Capítulo 7

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Cada vez que cerraba los ojos veía su rostro carcomido por la estupefacción clavando su mirada en la mía

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Cada vez que cerraba los ojos veía su rostro carcomido por la estupefacción clavando su mirada en la mía. Los ojos más abiertos que he visto nunca. La boca entreabierta con un brillo diferente en sus labios como producto de lo que sucedió. El ceño fruncido por mí.

Había besado a Chad Clayton.

Más bien, Chad Clayton me había besado.

Ni siquiera quería tener ese beso. Lo ha escogido como si fuera de su propiedad, como si mi boca fuera suya y no tuviera poder para controlarla por mí misma. Llevo actuando como una muerta viviente desde ese maldito momento en el que creyó que sería una sumisa que no haría nada al respecto.

A cada lado que camino veo miradas posadas en mí como si dijesen sin abrir la boca: "¿Esa es la chica que ha rechazado a Chad Clayton?". Me impresiona la manera en la que consiguen que me sienta intimidada, como si rechazar a un chico fuera la peor experiencia de sus vida.

Al menos, ha sido mi peor experiencia hasta la fecha.

La sensación se asemeja a cuando te has pasado de copas y comienzas a no saber lo que estás haciendo. Luego por la mañana te despiertas sin saber qué cojines has hecho la noche pasada y, de repente, te llegan retazos en los que no sabes si realmente eres tú esa persona o si tu cabeza te está jugando una mala pasada.

Espero de todo corazón que mi cabeza me esté jugando una mala pasada con respecto a lo que ha pasado unas horas atrás.

— Sigo sin creérmelo — habla una voz de repente.

Mis pasos se han dirigido directamente, sin saber cómo, hasta la cafetería y en algún momento debí haberme puesto a la cola para pedir por que sigo sin reconocer el momento en el que he llegado. Aún así, soy capaz de reconocer la voz de Amber a dos centímetros de mi lugar.

Tiene esa extraña manía de aparecer detrás de las personas y desconcertarte con su mera presencia. No me volteo a pesar de ello. Sé que ella llegará hasta mí. Lo ha estado haciendo desde esta mañana cuando me he negado a ser una de las chicas a las que Chad Clayton recurriera para su estúpido ritual. Al final, yo he sido la única.

¡No me beses! (U.D.S.#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora