Se levantó de su asiento cuando vio a Wade. La misión que tenía duró dos semanas, en vez de sólo una, se le había hecho eterno esperarlo.
Wade paró de caminar cuando lo vio acercándose a él.-Peter.
-Hola.
-¿Qué haces aquí? Deberías estar en clases, no aquí.
-Quería hablar contigo, Wade.
El mayor negó.-Ya sé lo que dirás. No necesito escuchar como terminas conmigo, no hagas esto, sólo sigue tu camino y yo segui...
-Cállate, Wilson.-Se pasó la mano por el cabello.-Lo entendí, entendí que no puedo hacer esto solo. No puedo salir de esto que siento, no sin ayuda.-Cerró los ojos.-No sé hacia donde ir, Wade, me estoy rompiendo cada día más, tengo miedo, perdí lo única persona que me quedaba de mi familia, te perdí a ti, perdí las ganas de vivir, de luchar. Te necesito, cuando estoy contigo sigo roto, pero siento que puedo seguir, que debo luchar porque tú me esperas.
Wade tomó su rostro.-Yo siempre te esperaré, siempre. Peter, me tienes a mí, siempre me tendrás.-El mayor besó su frente.-Te prometo que haré que todo esté bien. Te prometo que lucharé contigo.
-Gracias, Wade.-Lo abrazó, enterrando su cara en el pecho de su novio. Había extrañado tanto esto.-Lamento tanto haberte alejado y sobre Gwen, ella es mi amiga, lo ha sido todo el tiempo, no es nada más que una buena amiga que me quiere ayudar.
-Bien. No le haré nada, entonces.-Se rió al oír eso.-Te amo y no me alejarás de nuevo de ti, te prometo que nada nos alejará de nuevo.
Asintió y le dio un beso en el pecho, levantó su rostro y le sonrió a su novio.-Te amo.
-¿Sabes algo? Debiste haber venido cuando me estaba yendo, ya sabes, hacer la típica escena de las películas.-Wade sonrió.-Tú deteniéndome y diciendo todo esto, debes ver más películas, Petey. Debes hacer bien esto.
Se rió.-Ok, ok, debo aprender mejor de los clichés del mundo romántico. ¿Qué quieres ahora? ¿Un beso bajo la lluvia?
-No suena mal, pero está soleado.-Wade se rió.-¿Quieres ir a ver lo del departamento?
-Si.-Lo besó lentamente. Sin duda, amaba los besos de Wade, cada uno de ellos lo hacían sentir tanto. Estaba enamorado de Wade, tan enamorado. Sabía que no amaría a nadie más de esta manera, nadie más lo haría sentir lo que siente con él. Quería seguir sintiéndose de esta manera por siempre, quería estar con su novio para siempre.
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-Oh joder, estoy horrible.-Se tocó la cara.-Ojeras, parezco un panda.-Bufó.-Mi cara está seca y el tinte se está yendo.-Se tocó su cabello.-Si, ser padre es increíble.
Saltó cuando oyó el llanto de Alice.
Se dirigió hacia la cuna de su hija.-Hey, amor. ¿Por qué lloras ahora?-La tomó en brazos y comenzó a mecerla mientras caminaba por la habitación.-¿Cuándo hablaras? Sería más fácil para que me digas que tienes y hacer que dejes de llorar más rápido. ¿No crees que sea una buena idea, Alice? Si, es buena.
No entendía como Loki podía tener más calma que él con su hija, bueno a diferencia del pelinegro, él tenía dos hijos que lloraban cada cinco minutos, mientras que Frigga pasaba durmiendo.
La puerta se abrió, pero ni siquiera volteó.-¿Pietro?
-Shh. Se está durmiendo.- No era cierto, sentía Alice se movía.-Estoy agotado.
Clint se acercó y tomó a la niña.-Siento haber ido a esa misión, debí suponer que debía quedarme aquí.
-No. Está bien.-Le dio una cansada sonrisa.-Eres un agente y debes ir a esas misiones, lo entiendo.
El mayor dejó a la niña en la cuna.-Ven.-Caminó hasta su novio y se apoyó en su pecho.-Yo me ocuparé de ellos, tú duerme, te ves demasiado cansado.
-Me veo horrible.-Apuntó su cara.
-Te ves malditamente hermoso.-Clint besó su cuello.-Como sea, tú luces bien.
-Mentiroso.
Clint se rió.-Pietro, si nuestra hija no estuviera despierta, yo ya tendría en la cama desnudo. Te veo y sólo quiero...-Lo besó con fuerza. Sus manos tomaron el rostro de Clint mientras se besaban con fuerzas, comenzó a caminar hacia la cama.-Oh joder. Pietro, vas a matarme algún día.
Cayó sobre la cama y se quitó la polera, la tiró al suelo, no importaba donde cayera. Clint se colocó sobre él.-¿Te he dicho que amo como gimes mi nombre? Ese maldito acento que tienes excitaría a cualquiera, pero es una lastima.-Gimió al sentir la mordida en su cuello.-Tú eres mío y no te pienso compartir.
-Clint.-Le mordió el labio a su novio.-Date prisa, vamos, apúrate, no quieres que...-El llanto de Evan rompió el silencio que se había hecho.-eso pase.-Dejó caer su cabeza en el colchón.-Mierda.
-Si, mierda.-Clint le besó la frente.-Tú duerme, yo me ocupo de los chicos.
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Se mordió al ver las cunas, en ellas había bebés durmiendo su siesta.-¿Steve?
-¿Si, amor?
-Me arrepentí, nos vamos.-Había empezado a salir dl lugar cuando la mano de su esposo lo detuvo.-Steve, vamos.
-Tony, no. Dime que pasa.
El castaño lo miró como si fuera obvio lo que le pasaba, pero al ver que su esposo no entendía, se lo explicó.-Steve, míralos. Son tan frágiles y yo... no sé. No quiero romperlos. Peter ya está de una manera...-Suspiró.-Ya tengo un hijo que está roto, no quiero que esta vez otro se rompa por mi culpa.
-Tony, eso no va a pasar. Sé que lo que pasó con Peter nos afectó demasiado, pero ahora sabemos como está él, lo vamos a ayudar, siempre lo apoyaremos, tal como es con Harley también. Son grandes chicos, pero no puedes evitarles el sufrimiento, eso es parte de la vida, amor.
Asintió. A él le gustaría que sus hijos nunca sufrieran, el dolor puede acabar con alguien, no quiero eso para ellos.
Caminó por el lugar y paró en una cuna, sonrió al ver a la chica, ella tenía los ojos abiertos y le dio una sonrisa.-Hey.
Steve se acercó. Esa sonrisa en su esposo le era curiosa.-Oh, miren que niña tan bella.
-Es hermosa.-Tony tomó la mano de la niña y ésta le apretó un dedo.-¿No crees que nuestra familia necesito a alguien así?-La niña tenía alrededor de 4 meses y era una niña de color con un poco de cabello algo rizado.-¿Qué dices, cariño? ¿Quieres ir a casa con nosotros?
El rubio sonrió viendo a Tony interactuar con la niña. Su esposo amaba a los niños, solía se hace el duro, pero sabe que el castaño haría lo que fuera para que los niños cerca de él tengan una buena vida.-Creo que le agradas bastante.
-Te lo dije, Stevie. Todo el mundo me ama.
Si, no podía negar eso.
