Capítulo 19

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¡Lo siento! Anoche no pude subir, aquí lo tenéis y si puedo esta noche subo también.


No sé cuánto tiempo estuve allí plantada pensando en qué contestarle, pero cuando me quise dar cuenta estaba saltando como una loca con ella enfrente y gritando como locas. Ricky, Roi, Cepeda y Mimi habían formado un círculo a nuestro al rededor y nos miraban divertidos mirándose atónitos entre ellos.

—¡Se puede amooooor! - Ana me cogió del brazo para que saltase con ella mientras sonaba la última estrofa de nuestra canción.

Cuando terminó todos aplaudían y nosotras nos fundimos en un abrazo. Me reconfortaba ver la naturalidad que le estaba dando a la escena, aunque de natural no tenía nada.
Fíjate, estaba saltando con la mujer con la que estuve saliendo tres años, con la que después cometí el mayor error de mi vida por el que me estaré castigando hasta mi último día. Me fallé, y, sobre todo, le fallé a ella. Eso no tenía que pasar, todo estaba controlado, pero pasó. Y lo odio. Y me odio. Y me odió. Pero aquí estábamos, después de un año sin vernos, haciendo como si no pasara nada, como si todo fuera igual. Pero todo distinto.

—Voy a ponerme una copa, ¿quieres algo? - estaba preciosa con la respiración agitada y despeinada por el baile que se acababa de marcar.

—Te acompaño... si quieres, claro. - por favor, que diga que sí.

Asintió sonriendo y fuimos hacia la cocina. Mientras se servía me paré a observar todo lo visible de ella, desde su pelo, hasta sus taconazos.

—Me vas a desgastar. -se giró y me sonrió mientras me daba mi copa.

—Gracias - le sonreí y cogí la copa. Di un trago y le miré de nuevo.- estás más guapa.

Sonrió y miró hacia abajo ruborizada mientras se colocaba un mechón de pelo por detrás de la oreja.

—Vas muy borracha, Miri.

—Créeme que no.

Salimos al salón y estaba sonando una canción lenta.

Narra Ana

Cuando me di cuenta estaba sonando una canción lenta y ella tenía sus manos en mi cintura mientras yo rodeaba su cuello con mis brazos.
Sólo había silencio, aunque no era incómodo, pero sentí necesidad de romperlo.

—Bueno... Y, ¿qué tal? ¿Todo bien?

—Supongo. ¿Tú qué tal?

Sonreí de medio lado y me separé de ella.

—Como siempre.- me di la vuelta y fui a la cocina. Me llené el vaso y volví con todos.

—¡Banana!- Mimi me levantó del suelo dándome vueltas y pude notar el alcohol en su mirada.

—Mimi, deja de beber anda.

—Y tú deja de zorrearle a la rubia, que no tenemos babero para las babas.

—No digas tonterías, sólo estábamos bailando.

—Venga Anita, tíratela.

—Cállate Mimi.- Miriam apareció por detrás de la granadina y la agarró del brazo.- ¿Bailas?

Se fueron a bailar y yo me fui al baño a lavarme la cara para que mi nivel de alcohol bajara.

Narra Miriam

Estaba bailando con Mimi cuando sonó mi móvil. Héctor.

"¿qué tal tu fiesta"

¿Qué? ¿Cómo lo sabía?

—¡Miriam! - Cepeda apareció corriendo por el pasillo. Todos centramos nuestras miradas en él. Cuando vimos que tenía los ojos y las mejillas empapados en lágrimas, Ricky quitó la música y yo me acerqué a él asustada.- Ana no está.

Si queréis que suba o que mejore o cualquier cosa comentad porque si no veo comentarios no sé si os gusta y por eso la dejé 🙃
Un kiss

Una Eterna Despedida ||•Wariam•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora