CINCO

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Mina había buscado trabajo para sobrevivir después de un momento estresante al salir del apartamento de Shannon puesto a que hombres libidinosos la reconocieron como la cantante de la reinauguración del bar. Ella no sentía vergüenza en absoluto por lo que había hecho pero de verdad no quería llamar tanto la atención, más cuando un loco le había llegado de repente en medio camino para tomarse una selfie con ella en su teléfono móvil.

Al final consiguió un empleo en una cafetería de Cosplay donde necesitaban con urgencia una mesera dispuesta a servir comida y bebidas disfrazada de algún personaje de Ciencia Ficción o de animación japonesa. Greenville no era una gran ciudad pero había diversidad de culturas, personas y gustos.

Ella estaba a gusto con su trabajo, pero cuando le tocaba la mesa número trece su mundo de flores y buena onda pasaba a uno lleno de tormenta y malas vibras que ni el ajo, la verbena o una mandrágora le salvaría.

— Hola, Soy Mina. —Dijo aburrida. — ¿Te apetece comer o beber algo?

— Wow, Cariño. —Dijo la voz masculina ocultándose detrás del menú alimenticio del tranquilo local. — Una taza de té llena de algo que se llama paciencia para no ser la vergüenza en estos momentos.

La joven había empezado a trabajar durante quince días pero desde hacía siete el bastardo de Fane Krussen no dejaba de atosigarla, de fastidiarla y de recordarle que era su mate destinada por la Diosa Luna. 

Diosa loca que quiere desesperadamente unirla a alguien que no conocía a la perfección.

—Temo que esa clase de te no está disponible en este lugar. — Dijo quitándole el menú del rostro para que la viera a sus ojos. —: Como a tres cuadras está un psiquiátrico que las ofrece gratis.

— Verás, me levanté muy temprano a trabajar y dije hoy es mi día. — Dijo simulando un poco el enfado que tenía. —: Pero después que miré el lado de mi cama vacío por la falta de mi compañera cancelé por tercera vez mis ocupaciones para ir a comprar unas flores a modo de disculpa

Señaló el hermoso ramillete de rosas blancas.

Fane Krussen la miró con cuidado. — ¿Qué crees? 

Mina lo miró como si él estuviera loco. — ¿Qué?

—Estaba en su trabajo de pacotilla sirviendo mesas en una falda de volantes corta  y un top muy provocativo para que todo el mundo vea lo que por derecho es mío mientras imaginan como violarla ¿Sabes lo incómodo que es eso?

Mina solo rodó los ojos. —¡Muy incómodo!

Ella se miró a si misma, llevaba un uniforme de sirvienta sexy pero la verdad no mostraba tanto como hacía creer por eso prefirió simular que también estaba alterada. — ¡Oh que terrible!

— No, eso no es terrible. — Puntualizó el Lobo enfadado. — Terrible es tener una migraña a tan tempranas horas porque mi manada ya quiere desesperadamente que su Luna ocupe su lugar ya que todas las hembras no pueden resolver sus problemas con el Alfa masculino. 

— ¡Oh, que mal!

—No. — Se apresuró en decir él. — Lo malo es que dos hembras locas pelearon cada una por  un jodido vestido y llegaron a mi estudio quejándose, esas no son cosas para que un Alfa trate sino la Luna.  

— Stephan.— Dijo mas calmada. —: Estás siendo muy infantil si te preocupan esas mujeres envíalas con un psicólogo.

Fane la miró como si estuviera loca. —Es un problema de lobas no de locas. 

Ella suspiró con pesadez y prefirió hacer lo mismo que había hecho en siete días. —Si no es mucha molestia déjame trabajar, tengo mis mesas ocupadas y esto no es auto servicio.

AMORES DE GREENVILLE 1: La Nereida y El Lobo*Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora