Un mal capítulo no es el fin de una historia.
— Debéis tener en mente que vuestra voz es vuestro instrumento. Vosotros la cuidáis, la afináis y buscáis los fallos que pueda tener en la melodía. Tenéis que estar pendiente de ella todos los días, probar si está bien todos los días. Es vuestro pasaporte hacia un buen futuro. En la canción que vayáis a tocar en el festival tenéis que estar totalmente seguros de que todo está en sincronía.
La señora Delilah permanece hablando por el resto de la clase. Con un cuarto de la clase hablando sobre la composición de las notas en la melodía, el otro cuarto sobre la letra, otro más sobre los instrumentos adecuados y el siguiente dándonos ánimos.
Aún va por el comienzo de la última parte de la clase; la motivación, y solo consigo mirar abajo para distinguir la cabellera morena que hay debajo. De no ser por que a principio de curso no me trató del todo bien, podría haberme sentado ahí abajo.
Pero quizás tampoco nos habríamos conocido a como lo hacemos ahora.
Sonrío como boba, ordenándome tanto a mi cabeza como a mis ojos a no pensar en él ni inclinar mi rostro en su dirección. No recordar su enorme sonrisa de apariencia perfecta con las arrugas a cada lado de su boca, ni en sus ojos pardos que atraviesan mi alma con solo una mirada, ni en esos labios que me elevan al cielo.
Sacudo la cabeza.
El momento de pensar en Chad debe estar aislado una vez el timbre suena y las clases comienzan. Pensar en él es posible cuando esté en una hora libre o en la hora de almorzar y comer. Durante ese período corto de tiempo se encuentra permitido cualquier tipo de beso, caricia o escondite necesario para rendir con normalidad por el resto del día. Una de esas cosa consigue activarme más que el mismísimo café.
Miro el reloj. Solo quedan veinte minutos. Muevo la pierna de arriba a abajo, muerdo las esquinas de mis dedos quitando la piel inservible, después me mordisqueo el labio para realizar la misma acción que con los dedos.
Si sigo escuchando el resto de la emotiva charla por veinte minutos más podré salir y seguir con Chad. Entrelazar sus dedos con los míos y caminar hasta la cafetería.
¡Demonios! Las clases nunca han sido así para mí. Nunca un chico me había hecho perder tanto la cabeza como para no querer seguir en clases. Menos aún cuando se trata de un chico que me besó sin consentimiento alguno. Menos aún en la clase de una profesora tan estricta como la señora Delilah.
— Recordad que solo queda menos de un mes para terminar el semestre. Sé que tendréis exámenes por doquier y también trabajos pero, por lo menos, debéis tener la melodía de la canción completa. El semestre que viene nos enfocaremos más en la letra y los instrumentos que necesitaréis dependiendo del tipo de canción. Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en decírmela.
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¡No me beses! (U.D.S.#4)
Ficção AdolescenteEl linaje de los Clayton siempre ha fortalecido una norma, un objetivo o un capricho, como quieras llamarlo. Cada descendiente de esta familia deberá besar a una chica, la que parezca estéticamente más hermosa. A algunos les gusta, otros prefieren m...