Capítulo 3- El "rosadito"

55 3 0
                                    

Desde aquel día Zulay no volvío a tratarme igual bueno, ni a mí ni a J y Kai. Ya no habla con nosotros, no come apenas, casi todo el rato está ausente, tarda horas en beberse una lata y se queda mirándola como si esperara que algo de ella cambiara, son latas azules que pone "Pepsi" en blanco, asúmeko chacho. Ya no me mira, no bromea, no me besa... es como si ya no estuviera con nosotros. Y no lo entiendo fue de un momento a otro, en cuestión de segundos se ha olvidado de su mejor amigo ("sep" desde hace unas semanas Kai y él se llevaban mu' bien), de J, su amkga leal que siempre está ahí cuando la necesitas y... y de mí...

Ya he intentado  que Kai hablará con él (o lo que hagan los tíos cuando un amigo actúa como un crío) pero casi acaba en una paliza. J tampoco ha tenido mucho éxito. Y conmigo es acercarme y empezar a discutir (menuda novedad), J dice que parecemos un matrimonio de viejos que llevan más de 50 años juntos y simplemente siguen con el otro pa' que se joda, yo sinceramente no creo que sea para tanto además, yo jamás me casaría con Zulay ¡Dug! No quiero ni imaginarlo, toda la vida con ese idiota (cualquiera que me oiga dirá que si de veras me gusta y sí, estoy colada por él pero lo juro, no sé cómo se las ha apañao).

Al principio me dolía mucho que Zulay estuviera así pero al final el dolor se ha convertido en rabia ¡no me puedo creer que sea tan infantil! Estoy colada por un crío encerrado en un cuerpo de 16 (por eso lo de los 50 años ni de coña).

-¿Tiaret, estáis seguros de que queréis ir juntos mañana?- pregunta J preocupada. Es verdad, se me había pasado por completo,  mañana vamos a volver a la central, necesitamos más comida si queremos llegar a la cuarta y última central, está bastante lejos de aquí según el mapa de Sici (aunque tampoco estamos seguros de que esa sea la central porque no se ve demasiado clara la imagen).

-"Of course", por mi parte al menos no hay problema, no dejo que mis problemas me afecten en un robo- echo una mirada asesina a Zulay. -La pregunta sería si todos piensan lo mismo-.

-Eh, "Hello Kitty" no te pases, yo tampoco los dejo que me afecten- interviene molesto.

-Yo no estaría tan segura-

-Preocúpate de ti misma ¿está claro?- su voz suena enfadada pero a la vez con tristeza, apagada como si ya no le importase nada o hubiera algo que le preocupa bastante.

-Eso haré- gruño. -Vámonos J- agarro a mi amiga por la muñeca y la arrastro lejos de allí, no sé a dónde voy, simplemente me alejo de Zulay.

Cuando estamos lo suficientemente lejos como pa' que no nos oiga, J se detiene y se suelta.

-Tía ¿estás segura?-

-Ya te he dicho que sí- contesto aún más mosqueada.

Así lo hicimos, con la primera luz de la mañana nos pusimos en marcha. Pero las cosas no van bien, nada bien. Zulay y yo estamos más descompenetrados que nunca, hemos estado a punto de empezar a discutir unas ocho veces, me ha pisado el pie (y joder lo que me dolió) y yo le he dado un codazo en la herida a medio curar del brazo (fue sin querer, lo juro o como diría este idiota "giuro che"). Es un robo con apenas importancia además,  ya burlamos la seguridad una vez pero eso es lo que más me preocupa ¿qué pasa si esta vez no lo conseguimos? No creo que fueran demasiado amables con nosotros y mucho menos después de lo que hizo Zulay.

De repente, oigo un disparo, ha sonado bastante cerca como mucho a unos veinte metros de aquí. Algunos cuervos levantan el vuelo y graznan asustados, algunos incluso pierden alguna que otra pluma intentando de dejar atrás a los demás, la verdad, es que esa bandada me recuerda un poco a nosotros, un equipo que ha perdido su unión.

-Quédate aquí- dice Zulay mientras cambia de dirección, va hacia donde sonó el tiro.

-Ni de coña, voy contigo- le agarro de la manga de la chupa para que no se vaya sin mí.

