De repente, oímos unos pasos, supongo que habrán escuchado nuestros gritos. Zulay se pone el jersey y sale, me hace una señal para que me quede dentro. Pero vamos eso no se lo cree ni él, a toda prisa me pongo el top negro (pego un grito ya no recordaba la herida) los pantalones, comienzo a ponerme una de las guantaletas negras cuando ¡BAM! Oigo un disparo que me taladra la cabeza, joder cómo me duele. Salgo a toda prisa descalza y con una guantaleta puesta. Zulay sostiene una pistola, una Glock-124, una nueva arma que usan los soldados con láser, supongo que con una de esas me dispararon a mí, a su lado el cadáver de un soldado con un disparo en la cabeza.
-¿Has visto el cielo?- me pregunta, miro hacia arriba ¡está anocheciendo! No me lo puedo creer, hemos estado durmiendo durante casi un día entero. Volvemos al interior de ls tienda, lo mejor será esperar al día siguiente además, no creo que podamos hacer gran cosa con este dolor de cabeza, una cosa la tengo clara, no volveré a beber en la vida.
-Quiero preguntarte una cosa- digo tras haberlo pensado un buen rato. -¿Lo volverías a intentar? Me refiero a acabar con Isótopo, a recuperar las Piedras Primarias-
-No lo sé- me contesta con tono serio. -Creo que ya tuve suficiente-
Al escucharlo se me rompe el corazón, si no está dispuesto supongo que aquí nos diremos adiós porque yo un día juré vengar a mis padres y a mis amigos y no pienso renunciar. -Por favor- me quito la guantaleta de la mano derecha y le enseño nuestra cicatriz. -Creo que el destino nos ha querido unir otra vez para que lo volvamos a intentar-.
-Lo tendré que pensar-
Al día siguiente veo a Zulay con su guantaleta derecha marrón en la mano. -¿Qué? ¿Por dónde empezamos?- me pregunta enseñándome su cicatriz. Le abrazo, me alegra que quiera volver a intentarlo. Lo primero que hago es ponerle al corriente, ya sé por qué no funcionó aquella vez, las Piedras Primarias por si solas no hacen na' pero encontré un nuevo diario donde ponía la respuesta, hay que calentarlas junto a un mineral llamado Hemio (mineral muy escaso que fue descubierto en 2489) que creará una reacción química que acabará con Isótopo para siempre al inhalarla.
-Lo primero que tenemos que hacer es coger el diario y las tres Piedras Primarias que tengo, lo malo es que están en el sótano donde se refugia la banda de Krak y como "El Hueso" me pille me mata-.
-No si yo voy contigo- me dice mientras se pone la chupa, ahora es cuando verdaderamente le queda bien, hace unos nueve años le quedaba un poco grande.
Nos ponemos en marcha dejando atrás la tienda de campaña, el saco, el chaleco antibalas... Vamos sin na', tan solo con la Glock-124 que conseguimos ayer, para esto lo mejor que podemos hacer es ir ligeros y cualquiera de esas cosas nos retrasaría. Estoy tan contenta que quiera ayudarme, volvemos a ser un equi... bueno, la mitad de él.
Ese sótano no está demasiado lejos, tan solo tardamos una media hora más o menos en llegar. Entramos en la cabaña medio destruida que protege la entrada, al fondo de lo que un día debió ser la cocina está la puerta que nos llevará al sótano. Abro la puerta como siempre una ola de humo de tabaco y olor a alcohol nos golpea, cómo odio este lugar. Comienzo a bajar las escaleras y Zulay me sigue pero oigo la voz de "El Hueso" y le dejo ponerse a mi altura y le cojo la mano. Ya sé, ya sé... parezco una cría asustada pero... bueno, sí, eso es técnicamente lo que estoy, más asustada que un conejo que se ve venir un lobo hambriento. A ver, es que entre la tirria que me tiene, la gran cagada de esta vez y el tío que precisamente no es enclenclucho ¡"pos" como pa' no tenerle miedo! Además sé de sobra que nadie (a excepción de Zulay "of course") le parará los pies si decide pegarme una paliza, vamos que a todos les da igual si me mata sobre todo, a mi "querido padre", Krak.
-Pero mira quien asoma las narices por aquí- dice Krak dejando una botella sobre el suelo donde bebía junto a Ben. El resto de la banda, unos ocho Flaps de Fuego más (sin contar a "El Hueso") dejan de fumar, beber o ambas cosas para girarse hacia nosotros. -Pensé que ya no te volveríamos a ver, hija- usa un cierto tono de recochineo en "hija" como si alguna vez nos hubiéramos importado el uno al otro.
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Olvídame
Science-FictionCelos, dudas, rabia son palabras que acaban envenenando al amor. Al mismo tiempo, la aparición de Chris, un guapo humano no hará más que terminar de clavar el puñal. Tomar las decisiones equivocadas en mi mundo siempre trae consigo las peores consec...