Mia << 2 temporada>>>

6

Ahora mismo me encontraba en la hora más aburrida de la existencia: Historia de la técnica.

Bueno no sería tan aburrida si molesto a mi compañero de pupitre, Caleb.

Sonrió ampliamente y lo miro.

Él estaba concentrado en la explicación,embobado,lo que me hizo soltar una carcajada.

Con las cuerdas que salían de mi sudadera le hice caricias en la nariz, él se empezó a molestar y yo en estos momentos estaba carcajeando en silencio.

Hasta que lo hizo, si, estornudó, lo hizo tan fuerte que se dio con toda la cabeza contra la mesa.

Y yo estaba sin respiración de tanto reír y él sobándose la cabeza por el golpe.

—¡Stones,Wilkinson, fuera de mi clase!- grita el profesor haciendo que yo ría más fuerte y que Caleb refunfuñara.

Cuando salimos fuera, yo me quitaba las lágrimas que me salieron de tanto reír y Caleb me miraba con cara de pocos amigos.

Me acerqué a él de golpe y le pregunté si estaba bien.

Él no me respondió solo miró a otro lado sin decirme nada. Insistí.

—Venga Caleb, lo he hecho sin querer.-implore, mil veces, pero él solo se giraba y no me hacía caso.

En estos momentos me encontraba con mi cuerpo enrollado a mis piernas y mi frente en mis rodillas, sé que diréis: pero que dramática es, pero no quiero correr el riesgo de perderlo, él ha sido muy bueno conmigo estos días.

Una voz me hizo salir de mi trance.

—No me digas que estás llorando por la gilipollez que acabo de hacer- dice riéndose.

Yo solo lo mire con cara decepcionada y miré a otro lado.

Sus dedos se colocaron en mi mentón y hizo que girara mi cabeza.

—Hey, tranquila no me voy a cabrear contigo- me dice con una expresión ya más relajada yo le sonrei y le abrace fuerte.

—Pero el golpe ha sido fuerte- añadió sonándose la zona afectada.

—¿Te duele?- pregunto tocándole la cabeza, fijando mis ojos en la zona dañada.

— Creo que mate a todas mis neuronas- dice riéndose.

— ¿Y tú tenías neuronas? - digo burlona a lo que él me mira serio.

— Más que tú seguro- dice devolviéndome la broma.

Ambos empezamos a reírnos hasta que derrepente tocó el timbre que da a finalizar la clase.

— ¿Qué clase tenemos ahora? - preguntó a Caleb.

— ¡Dibujo artístico! - exclama entusiasmado.

Caminamos los dos animamos hasta el aula de dibujo, cuando llegamos ya la profesora estaba allí organizando todo.