AMORES DE GREENVILLE 1: La Nereida y El Lobo*Finalizada*

DOCE

— Despierta de una buena vez.

Mina no había podido conciliar el sueño, Fane en cambio había había dormido en toda la noche y lo mucho que roncaba le había dado señales de que estaba en el sueño más profundo. A ella la preocupación le dominaba más que ahogar con una sábana al lobo que dormía con la boca abierta botando saliva.

En un bebé  se veía hermoso pero en un hombre...

Ahora la amorosa suegra estaba allí en su habitación sin ser invitada incitandola a despertar, pero cuando no lo hizo el encanto de Rosalie Krussen le levantó a punta de un balde con agua.

Uno con agua helada y ni siquiera era invierno...

Mina simuló su enfado con una sonrisa que acabaría con alguno en segundos.

— ¿Qué la motiva a hacer tal muestra de amor y afecto? —Mina se incorporó de la cama y Angélica se acercó para recoger las sábanas húmedas.

La pelirroja frunció el ceño. —Es hora de iniciar tu día como Luna, se lo dijiste a Stephan.

Mina lanzó un gruñido poco femenino y luego miró abrumada a su suegra.

— Mi trato es con él no con usted.

—Pues si te queda corazón para tratar con él ve ablandandote un poco. —La vio muy enfadada. —Si los viejos del Concejo de Lobos no te consideran apta para ser la Luna, así portes el brazalete te expulsaran de la manada y a Fane le quitarán todo lo que heredó de su difunto padre, no soportó los maltratos de su padre para que tú le quites lo que por derecho le corresponde, ya aguanté todo de Ann Marie pero de ti no lo voy a hacer.

Mina parpadeó y luego la miró demasiado ceñuda. — ¿Quien carajos es Ann Marie?

—Su ex mujer y la antigua Alfa que ocupaba mi lugar. —Dijo Rosalie. —Ella le fue infiel, le hizo daño y ahora llegas tú en su lugar a hacer lo mismo.

Mina calló, luego pensó y más tarde miró a su suegra muy firme. — Yo no le dije a su hijo que queria ser su Luna y mucho menos su mate así que tanto él como usted se aguantan todo de mí. —Ella se aproximó a la puerta y la abrió mostrándole a la loba que debía irse. —Sea buena y salga de mi  habitación.

Unos minutos después estaba en el recibidor esperando a hablar con Fane pero este no salió de su estudio. Cuando se resignó a no verlo decidió que lo mejor era caminar por el jardín hasta que un tumulto de mujeres empezaron a hacer escándalo con enfado, estaba tan enojadas que algunas estuvieron peleando con los guardias para querer entrar al la casa.

Entonces una saltó sobre uno de ellos y otra estuvo dándole con el zapato al desprevenido macho.

— ¡¿Quieren dejar de hacer eso?!

Las mujeres quedaron frías al ver a Mina que decidieron ignorarla continuando con su escándalo.

Mina se enfado y lo que hizo fue manipular el agua de un sistema de riego cercano en el jardín para bañarlas a todas: — ¡¿Podrían cerrar sus jodidas bocas de una buena vez?!

Todas vieron a Mina de forma iracunda.

— ¿Que esperaban un aplauso por su rebeldía? —Mina les vio molesta a todo el grupo de cansonas lobas. —Con razón su Alfa les huye, más parecen gallinas que perras.

Todas las féminas le miraron como un bicho raro.

— ¿Quién eres? — Preguntó la morena.

—Ella es la Nueva Luna. —Dijo Angélica y todas sorprendidas se arrodillaron delante de ella.