Capítulo 10- Verdades que matan

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Rebusco en mis bolsillos en busca de un arma pero ahora cago que ésta no es mi ropa, mierda ¿qué hago ahora? Nos doblan en número y no tenemos nada con lo que defendernos.

-Manos arriba- ordena uno de los soldados que saca una pistola y me apunta al pecho con ella. Obezco enseguida, no quiero arriesgarme a llevarme un tiro porque sé que no dudará en disparar. Supongo que J piensa lo mismo y las sube al igual que yo. En cambio, Kai sigue con las manos en los bolsillos ¿no pensará...? Solo no lo conseguirá. En ese mismo instante saca una navaja de mango dorado con la inscripción "Walter" ¡¿de dónde la ha sacado?! Bueno, ahora eso da igual.

Oigo un leve ruido, en cuestión de milésimas de segundo una bala se dirige hacia Kai. Acieta en su abdomen haciendo que suelte la navaja y en seguida caiga al suelo, creo que es la primera vez que le disparan. J corre a su lado con la cara llena de lágrimas y se arrodilla junto a él. Presiona la herida con fuerza para que no se desangre mientras sus lágrimas caen sobre las mejillas de Kai.

Bajo las manos y trato de acercarme a ellos pero no me lo permiten. Noto un agudo dolor en el cuello, me han inyectado un paralizante que consigo quitarme pero ya es tarde, todo el suero se ha mezclado con mi sangre. En cuestión de segundos se me nubla la vista, lo único que distingo ahora son manchas de colores pero creo que a J le han inyectado otro. Las piernas comienzan a fallarme y las manos se entumecen, me siento mareada. Con todas mis fuerzas lucho para no caer al suelo pero mis piernas acaban siendo vencidas por el tranquilizante.  Caigo al suelo, no me puedo mover y no oigo bien. Siento como uno de los soldados me pone unas apretadas esposas, intento de resistirme pero el cuerpo no me responde. Pocos segundos más tarde pierdo la consciencia.

Lo siguiente que recuerdo es despertar en el suelo bocabajo. Estoy muy mareada, tengo ganas de vomitar y aún no puedo moverme del todo bien. Me incorporo con cuidado, joder ¡cómo me duele la cabeza! Y apollo la espalda contra la pared que se encuentra a mi derecha. La luz es intensa y no veo bien, parpadeo para aclarar la vista. Conozco este sitio, son las celdas de la central (en la que estuvimos la última vez y conseguimos la tercera Piedra Primaria).

-¿Estás bien?- me pregunta Zulay mientras se arrodilla a mi lado, vaya ahora le da por ser amable, un poquito tarde ¿no, chaval?

-¿Y Kai y J?- digo ignorando su pregunta.

-No lo sé ¿crees que tengo pinta de saberlo?- dice arqueando la ceja. -"Hello Kitty", hasta hace unos minutos estaba como tú-.

-Joder... ¡dispararon a Kai! Tenemos que salir de aquí para ayudarle-

Al principio Zulay piensa que estoy de coña, que quiero asustarle porque Kai es demasiado cobarde para hacer lo que hizo, hay que ser mu' valiente o mu' idiota para intentar atacar tú solo a seis soldados armados, pero por desgracia al ver mi expresión que no cambiaba tuvo que convencerse que en estos momentos su amigo... nuestro amigo podría estar muriendo desangrado y quién sabe a lo mejor J está viviendo esos momentos con él, viendo impotente como muere sin poder hacer na'.

Zulay se pone de pie, golpea varias veces la pared y grita: "joder" con todas sus fuerzas. Si esto fuera un concurso de a ver cómo se pierde mejor el tiempo sería el ganador ¡coño, así no va a solucionar nada! Que se deje de tonterías y que me ayude a pensar en algo para salir de aquí.  Que aunque no me guste si queremos salir tendremos que trabajar juntos.

Oigo unos pasos que cada vez se van acercando a paso armonioso. No sé por qué pero noto un escalofrío por todo mi cuerpo ¿quién será? Unos segundos más tarde veo aparecer al otro lado de la pantalla que nos retiene aquí a un humano vestido con el uniforme de los Flaps de las Sombras, no me lo puedo creer ¡es Chris! Mi corazón respira aliviado, seguro que nos puede ayudar a escapar aunque la verdad, no entiendo a qué viene el disfraz de soldado pero le sienta bien.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora