-¿A dónde me llevas? ¿No deberíamos hacer lo que dijo T'Challa y quedarnos...
-¿A quien le importa lo que diga él?-Erik lo siguió llevando con él mientras corrían por el lugar.-Tengo que mostrarte algo y debe ser ahora.
Sonrió.-Erik, sé que te molesta la forma de actuar de T'Challa, pero debemos volver.
Erik paró de caminar y lo miró.-James, viniste aquí por él y a él no le importó.-Tomó su barbilla haciendo que lo mire.-Es un imbécil por no aprovecharte. Se supone que te ama, pero en todos estos días con suerte te ha volteado a ver.
Hizo una mueca.-Él otro día fue a mi habitación y hablamos un poco. Además sabes que ha estado algo ocupado con algunas cosas para la gente de su pueblo. Lo entiendo.
-Si estuviera en tu lugar, probablemente, T'Challa ya estaría muerto.
-Erik.
El menor negó.-Ven. Necesito que cierres los ojos, no hagas trampa ¿Ok? Es sólo que...-Le tapó los ojos con la mano.-Tú mereces lo mejor del mundo, James.
-Me voy a caer.-Se rió.
-¿Crees que te dejaría caer?
Caminaron algunos pasos más hasta detenerse completamente, pero aun así Erik no sacó su mano de sus ojos.
-Sólo espera un poco más.-Era raro. Había dejado todo atrás para venir a ver a T'Challa y ver si podían arreglar su relación, pero éste parecía demasiado ocupado con su pueblo y las exigencias de ser el rey, con suerte habían hablado un poco y siempre hablaban de los demás, nunca de ellos, así que comenzó a pasar tiempo con Erik, si, éste le coqueteaba cada segundo, pero con los días descubrió que así era él y comenzaron una amistad.
Claro que esto no le gustó para nada a T'Challa, ni a Shuri, pero él no encontraba nada de malo en esta amistad.
El movimiento de la mano destapando sus ojos lo trajo a la realidad.-Abre los ojos, cariño.
Abrió los ojos y se encontró con la vista más hermosa que había visto en toda su vida, no tenía comparación con nada de lo que sus ojos habían visto antes. Sin duda, ese era el atardecer más hermoso que vería en toda su vida.
-Esto sin duda es lo más hermoso del mundo, Erik.
-No.-Respondió el menor haciendo que lo miré a él.-Ahora mismo, este atardecer está en el segundo lugar.
-¿Qué está en el primer lugar?
Erik acarició su labio.-Tú, James. Simplemente tú.-Los labios del menor cayeron sobre los suyos, moviéndose lentamente dándole la posibilidad de detener el beso en cualquier momento. Dejó caer sus manos sobre los hombros del otro y le devolvió el beso.
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Se apoyó en el respaldo de la silla y miró a su novio.-Strange.
-¿Si?-Preguntó éste sin dejar de revisar su celular.
-¿Puedes mirarme o debo enviarte un mensaje para que podamos hablar?
El otro al notar el tono serio de su novio bloqueó el celular y lo miró.-¿Estás bien , Ross?
-Dímelo tú.-Lo apuntó.-Digo, estás aquí en mi maldita oficina, no me haz dirigido ni una sola mirada, te la haz pasado en el celular. ¿Qué demonios contigo?
Strange suspiró.-Sólo hablaba con un amigo, Ross. Además estás ocupado con esos documentos, lo noté.
-Hace media hora. Sabes que sólo debía firmar, no se demora mucho en eso.-Se paró de su asiento.-Me voy a mi casa, quédate aquí si quieres.
