DIECIOCHO

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Aimée estuvo metida en un gran problema en el que había preferido una y mil veces quedarse en casa vendiendo pociones que vigilar desde lejos los dominios de Fane Krussen, Adratos prácticamente la había obligado a buscar a la mujer a cambio de lo que había pedido y no se lo daría hasta el tener a la chica.

¿Por qué tanto interés en una mujer ajena? Adratos debería dar marcha atrás y volver a casa porque el Lycan conocido como Stephan Krussen tenía una fama de despiadado a la hora de estar enojado.

Y seguro a ella le harían ver el infierno en la tierra al saber que ella iba tras la Luna de su manada.

Para Aimée había sido difícil considerar el hecho que en cada límite de los dominios Krussen había un vigilante o a la vista o escondido y encima de todo hasta tenía tecnología para pillar al intruso en pocos segundos.

¿Qué debería hacer?

Ella quedó allí por una buena hora hasta que vió a una mujer salir de los linderos, era una chica de fuerte constitución que parecía una peleadora promedio de la WWE. Aimée descubrió que la chica iba a senderos alejados así que aprovechó y la alcanzó, esta al verla se colocó en posición de ataque pero la bruja se arrodilló para darle a entender que no era peligrosa.

—Por favor. —Dijo ella. —Necesito información, puedo darte dinero si lo necesitas.

La castaña vestida de vaqueros y camisa holgada la miró muy intranquila, era Lindsay quien prefirió salir para correr a gusto.

—No deberías estar aquí, Bruja.

—Lo se y tienes toda la razón del mundo. — Vociferó intranquila. —Pero estoy metida en un lío terrible.

— ¿Y yo que tengo que ver allí?

— ¿Perteneces a la Manada de Stephan Krussen?

La chica asintió. — ¿Cuál es el problema con él?

—Con él no. —Respondió. —Es con la Luna, se llama Marina Winterly y su novio la está buscando.

Para Lindsay escuchar aquello le pareció música para sus oídos, había una Luna mentirosa engañando a una manada y en especial a su Alfa.

— ¿Dices que el novio la está buscando?

—Para casarse. —Lanzó Aimée sin cuidado. —Ella y el joven que está en mi casa están comprometidos.

— ¿El Alfa lo sabe?

—Desconozco si lo sabe o no.

Lindsay pareció pensarlo y luego suspiro porque tenía una buena idea.

— ¿Crees que el prometido planee llevársela?

Aimée asintió y para convencerla le dijo una historia que convencería al más desprevenido: —Es mejor tenerla lejos porque el novio es una persona de mucho cuidado, se trata de un brujo de los mares y si llega a estar en estos dominios por esa chica probablemente La Manada deje de existir.

Lindsay al escuchar esto abrió los ojos muy asustada, era la primera vez que escuchaba sobre un brujo desconocido y eso sí Saba peligro. La loba olvidó su rabia o tal vez su envidia frente a la no loba que era su Alfa femenino, quería proteger a los suyos y eso era más importante que el corazón del Alfa Krussen.

— ¿Ese hombre está aquí?

Aimée asintió una vez más. —Si no le llevo la chica me matará y no sé cómo ya que la manada de Krussen está fuertemente custodiada. 

Lindsey entonces encendió su bombillo de idea y suspiro pesadamente. — Tal vez te puedo ayudar pero tienes que poner de tu parte para que se haga así porque si se llegan a enterar que separé al Alfa de su Luna me matarán.

AMORES DE GREENVILLE 1: La Nereida y El Lobo*Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora