Capítulo 6

17.9K 1K 194
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Qué tal te ha ido el Análisis Discográfico?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Qué tal te ha ido el Análisis Discográfico?

Unos brazos me asaltan de repente. Pensando que la pregunta provenía de otra persona, me asombro al encontrarla detrás de mí colgada de mis hombros cual panda. Solo le falta enrollar sus piernas alrededor de mi cintura y comer bambú en la cafetería. Todo eso, conmigo como su árbol personal al que puede maltratar a su antojo.

— Me he sentido abogada durante una hora — respondo, me llevo una mano a la frente para retirarme el pelo de la cara. Con el empujón casi me he matado —. ¿Para qué quiero saber qué contrato tengo que firmar? ¿De eso no se encargan los agentes? Tengo dinero para pagarles, no quiero saber todo ese rollo del Copyright y si mis canciones valen el dinero que de verdad se merecen. Para eso está el trabajo de Agente Discográfico.

Su risa me hace cambiar el empeño que le pongo a mi discurso. Suavizo mi rostro y una sonrisa tira de mis labios. Inclino mi cabeza distinguiendo la mirada de obviedad dirigiéndose hacia mí. El rastro de su no parar de reír sigue presente en la manera en la que una casi indistinguible vena se marca en su frente.

— Es la carrera que has elegido, Nora — me recuerda, lo hace sonar demasiado evidente cuando en realidad no lo es —. Es mejor que estudiar Historia de la Psicología como si estuviéramos de vuelta en el instituto y nos viéramos a la cara con ese profesor de historia que siempre odiamos y que da las clases como el culo. No sé tú, pero mi profesor de historia era un cabrón que no me aprobaba ni aunque me pusiera de rodillas y le suplicara.

Suelta un bufido. Es a mí a la que le causa gracia su actitud ahora. No va a perder nunca el hablar por los codos y puede que sea una de las cosas que más diversión me provoca. Su rostro termina rojo, luciendo iracunda, al terminar de hablar. Me mira molesta y debo aguantar las ganas de reír para no soltarle una risa en la cara. En cambio, una sonrisa no evita colarse entre las comisuras de mis labios.

— ¿Qué? — escupe Amber, su cabello rojizo se cuela por su frente cayendo en su rostro al completo. Otra de las razones por las que aplano mis labios buscando la manera de no morir de la risa —. Era un profesor horrible y, si se te ocurría decir una palabra a la persona que tenías al lado, te ponía un parte y ten suerte de si podías entrar otra vez a sus clases. Ese hombre es extremo, el peor que he tenido nunca. No entiendo cómo daba las clases sobre la Alemania Nazi si el era lo más parecido a Hitler que he visto nunca-

¡No me beses! (U.D.S.#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora