*Capitulo largo ;-;
Danae.
Me encuentro en el auto de Matteo por su insistencia. No ha querido que me venga sola a mi casa en mi propio automóvil pero ya mandare a alguien por él, eso o yo misma voy. No tengo problema con eso, pero, lo que si se me es extraño fue el cambio drástico de ambiente que hizo Matteo; dejándome arrinconada, sintiendo su inicio de excitación en mi cadera y viendo como sus pupilas se dilataban y oscurecían; para después ver mi busto y apretar la mandíbula, diciendo que me traerá a casa ya que hablara con Elliot. Esta sensación que tengo es nueva, nunca me habían dejado para hablar con alguien, mucho menos por un hombre, es como desplazamiento y siento ¿confusión? Si, estoy confundida. Matteo no deja de tener el ceño ligeramente fruncido, signo de que este concentrado en pensar algo, ese hecho le agrega a mi confusión nerviosismo. Se que yo le he dicho que debe pensar en todo lo que le he dicho, pero ¿y si ahora que lo piense quiere dejarme? ¿y si ahora le parezco repulsiva? ¿y si ahora en realidad solo esta conmigo porque le doy compasión?
Matteo sube el camino de cemento, rodeando la fuente de piedra blanca que se encuentra en la parte de en medio y siendo iluminados por los faroles del sendero. Miro por la ventanilla como se estaciona frente a mi casa. Las luces de adentro están encendidas. Miro por el espejo retrovisor como dos camionetas negras se estacionan detrás de nosotros.
—Te acompaño. —escucho la voz de Matteo cuando estoy por abrir la puerta. No le contesto, solo cierro detrás mío la puerta y subo dos escalones para llegar y abrir la puerta. —¿Por qué no tiene seguro? —pregunta.
—Porque me deben estar esperando.
Abro completamente la puerta dejando ver a una joven de cabello pelirrojo, ojos verdes y de cuerpo esbelto, debe tener 23 años de edad. Esta vistiendo ya ropa casual, con el cabello suelto, el bolso en manos y con buen porte mientras me mira estando al pie de la escalera, de pie.
—Ya te puedes ir. —le digo y ella asiente antes de salir rápidamente.
Creo ya haberles dicho que mi padre contrata jóvenes para llevarlas a la cama. Cada semana o mes hay nueva empleada.
—¿Quién era ella? —cierro la puerta cuando el pasa y me agarro de esta para empezar a quitarme los botines. Le respondo que era la de limpieza. —. Ya serán casi las doce, ¿Qué hacía todavía aquí?
—No se puede ir hasta que yo llegue a casa. Ordenes de mi padre. Ella sale, activa un botón que no sabe que tiene y a Richard le llega la notificación.
—No la vi la ultima vez que vine a verte, la anterior era rubia.
—Fue contratada ayer.
Lanzo los zapatos a un rincón y me cruzo de brazos viendo directamente sus verdosos ojos.
—Hare algo rápido y regreso. No te quiero dejar sola, pero debo hacer algo. Cuando vuelva y si todo sale bien te contare todo.
Camina hacia mi y me quita un mechón del rostro. ¿Qué trama? ¿Por qué siento que es algo mas que importante? ¿Por qué siento que esto definirá nuestro futuro? Me empieza a acariciar la mejilla, susurrándome que volverá pronto seguido de que besa castamente mis labios. ¿Por qué siento miedo? Y... ¿de qué?
Cuando lo veo tomar la perilla de la puerta lo detengo. El mira como le doy la espalda. Camino a la pared donde están los percheros y abro la pequeña puerta. Siete botones tintineantes y de diferente color se dejan ver, con una pequeña pantalla en un costado que deja ver quien entra y sale de casa. Aprieto el botón amarillo e instantáneamente el jefe de los de seguridad ya está en el umbral de la puerta. Abro la pequeña puerta de abajo y saco unas llaves de casa.
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Sangre, sudor y lágrimas.
Fiksi Umum¿Conoces la vida de la mas popular del instituto Sanders?. Ya sabes, la mas codiciada, la que catalogas como "zorra" o "perra", si, la chica mas superficial que has conocido, la que solo se empareja con los capitanes de futbol, la de la vida "perfec...