Desenredo mis piernas y empujo a Brenton, colocándome bien el sostén.
—Vete. —le digo. Me quito los tacones y me empiezo a poner el pantalón.
—¿Me llamaste Matteo? —dice confundido.
—¡Que te vayas!, ¡AHORA! —grito.
Él se coloca bien el pantalón y sin siquiera colocarse bien la camiseta se va, me paso la mano por el cabello y me lo suelto, me coloco mi blusa, de nuevo mis tacones y estos resuenan mientras me acerco al tocador. Me quito el labial con el papel higiénico que tienen los cubículos, me reacomodo como puedo el maquillaje y peino mi cabello con los dedos.
Cuando me quedo satisfecha salgo. Al salir tropiezo con el chico castaño que estaba con Matteo. Maldita sea, uno de los mejores orgasmos y la viva imagen de ese rubio inunda mi mente para después gemir su nombre en el oído de otro rubio con similitudes físicas a las de Matteo, y ahora, me encuentro con un amigo suyo. Perfecto.
Veo al castaño y hago mi cabello hacia atrás. Sus azules ojos me miran con autentica admiración y alegría. Frunzo el ceño confundida por su reacción e intento hacerle a un lado para que me deje pasar, viendo detrás de el y notando que entre al pasillo de los sanitarios masculinos.
—Al fin te encontré. —suspira cansado tomándome de los hombros.
Ahora lo ultimo que quiero es saber algo de Matteo, en serio que sí. Necesito alejarme, embriagarme hasta perder la razón y despertar en la cama de alguno de los amigos de Ethan, para luego huir de ahí.
Quito sus manos de mis hombros y lo empujo para que me deje pasar. Empiezo a caminar.
—¡Oye! —escucho sus gritos. —alto espera.
Me vuelve a alcanzar y se coloca frente mío de nuevo.
—Te he estado buscando y cuando al fin te encuentro, ¡me envías por el tubo mas gran del club!, ¿en serio reinita?
—A ver, y ¿tu quien crees que eres para llamarme reinita?
Pero él no me responde porque parece que le llego un mensaje, mira la pantalla de su móvil y vuelve a mí, repite eso otras tres veces y después resopla. Pidiéndome perdón.
Lo que pasa después es que pasa los brazos por mis piernas y me cuelga en su hombro. Grito porque no creo estar tan ebria como para no notar que prácticamente este chico me esta secuestrando.
Lo golpeo como puedo y cuando siento que me estoy cansando veo a donde nos dirigimos. Sube las escaleras y al llegar al reservado noto que me sienta de golpe en los sillones, siento a una persona que se roza con mi pierna y cuando lo volteo a ver vuelvo a gritar mientras me alejo.
Matteo me mira furioso mientras se cruza de brazos, miro la forma del sillón y noto que Allison no está, pero si su bolso.
—Yo me largo. —espeto levantándome de golpe para volver con los chicos. Me mareo un poco, pero consigo dar algunos pasos.
—¿En serio?, y ¿A dónde vas?, ¿a follarte a mas personas en los baños? O, alto no me digas... a follarlos en otras superficies claro. —dice arrastrando levemente la voz.
—Matteo...—lo llama el castaño.
—No, Elliot, —lo mira. Se levanta y se acerca a mí. —te estuve viendo desde que llegué aquí y tu solo vas con otro maldito rubio, te lo follas en un baño público, lo provocas en la pista de baile sin dejar de mirarme y después lo besas en mi cara.
—No se que es lo que quieres, —digo entre dientes. Me acerco más a él. —vienes aquí con Allison, despareces una semana, y luego vienes aquí a juzgarme como si no hicieras lo mismo. Porque, aunque lo odies, yo sé que me quieres y por un lado eres igual a mí.
No se ni de donde saque que me quiere cuando sé perfectamente sus sentimientos.
—Te confundes Danae, porque y...
—No Matteo, ¿tu crees que no me doy cuenta? —grito sintiendo los ojos aguados, cada vez más cerca de él. —Yo se y soy consciente que lo que tu sientes hacia mi es lastima y no cariño, yo se que tu eres consciente que te amo desde niños y también se que te aprovechas de ello para sacar algo, algo que no he descubierto, ¡sé que tu amas a la maldita asiática esa y estoy harta de que me lo repitas cada...
Y lo ultimo antes de sentir que me faltaba el aire son sus manos tomándome del rostro.
Me besa con determinación, sosteniendo mi rostro para que no me vaya. Lo intento empujar, pero él es más fuerte, y después de unos segundos cedo, acariciando desde su pecho para colocar mis brazos detrás de su cuello y cerrando los ojos, el beso se vuelve lento y dulce.
Matteo desciende sus manos de mi rostro hacia mi cintura, acariciándome en todo el trayecto y uniéndome más a él. Y aunque nos hemos besado antes este lo siento real, distinto y sin duda el beso más tierno que me han dado. Me une más a su cuerpo con delicadeza mientras nuestros labios se mueven de igual forma.
Cuando nos separamos para tomar aire nos encontramos jadeante, separando nuestros rostros para vernos, pero el une mas su cuerpo al mío.
—Jamás pienses que seria lastima, —dice. Me separo un poco de él y miro detrás mío al tal Elliot, él está con una sonrisa de madre orgullosa viendo la escena. Me alejo un poco más. — ya te lo he dicho, te quiero y te protejo porque eres mi mejor amiga.
Y aquí es donde la furia vuelve a mi cuerpo. Ignoro sus gritos y regreso a la parte inferior, topándome con Allison que sube las escaleras. Esta me mira incomoda, pero la ignoro y al llegar a la pista de baile diviso a Melanie con un chico de cabello amarillo. La tomo del brazo y nos dirijo a la barra.
Después de diez minutos Melanie se encuentra bailando tambaleante arriba de una mesa, sin la parte superior de su vestido y la parte inferior enrollada hasta arriba. Casi se podría decir que en ropa interior.
Después de veinte minutos yo estoy bailando con el que creo es Gary, tambaleante y con la música aturdiendo cada vez mas mi cerebro. Para después ver imágenes borrosas y cortas de alguien quitándome la ropa para acostarme. Vomitando. Cuando me están bañando y no sé si ha sido el orden correcto, pero al final solo recuerdo la completa oscuridad.
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Sangre, sudor y lágrimas.
General Fiction¿Conoces la vida de la mas popular del instituto Sanders?. Ya sabes, la mas codiciada, la que catalogas como "zorra" o "perra", si, la chica mas superficial que has conocido, la que solo se empareja con los capitanes de futbol, la de la vida "perfec...