-Joder, deja de ser una cría mal criada y hazme caso por una vez-

No me da tiempo ni a pronunciar una palabra cuando entre la maleza seca de color amarillento y marrón comienza a agitarse. Delante de nosotros cae un "rosadito" con una herida de bala cerca de la rodilla. Ha perdido el conocimiento a pesar de la poca gravedad de su herida.

Zulay se pone delante de mí, lo mira fijamente y sin quitarle la vista de encima le apunta con la pistola que llevaba engachada al cinturón.

-¡¿Crees que no sé cuidar de mi misma?!- pregunto con rabia, hago que baje el arma. -No seas estúpido es un "rosadito" y está herido-

Me mira perplejo, al principio pensé que era por haberme atrevido a hablarle así pero me di cuenta que era porque por primera vez he llamado a un humano, "rosidito". Cada vez soy menos consciente de que he sido humana.

-¡¿Y qué?! ¡No lo conocemos!- gruñe, su respuesta me molesta aún más ¿quién le mandará abrir esa bocaza? Así que, me limito a ignorarle y decido acercarme a ese chico. -Tiaret, Tiaret- no echo cuenta a su llamada. -¡Quédate quieta Parker!- me agarra la muñeca.

-¡Suéltame!- aparto el brazo bruscamente y me suelta. -Creía que eras diferente pero eres como todos los Flaps, juzgas a los "rosa...", a los humanos antes de conocerlos. ¿No te das cuenta que está en la misma situación que tú hace varios meses?-

-No, en la misma no, a él no le han seguido ¿no te resulta raro?-

-A todos no se les da tan mal como a ti-.

Su expresión cambia por completo a una de rabia y se pone verde, por una vez he conseguido hacerle sentir verdaderamente incómodo (que tome un poco de su propia medicina en ocasiones no le vendrá nada mal).

Me acerco a ese chico, me arrodillo a su lado y miro su rodilla, la derecha está empapada en sangre de color roja, no hay duda que es suya. Se me hace un nudo en la garganta de pensar que hace tiempo ese también era el color de mi sangre y que ya jamás volverá a ser el mismo.

-Una cosa más Parker, no deberías hablar así de los Flaps,  tú también eres uno de nosotros- su tono serio hace que resuenen aún más esas palabras en mi cabeza. Lo ha dicho en el peor momento, justo cuando estaba más sensible,  la vista se me nubla por las lágrimas y parpadeo para espantarlas, no me gusta sentirme impotente y es tal y como me siento al no poder volver a ser humana.

Lo único que deseo ahora mismo es que no se haya dado cuenta de que casi lloro, no soy una niña pequeña. Aclaro mi voz y decido cambiar de tema. -Abortamos el plan, necesita ayuda- digo con autoridad.

Zulay me mira enfadado sé lo que está a punto de decirme pero se reprime las ganas.

De repente, veo que el chico abre los ojos. Está aturdido, parpadea varias veces, supongo que para aclarar la vista. Bruscamente trata de levantarse pero falla en el intento y se arrasta hacia atrás asustado.

-No me hagáis daño- al principio me extraño de esa reacción pero a los pocos segundos le encuentro la respuesta, muchos humanos (al igual que yo antes) creen que los Flaps son malvados.

-Tranquilo, no somos peligrosos- camino hacia él y tiendo mi mano.

-Habla por ti, "Hello Kitty"- masculla Zulay, aunque creo que el humano no se enteró.

Toma mi mano con cuidado y se levanta, hace una mueca de dolor al apoyar su peso sobre la pierna.  Es un chico muy alto, más que Kai, es rubio, de ojos color aguamarina y de mirada penetrante. Es joven pero parece mayor que nosotros, yo diría que tendrá unos 18 años. Y lleva un jersey amarillo que le hace resaltar su corte de pelo, una camisa bkanca por fuera del pantalón y unos vaqueros oscuros. Joder, es guapo de narices.

-Soy Tiaret y él es...-

-Tengo boca ¡¿sabes?!- Zulay me interrumpe. -Zulay- dice de mala gana.

Se echa hacia atrás el flequillo, luego me mira y me echa una sonrisilla picarona. -Christopher,  Chistopher Rosell Walton III-

-Vaya... ¿y a qué viene tanto "nombraco"?- pregunta Zulay arqueando la ceja, sé que no le hace ni pizca de gracia que ayudemos al chico.

-Es verdad ¿para qué tantas formalidades? Soy Chris, encantado-

Vaya, vaya... guapo y con modales, simplemente por eso ya me cae bien.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora