Capitulo 28 -Primera parte-

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Danae.

—Danae. —dice una chica de cabello verde al abrirme la puerta y verme de los pies a la cabeza.

Miro a Matteo y a Elliot juntos detrás, a un lado de la puerta con la confusión dibujando cada facción de sus rostros. Vuelvo mi vista a la chica de enormes senos.

—¿Te conozco?

Ella endurece el rostro y se yergue. No me llega ni al hombro. —No, pero yo a ti sí.

Asiento desinteresada y la hago a un lado para pasar. Ella me toma del brazo antes de que yo dejarla atrás.

—Le rompiste el corazón a mi hermano, le jodiste la vida por completo. —me giro a verla. Esta cabizbaja. —. Por tu culpa no he visto a mi hermano dos años, por tu culpa el se fue a otro continente, por tu culpa llegaba borracho y drogado todos los fines de semana y a veces también entre semana, —gimotea. — tu lo jodiste por completo.

Me quito su mano de encima y me dirige todo su odio por la mirada.

—No tengo la culpa de que tu hermano sea un idiota, además no puedes culparme de algo que le hice a alguien que ni siquiera recuerdo o sea quien es.

Empiezan a caer sus lagrimas y levanta la mano. La tomo de la muñeca a tiempo antes de que me dé una cachetada.

—¡Eres una maldita puta!, ¡solo me sorprende que no le hayas pasado enfermedades!, ¡eres lo peor que le puede pasar a un hombre!, ¡jodes a todos con tu presencia y ojalá te mueras o seas infeliz toda tu miserable vida! —me empieza a gritar.

—Si, soy una puta, la peor escoria del mundo, pero eso es una de las cosas que enamoro a tu hermano ¿no? ¿Quieres que me disculpe? ¿Qué diga lo siento? Pues no, no siento nada de remordimiento, no siento amor por nadie además de un chico rubio que me irrita demasiado pero que es demasiado dulce. ¿Te digo que fue tu hermano?, lo que para mi fueron todos los chicos. Solo era uno mas con los que yo me distraía, me aburrió y lo bote. Eso es lo mismo que Elliot hará contigo, eso es lo que muchas personas sean del genero masculino o femenino hacen. Pero si hablaremos de putas para los chicos y el mundo tú también lo eres. Tu eres la que estaba semidesnuda a sola con dos chicos, no yo.

Ella empieza a llorar con mas fuerza y me grita que me odia, que ojalá su hermano nunca me hubiera conocido, que el mundo me lo hará pagar, que pagare por todo y que la puta aquí soy yo.

Se va corriendo a una habitación hecha un mar de lagrimas y cuando miro a los chicos Elliot esta con la boca abierta y Matteo inexpresivo. En otro momento estaría mas que irritada por que una niña en plena pubertad me ha intentado golpear, pero yo vine por algo y no lo pienso dejar. Me cruzo de brazos, sosteniéndole la mirada a Matteo.

Se escucha un portazo y veo a la niña ya vestida dirigirnos a los tres una mirada de odio antes de lanzarle la camiseta a Elliot e irse. Dando otro portazo. El castaño parece tener un poco de remordimiento, pero no va tras ella.

—Vi en primera fila el porque las chicas te tienen miedo. —escucho el susurro de Elliot. —¿Sabías que también eres popular en mi Instituto?, muchos chicos quieren contigo y algunos se llegan a cambiar, yo no creía cuando decían que eras bien fría, pero...

—Te contare todo lo que quieras. —le digo a Matteo viéndolo directamente a los ojos, interrumpiendo a Elliot. Me acerco a él.

Matteo solo asiente sumido en sus pensamientos. Me mira un rato mas hasta que se acerca mas a mi y me toma de la mano.

—Vamos a mi habitación. Elliot no quiero que andes espiando. —dice lo ultimo antes de girarse para llegar al pasillo.

Escucho "Ahhh" deprimido del recién mencionado y después la puerta principal ser cerrada.

Matteo abre una puerta y me adentra a esta. Le da un apretón a mi mano y las miro. Entrelazadas y casi la de Matteo cubriendo por completo la mía, a su lado se ve tan pequeña... lo miro a los ojos.

—Te aburres los botas. —resume.

Creo que por primera vez desde mi regreso siento algo de remordimiento. —Eso consiste en lo que soy ahora, eres tu quien me pide saberlo todo. Estoy aquí porque te quiero a mi lado. En realidad, te amo y lo sabes.

Él me sonríe complacido y me une a su pecho. Abrazándome. —¿Cuántas veces has intentado huir?

Su camiseta la hago puño entre mis manos. —con una fue suficiente. Pero según mi padre dos. La segunda fue la peor.

—Cuando volviste te evite un año entero. Los siguiente seis años quería volver a ti y en ese tiempo no sospeche nada hasta hace poco. ¿Qué te hacen esos hombres?

Te contare todo...

—Son variados. —respondo después un rato. —. La mayoría son sádicos, algunos les gusta solo verme con alguien más, otros me piden que les baile, pero en general. Todos son duros, solo para su satisfacción, son grotescos.

—¿Con los que te acuestas por diversion?

Aprieto la mandíbula. — Su ego no permiten venirse primero que yo, así que son duros de una manera excitante, pero es sexo casual a comparación de los hijos de los socios de mi padre.

—El no es tu padre, no lo llames así. Es Richard.

Su voz sale furiosa. Se que se esta reteniendo.

—¿Qué te hizo la segunda vez que intentas escaparte?

Alejo mi rostro de su pecho para verlo a los ojos. El me mira y frunce el ceño, su rostro se contrae de preocupación. Me vuelve a abrazar fuertemente mientras siento un nudo en la garganta. Me besa la coronilla.

—Si no estas lista no me cuentes.

Cierro fuertemente los ojos. —La segunda...—trago saliva. —la segunda vez me mantuvo drogada por casi una semana entera, el dice que nadie entraba además de el para inyectarme y mi tío para vigilarme, pero cuando desperté tenía marcas de fricción en los muslos, caderas y la entrepierna me ardía. Tenia unos chupetones en los pechos y mi cuerpo estaba mas que inestable. Tuve muchos problemas alimenticios después de eso, por la falta de agua y comida.

—¿Quién crees que...?

—Soy idéntica a mi madre Matteo, mi padre la quería. Llora cada vez que mira una foto de ella y la vi acostarse con alguien similar. Era algo que sabia que iba a pasar tarde o temprano...

—Pero tu tío te intento violar también.

—Él también estaba enamorado de mamá. No se quien de los dos fue.

Sangre, sudor y lágrimas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora