y me alejé, yendo de nuevo a mi habitación para dormir una larga siesta.

Lil Pump, mi vecino(?) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora