TRECE

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El día comenzó más pesado que nunca, Mina se despertó a primera hora, programó a las damas y luego empezaron a trabajar; limpiaron la tienda de suministros, tomaron una casa abandonada para acomodarla y hacer de ella su centro de operaciones.

Habían nuevas máquinas de coser, implementos de mayor calidad, un telar electrónico y muchas cosas más, rápidamente todas se sumaban al proyecto, la que no lo hacía era Lindsay.

A Lindsay no le agradó en lo más mínimo la nueva Luna, mejor era Ann Marie que ella y siempre le daba a su antigua Luna noticias  del como el Alfa estaba llevando la vida sin ella y hasta ese momento había motivado a los machos acoplados a quejarse con su Alfa, las leyes no debían ser cambiadas, las hembras tenían que estar en casa esperando y no haciendo escándalos o saliendo sin avisar.

La seguridad era lo primero.

Tampoco le gustó cuando puso en tela de juicio que una mujer era propiedad de su marido, A Mary Kate le había dicho que no debía ser castigada por no cumplir con lo que su mate le decía.

— ¿Te pasa algo conmigo? — Preguntó Mina

Lindsey era castaña, de ojos marrones claros casi miel y aunque era bonita lo que la afeaba era una actitud de hostilidad frente a todo que no se midió en lo absoluto para contestarle a su Luna de forma agresiva.

— Si. —Dijo Lindsay. —Me pasa algo y es que no estoy de acuerdo que un no Lycan sea mi lider, no te veo como líder.

Lindsay esperó que la Luna hiciera un berrinche, o alguna escena de lagrimas y encontró a una que no le importó en lo más mínimo. Entonces hizo algo que podría ser considerado una enorme falta de respeto al tirar una caja de suministros al piso para después pisar las madejas de hilos ensuciandolo con los pies.

Lindsay la miró con la cabeza arriba y las mandíbulas apretadas al punto de hacer como los perros cuando empiezan a enojarse.

No gruñir sino mostrar los dientes. Mina se colocó de pie de la silla en la que estaba trabajando para ver a Lindsay con sonrisa fingida. 

— ¡Te ves tan linda comportándote como una niña, Lindsay! —Le dijo a la mujer enfadada. —Tengo una prima de doce años que hace pucheros mejor que tú ¿Quieres conocerla?

Las hembras esperaron a que sucediese algo pero Mina no hizo nada sino que se colocó en cuclillas para recoger el desastre de Lindsay y sin embargo la chica mayor que Mina cometió una enorme falta que fue pisarle la mano.

Varios segundos después el cuerpo de Lindsay se estrelló contra la pared quebrándose en el acto, lo siguiente que hizo Lindsay fue levantarse adolorida para verle más enfadada.

Lindsay se encaminó a ella pero Mina con agilidad la tomó del cabello y con furia la sacó de la casita de trabajo hacia fuera llamando la atención de todo el mundo incluyendo la de Fane que llegaba con un hombre en sus treintena muy enfadado.

Mina estaba vestida de un short en mezclilla amarillo, una camisa blanca y unos zapatos de lona, estar vestida así le dio oportunidad para sentarse sobre la atrevida fémina para darle de puñetazos.

— ¿Con quién crees que estás tratando?

Tres puñetazos más y Fane tuvo que retirarla de ella.

— ¿Qué está sucediendo?

—Me faltó al respeto. —Dijo ella enfadada. —Alguien tiene que ponerla en su lugar.

Fane miró de ella a Lindsay y luego suspiró. —Tenemos que hablar y por favor ven conmigo.

Ella casi fue arrastrada por él siendo seguidos por el hombre y lastimosamente por Lindsay. Cuando llegaron al  estudio de Fane el hombre de barba, mirada penetrante y fornido miraba a Mina mucho más iracundo que Lindsay.

AMORES DE GREENVILLE 1: La Nereida y El Lobo*Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora