Capítulo 6

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—Ya me estás escuchando, quítate la camiseta.

Su voz estaba pasando de exigencia a enfado. Intenté darme la vuelta e irme, pero no me lo permitió. Me agarró del hombro girándome hacia ella y me miró a los ojos.

—Quítatela, ya. O si no lo haré yo, Miriam.

Agarré del borde de mi camiseta y tiré de él hacia arriba. Al ver mi cuerpo al descubierto Ana pegó un grito ahogado y se tapó la boca con las dos manos. Unas lágrimas se resbalaron por mis mejillas y miré hacia abajo avergonzada. Me dolía haberle hecho esto a Ana. Me dolía ver cómo tenía a una de las personas que más me importaban en este momento destrozada delante de mí por mi cobardía y por haberme callado durante todo este tiempo. Ella no se merece esto... Y yo tampoco me lo merezco.

—Ana, te prometo que...

—No me prometas nada- me interrumpió lanzándose a mi cuerpo para abrazarme contra ella- ¿por qué no me habías dicho nada?-separó mi cara unos centímetros de ella y limpió mis lágrimas con sus pulgares.

—No estoy con Pablo, te lo prometo Ana. Esto... esto me lo hizo última vez. No he vuelto a verle, y no lo voy a volver a hacer, ¿vale? -agarré su cara con mis manos y junté nuestras frentes. Ana había estado a mi lado durante todo el infierno que viví con Pablo y su problema de alcoholemia. No era justo para ella que yo hubiera vuelto a verle aquella noche y que me hiciera todo esto de nuevo, así que ese detalle se quedaría para mí. Estaba temblando, por mi culpa, y eso no me gustaba nada... - Ana, estoy bien, de verdad.

—Miriam...

—De verdad que no le he vuelto a ver, Ana. De todo lo que salí gracias a ti no voy a volver a entrar.

—Miriam, he...

—No, va enserio. Es que no es nada justo que pienses que...

—¡Miriam! -me asusté del grito que pegó. Se separó de mí y cogió su bolso colgándoselo del hombro.- He vuelto con Jadel.

Le miré a los ojos y vi que estaba llorando igual que yo, pero a diferencia de mí ella intentaba disimularlo. Salió de mi casa y yo me quedé allí parada, como una completa imbécil, que era cómo me sentía.

—Ana... -aunque sabía que nadie me estaba escuchando, sentía la necesidad de pronunciar su nombre.

Una Eterna Despedida ||•Wariam•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora