VEINTE

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Fane no lo creyó cuando Mina le hablo por teléfono, su mate estaba a salvó pero su madre no tendría la misma suerte. El Alfa de lobo había jurado que si algo le llegaría a pasar a su madre encontraría al culpable y le mataría de forma instantánea pero cuando llegó al hospital y se encontró con una Mina en una área de observación siendo atendida de sus heridas se descontroló y la abrazo.

—Por la Diosa Luna, Mina. —Le beso la coronilla de su cabeza. —No pude ir por ti y temí que nunca te iba a volver a ver.

Ella recibió con gusto el gesto y lloró. — ¡Ese infeliz casi me viola y tú madre me salvó ahora ella está en un estado crítico!

— Tranquila. —Fane le dió un suave beso en la boca. —Ella va a estar bien porque es una loba muy poderosa, en este lugar hay sanadores de Razas Antiguas que tienen un excelente desempeño en la medicina.

—Lo siento. —Ella entró en llanto. —Tu mamá no merecía ser lastimada.

—Pero están bien. —El le alentó y le dió otro beso. —Veras que estarán de regreso en la manada y les prometo que mis hombres y yo doblaremos la seguridad.

— ¿Qué hay de Adratos? —Le preguntó Mina. —No lo conoces, el no va a descansar hasta llevarme con el a Oceánica.

Fane gruñó sobresaltandola de inmediato. — Que lo intente y antes de enfrentar a un lobo cualquiera enfrentará a un hijo de Odin. —El tomó su rostro entre sus manos y le besó. —No te voy a dejar ir de mi vida, Marina.

— Adratos no se quedara sin hacer nada, Fane.

—No está en sus dominios, sino los míos. —Le convenció. — Estás conmigo ahora y él no te puede tocar.

— ¿Son los familiares de Rosalie Krussen? — Apareció un médico con una tabla de información.

—Soy su hijo mayor. —Respondió Fane. — ¿Está grave?

—Ya está restablecida y ya reaccionó al post operatorio así que la vamos a pasar a una habitación.

Fane asintió y fue hasta donde su madre estaba, ella era fuerte el lo sabía desde que tenía memoria y ella no se dejaría amedrentar por nada porque era un verdadera hembra de fortaleza digna de admirar y de seguir.

— Está sedada y aunque el peligro paso debe seguir en observación. —Dijo una enfermera que estaba en la habitación revisándola.

Mina lloró una vez más y Fane la abrazo.

—Ella está bien. —Lo dijo más para si mismo que para ella. —Afortunadamente dejó a Breeze con las Epsilon, su guardia personal a las que ella llama cuando hay estado de emergencia.

De repente ella recordó a Breeze. — ¿Está bien?

—Asustada igual que tú.

Ella se limpio las lágrimas. — Tu no conoces a los Atlantes.

—Conozco a los del Atlántico y escuché que los del Pacífico eran unas bestias vestidas en túnicas pero no es de temer me he enfrentado a cosas peores. —Miro a su madre y luego a ella con tal sentimiento de apropiación. —Adratos se metió con el lobo equivocado y en el momento equivocado, tengo a Lindsay encerrada en uno de los calabozos y estoy dispuesto a demostrarle a todo el mundo que con Stephan Krussen nadie juega.

— ¿Por que Lindsay?

—Ella fue la que te tendió la trampa y te entrego muy fácil a Adratos. —Fane suspiró aunque con algo de molestia. —Remy está buscando a Aimée pero la suerte de Lindsay no pinta bien, matarla será lo más conveniente.

AMORES DE GREENVILLE 1: La Nereida y El Lobo*Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora