Capítulo 16- Beso de amor

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¿Traicionar a mi amigos a cambio de todo lo que puedo desear? Hhm, imposible yo no quiero na' sin ellos, no podría vivir sabiendo que ellos han muerto por mi culpa además, lo que yo más deseo en este mundo es acabar con Isótopo. -No- contesto con tono seco. Sé lo que supone mi respuesta.

-Una lástima, es la más indicada para ese trabajo- dice y se da la vuelta.

-¿Por qué? Zulay es el mejor luchador-

-¿Te refieres al pupilo del Teniente General, Andrea di Salvo?- asiento y él esboza una débil sonrisa. -Él está enfermo además, no tiene control sobre sus acciones, yo no busco Flaps con fuerza sino inteligencia- "pos" sigo manteniendo que a quien busca es a Zulay, es listo, se le ocurren buenos planes y no solo es fuerte, su puntería es impecable, cosa de lo que yo no puedo presumir. O también puede ser una mejor opción J, si lo que no sepa ella no lo sabe ella. Incluso Kai puede ser mejor que yo, con lo tonto que parece seguro que es capaz de poner "contra la espada y la pared" a más de uno. -¿Seguro que ésa es su última palabra?- añade volviendo a mirarme.

-Jamás traicionaré a mis amigos-

Él asiente con indeferencia. -Eso ya lo veremos- no me gusta como ha sonado eso. -Preparen el C.M.F.F, mi enhorabuena señorita va a ser la primera en probar esa máquina, espero que usted tenga más suerte que la rata de laboratorio que le abrió la cabeza- trago saliva, voy a estar en el mismo sitio donde ha estado una rata y sobre lo de abrirme la cabeza, no gracias, es una manía mía eso de tenerla cerrada. Los Flaps de las Sombras con batas blancas comienzan a moverse de un lado de la sala a otro, comienzan a mover una máquina muy rara. Es una camilla de color plateado con correas de fenio para las muñecas y tobillos, con una extraña semiesfera del ancho de una cabeza con cables que conectan con una enorme cadena de ordenadores. A la derecha hay un brazo robótico que acaba en una fina aguja de al menos diez centímetros.

Piso al soldado que me sujeta, lo que hace que me suelte, salgo corriendo hacia la puerta pero caigo a los pocos segundos, no mantengo el equilibrio con las manos atadas a la espalda. En cuestión de momentos estoy rodeada de soldados, uno de ellos me agarra por los brazos y tira de mí hacia arriba. Me conducen a la máquina en contra de mi voluntad. Me obligan a que me tumbe, es fría e incómoda. Me atan los tobillos luego, me quitan las esposas y hacen lo mismo con mis muñecas. Por último engachan la semiesfera a la zona superior de mi cabeza.

-No se preocupes cuando esto acabe no lo recordará- vaya... menudo alivio ¿no te jode? -Es un experimento bastante sencillo, a través del dispositivo de su cráneo eliminaremos cada uno de sus recuerdos y con la aguja insertaremos el controlador de mente de tal forma de que si se destruye usted muere-

-¿Y la Sustancia V?- pregunto con miedo.

-Me interesa su forma actual, esta vez no la useremos- mira a la científica que está a su derecha sentada junto a los ordenadores. -Inicie la anulación de recuerdos- ordena. Noto como algo me abrasa la cabeza luego, sin querer comienzo a recordar toda mi vida, mi nacimiento, todo lo que viví junto a mamá y papá, su muerte, mi huida, cuando conocí a Zulay, todo lo que ha hecho por mí, sus besos, sus caricias, sus abrazos, mis amigos, toda la gente que he visto morir... Grito, grito con todas mis fuerzas, demasiados recuerdos a la vez, me va a estallar la cabeza del agudo dolor que siento, me retuerzo y trato de liberarme pero es inútil. Luego, veo como la aguja se va acercando a mi cuello, intento con todas mis fuerzas que no llegue a rozarme pero estoy inmóvil. Me la clavan en el lateral del cuello. De repente, nuevos recuerdos se mezclan con antiguos y poco a poco voy olvidando los verdaderos. Vuelvo a gritar, un dolor inmeso envuelve todo mi cuerpo. Ese momento pierdo la consciencia.

Despierto con un gran dolor de cabeza y las muñecas y los tobillos enrojecidos como si algo me hubiera estado oprimiendo. Me levanto de la camilla, lo último que recuerdo es haber perdido a aquellos Flaps que trataron de robarnos las Piedras Primarias.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora