Olvídame

Capítulo 8- Vergüenza ajena

Mientras caminamos hacía el comedor voy repasando los consejos con J, dice que me los tengo que saber mejor que aquellos releídos libros que releía cada día en mi carabana, me parece que han pasado siglos desde entonces y han pasado tanto cosas ¿quién me iba a decir que aquel día cuando le abrí la puerta a Zulay iba a suponer un giro por completo en mi vida? Supongo que nadie y si alguien lo hubiera dicho lo tomaría por loco, la verdad hay cosas que ni yo misma me las creo y eso que las he vivido. Tengo que reconocer que desde entonces he cometido grandes equivocaciones pero si pudiera cambiar algo no lo haría, gracias a ello he conseguido amigos de verdad como lo son J y Kai y seguramente que Chris también lo acabará siendo.

Antes de entar al comedor nos encontramos con Kai y Zulay, joder lo que faltaba tenían que estar precisamente delante de la puerta que por cierto la puerta no puede ser más horrorasa, negra por completo, muy grande (es doble) y demasiado decorada (muy recargada para mi gusto).

-Oh, joder lo que hacía falta que tú también la ayudarás en su estúpido jueguecito- reprocha Zulay mirando a J. Luego, me mira a mí, no puede evitar hacerlo de arriba abajo, supongo que le sorprenderá verme así. E incluso me parece que se pone verde aunque solo un instante y aparta la mirada rápidamente, que se joda. Yo también dejo de mirarle.

Me doy cuenta de que Kai me está sonriendo así que, le devuelvo la sonrisa.

-Pues a mí me gusta, están guapas- comenta Kai. Me encanta su comentario porque eso hace rabiar aún más a Zulay que le lanza una mirada asesina aunque no surte mucho efecto, ya no creo que le pegue desde hace tiempo son amigos pero con Zulay nunca se sabe.

-Tío, así no me ayudas- dice Zulay mirándole. -Parker ¿podemos hablar?- me pregunta serio, no sé si será buena idea, ni siquiera me apetece hablar con él. J y Kai hacen la intención de cerrar el círculo para enterarse mejor de nuestra conversación. -A solas- recalca.

J pone cara de decepción ¡ah! Cómo es, se quería enterar de to' bueno, y de Kai lo mismo digo, no tenía ni idea de que fuera tan cotilla. Ambos entran en el comedor a regañadientes.

Le miro seria, trato de parecer lo más fría y distante que puedo como si fuera un extraño que me acabo de encontar. Él me mira secamente, sus ojos ya no brillan con ningún tipo de alegría simplemente se han apagado. -¿Te parecerá genial?- me pregunta de una forma que nunca imaginé en él, suena como si todo su ser haya desaparecido y solo quedara rabia.

-No sé a lo que te refieres-

-Venga, "Hello Kitty" no eres tan tonta ¡¿tú te has visto las pintas que llevas?!-

Lo que me faltaba, él, precisamente Zulay me viene con tonterías pa' esto ¡oh, venga ya! No me quiero ni acordar las pintas que llevaba Rosa y las de Verónica o las de aquella enorme lista de chicas que nombró cuando me contó su pasado. Ésas sí que tendrían que cambiar el look pero porque J me haya maquillado y me haya puesto un vestido (aunque ya sé que no es lo usual) no por eso voy mal y no parezco una salida, que es lo que me ha insinuado y aunque lo fuera, él no es nadie pa' darme lecciones sobre eso o ¿es que acaso no se ha liado con más tías de las que puede recordar? ¡"Pos" a callar!

-Di lo que quieras pe...-

-¡¿Pero qué, eh?!- le interrumpo con rabia. -¡¿Qué pasa?! Porque yo no me haya quedado hecha una mierda cuando me dejaste ¡¿crees que voy a liarme con el primero que pase?! Es éso ¡¿verdad?! No aguantas el hecho de que "no muera por ti", piensas que todas están loquitas por ti, que ninguna se te resiste. "Pos" yo sí, es más para mí lo nuestro por llamarlo de alguna forma está más que muerto y enterrado ¡apenas me acuerdo de ello! Así que, por una vez en tu pu... en tu maldita vida ¡déjame en paz! Sé cuidar de mí misma y no te necesito- cojo aire, le he soltado toda la charla con una sola bocanada de aire, la rabia no me dejaba respirar y casi que lo prefiero porque creo que si hubiera parado no habría podido acabar, no sin romper a llorar, lágrimas de rabia. -¡¿Te queda claro?!-