El linaje de los Clayton siempre ha fortalecido una norma, un objetivo o un capricho, como quieras llamarlo. Cada descendiente de esta familia deberá besar a una chica, la que parezca estéticamente más hermosa. A algunos les gusta, otros prefieren m...
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SOS
Las palabras que relucieron en el móvil fueron las primeras que me hicieron levantar de mi cama y dejar de ser un miserable. Esas tres letras volaban sobre mi cabeza y caían en mi pecho destrozando lo que quedaba de mi corazón.
SOS
¿Qué cojones estoy haciendo en el apartamento todavía? Debería estar cogiendo el móvil ya.
— ¿Qué demonios te pasa? — interroga Jay saliendo de la habitación al escuchar que causaba tanto revuelo. Muevo cielo y tierra tratando de encontrar un maldito objeto. No estoy preparado para explicarle nada así que simplemente lo dejo de lado y sigo buscando las llaves de mi coche mientras con mis manos también me encargo de buscar el contacto de Amber.
Ella sabe donde está Nora. Ella me dirá.
Pero no sé hacer dos malditas cosas a la vez y Nora necesita mi ayuda. Nora está en peligro y no puedo ir a por ella si no tengo las putas llaves. ¡JODER!
— ¿Quieres decirme qué cojones te pasa? — pregunta otra vez. Mi rostro se gira hacia él, no estoy acostumbrado a tanta presión. Me tomo las cosas con calma y esto se me está yendo de las manos. Jay me ayudaría, siempre lo hace.
Le tiro el móvil a sus manos, sus reflejos lo obligan a coger el aparato antes de que toque el suelo. Su rostro se contrae en la confusión aunque no le presto demasiada atención. Trato de encontrar donde están las endemoniadas llaves.
Demonios, Nora. No puedes estar haciéndome esto justo ahora.
— Llama a Amber y dile que te dé la dirección del apartamento de Nora. Ella está en problemas — espeto.
No dice ni una palabra y ya está llamando a Amber. Su cara sigue manteniendo ese ceño fruncido, sin embargo, no me lo tiene en contra. Sé que está esperando a que Amber conteste cuando vuelve a hablarme.
— ¿Qué pasa? — cuestiona mientras yo camino hasta mi chaqueta colgada en el perchero al lado de la puerta. Meto las manos en el bolsillo derecho topándome con el helado metal de las llaves. Agarro la chaqueta directamente y abro la puerta del apartamento girándome hasta él.
— Te lo cuento en el coche, es importante — me niego a contarlo enfrente de tanta gente que puede estar mirando por la mirilla y ser incluso más cotilla que una vieja sin vida privada.
— ¿Amber? — me responde en su lugar. Lo dejo hablar mientras me encargo únicamente de marcar los números del ascensor y no pensar en lo que le estaría pasando a mi chica. De acuerdo, con esa ya son dos cosas de las que encargarme —. Soy Jayden, necesito la dirección del departamento de Nora. Es urgente. Ella está teniendo problemas — repite lo que yo le dije hace menos de dos minutos.