New Teen Titans: Shadows And Destiny

Capítulo 2

A pesar de tener sus ventanas cubiertas con cortinas, el brillo del sol logró escabullirse hasta sus ojos. Poco a poco los fue abriendo adaptándose a la luz del día, y fueron cegados por los rayos del sol.
Al darse la vuelta para que ese brillo no lo siguiera molestando notó a su compañera al otro lado de la cama, recordaba la noche anterior, pero no entendía por qué ella seguía ahí, en su habitación. Le molestó un poco.

-Rachel...- la llamó para despertarla. La chica fue despertando y mientras se iba incorporando sujetaba su cabeza como si un gran dolor estuviera en ella. Lo cual así era.

-¿Te quedaste?- parecía más un reclamo que una pregunta.

-Lo siento, no fue mi intención- se disculpó aún sabiendo que no fue si culpa. -Perdí el conocimiento luego de salir de tu cabeza- explicó.

-¿Qué viste?- no le importaba que haya visto, lo que le importaba es que ella lo olvidara.
Raven iba a contestar la pregunta, pero Damian la interrumpió. -¿Sabes qué?, sólo olvidalo y jamás se lo menciones a nadie-.

-¿Entonces no comeremos pastel?- la chica sabía que ese comentario lo molestaría, pero él la despertó a las tres de la mañana y ahora tiene un fuerte dolor de cabeza gracias a eso. Damián se lo debía.

-Cállate y vete- escupió irritado por el comentario, tal como ella lo supuso.

-Eres muy delicado, es fácil irritarte con un comentario- ella de verdad estaba disfrutando aquel momento.
Él pronto se dio cuenta de las intenciones de la chica y se sintió tonto por darle la oportunidad.

-De igual manera... hoy es un día como los demás, ¿entiendes?. Nadie necesita saber que hoy es mi cumpleaños-.

-Feliz cumpleaños, Damian- soltó la joven luego de casi un minuto de silencio. -Sé que no te gusta festejarlo, pero llevas cinco años con nosotros. Al final alguien tenía que darse cuenta y felicitarte... al final alguien tenía que decirlo- le dedicó una de sus sonrisas para luego irse de la habitación.

Era cierto que ambos no convivían lo suficiente con los demás, eran dos ovejas negras en un mismo corral, también eran ciertas sus similitudes, pero eso jamás fue una razón para acercarse al otro. Al menos no hasta ahora.
Bien era sabido que Rachel no sonreía, pero cuando lo hacía, lo hacía con sinceridad; lo cual brindaba paz y tranquilidad.
Y hoy, en éste día, esa paz envolvió a Damian, sus problemas seguían ahí, pero se dio cuenta de que al menos podía contar con ella.