Capitulo 28 -Segunda parte-

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Matteo.

Cuando me ha dicho que me contaría todo, hasta lo que no le pregunte por nerviosismo no lo creía por completo. Ella intento escapar, me dijo sobre la posible violación de su padre o tío, la vez que una señora la vio siendo sometida por su hijo, sus sospechas hacia su padre, lo raro que le parece que Melanie no se de cuenta de que la usa, de que fue bulímica por casi dos años desde los 14 años de edad, la posibilidad de que se crea una conspiración contra ella, la idea que le habían plantado de que todo lo que le pasaba se lo merecía, la depresión severa en la que cayó a los 15, la vez que estaba por cortarse las venas a los 17 pero no sabía que tenía cámaras haciendo que Richard llegara a tiempo, lo difícil que se le hizo a los trece años tener autoestima pero ahora se ríe porque cree tenerla de más, lo asfixiada que se siente todos los días y sobre todo la ligera sospecha de que su madre en realidad no está muerta y está cerca. Y el sueño que ha tenido donde mata a Richard.

Son muchas cosas, son siete años, un año no quería ni verla en pintura así que no investigaba ni nada, los otro seis me la pase investigando el porque de su cambio, me llevo ese tiempo para saber de la prostitución. Ahora esta dormida sobre mi pecho, con su cabello esparcido en mi brazo, las pestañas moviéndose un poco sobre las recién humedecidas mejillas, la tranquila respiración, los labios entre abiertos; uno de sus brazos abrazando mi pecho y el otro sobre este hecha casi un puño sobre mi ropa, como si me quisiera retener de una partida inexistente; su pierna enredada entre las mías y sus mejillas ligeramente ruborizadas.

Ha estado dormida por no se cuanto tiempo, creo que es algo normal. Después de que me empezara a contar las cosas sin que se lo preguntara empezó a romper en llanto en mi pecho mientras su agarre a mi cuerpo se hacia fuerte. La cargue entre mis brazos, sentándola en mis piernas mientras me seguía contando entre llantos, con la voz mas rota que haya escuchado alguna vez, con la mirada mas perdida, cansada, dolorida, profunda y asustada que alguna vez haya visto. Quería que parara, que dejara de hablar, que su dolor yo también lo sentía con cada letra que salía de sus labios, quería detenerla y matarme por pedirle que me contara todo, pero, también sabia que nunca siempre se había guardado todo: pensamientos, sentimientos, sueños, miedos, preocupaciones, recuerdos, alegrías, sufrimientos... todo lo tuvo reprimido para ella sola, ha aguantado por tanto tiempo y sabía que tenía que desquitarse, contarlo tal vez para su bien.

Miro a la ventana y noto que ya ha anochecido. Regreso mi vista a Danae y la apego más a mi cuerpo, hundiendo mi rostro en su cabello y cerrando mis ojos. Pero cada vez que los cierro por mas morboso que sea la veo llorando sola, la veo intentando huir, suicidarse, sonreír falsamente; la veo con alguien arriba suyo, ella deseante o sufriendo. Abro los ojos de golpe y exhalo. Le beso el cabello a Danae y siento como se acurruca más a mí. Suspiro. Su cuerpo es delgado y se podría decir que se ve demasiado delicado al igual que su piel, ¿Cómo ha podido con todo? ¿Cómo ha soportado?

Hago a un lado con cuidado el cuerpo de Danae y me levanto.

—Ideare un plan. Lo prometo. —susurro antes de besar castamente sus labios.

Salgo de la habitación y entro al baño. Me mojo el rostro y cuando saco el móvil del bolsillo del uniforme veo mensajes de Elliot y notificaciones de redes sociales junto a algunos mensajes de personas que no conozco. Son ya las once de la noche.

Elliot.

Me gano el remordimiento, voy a estar pidiéndole perdón a Verónica (la chica del cabello verde). Creo que llegare tarde.

A los cinco minutos después tenía otro.

Me cerro la puerta en la cara y me lanzo agua fría antes de poder subirme al auto :'(

El más reciente era.

Pase por el edificio y el auto de Danae sigue ahí. Los dejare solos ;)

PD: ¡A darle con todo semental!

Decido dejarlo en visto y dejo el móvil en el lavamanos para empezar a quitarme el uniforme. Cuando termino me meto a la ducha, dejando que el agua de la regadera me moje por completo. Cuando termino de bañarme me rodeo la cadera con una toalla, pero cuando salgo me encuentro con Danae en el pasillo, cerrando la puerta detrás suyo.

Esta descalza, con la falda un poco alzaba y el cabello alborotado, reacomodándose el flequillo sin quitar su vista de enfrente. Se ve cansada.

Se gira a verme y solo enarca una ceja después de ver mi cuerpo y llegar a mi rostro.

—Pensé que te habías ido. —susurra. Su voz de por sí ya tenía un toque ronco, pero ahora es más notable.

Camino hacia ella. —Últimamente la que se va eres tú. —le respondo.

Su nariz esta un poco roja al igual que sus mejillas, se ve incluso más hermosa que cuando estaba dormida. Alzo la mano y acaricio su nariz. —No recordaba que al despertar tu nariz te hacia pasar por Rodolfo el reno. —le digo divertido.

Ella solo ríe un momento, desviando la mirada detrás de mí, mordiéndose un poco el labio inferior.

—Debería volver a casa.

—No tienes nada que hacer allá. —instintivamente me acerco mas a ella. Siento como su pecho se roza ya con el mío. Vuelve su vista a mis ojos.

—Debo quitarme el uniforme Matteo. —y el recuerdo de cuando estábamos en el baño, con ella sentada arriba del lavamanos, conmigo entre sus piernas, sus pechos al aire y sus labios entre abiertos produciendo jadeos viene a mi mente.

Le miro los labios antes de darme cuenta que ya la tengo arrinconada contra la pared y mi cuerpo.

—Yo puedo darte una de mis playeras. —digo siendo guiado por una excitación que empieza a recorrer mi cuerpo.

Coloca sus manos en mi pecho y no se como se me paso desapercibido, pero tiene algunos botones desabrochados, dejando ver algo de su busto.

Algo viene a mi mente y hablo antes que ella. No puedo hacer nada ahora con ella aquí. —Está bien, pero yo te llevare. Tengo que hablar con Elliot.

Y le beso la mejilla antes de entrar a la habitación.

Sangre, sudor y lágrimas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora