Bubbline

Prólogo

Su primer año de bachillerato. ¿Podría conseguir amigos este curso? Esa pregunta le ronda la cabeza a cada paso que da hacia su nueva clase. ¿Realmente necesitaba amigos? Le había ido muy bien hasta el momento, sus notas eran perfectas, no había tenido un solo accidente. Pero, de alguna o otra manera, se sentía... Sola.

Era la chica nueva, junto a otros chicos que no conocía.

Estaba justo delante de la puerta. Tiró el chicle que estaba mascando a la basura más cercana, llamando a la puerta justo después. Al oír la contestación del profesor, entra aferrándose a los libros que llevaba.

Se puso al lado de un chico rubio con una capucha blanca con orejitas. Me pareció super adorable.

A su lado había otro chico, más bajito, y con el pelo anaranjado.

Y la última era una chica...

Bonnie

Profesor - Muy bien, clase. - Dice el profesor, haciéndome mirar hacia en frente y sacándome de mis pensamientos. - Hoy tenemos a... Cuatro alumnos nuevos. - Apunta él mirando en un papel. - Bien, preséntese, señorita... - Mira de nuevo el papel. - Bonnie Bell... - Dice dándome paso.

Bonnie - M-Mi nombre es Bonnie Bell... Soy nueva en la ciudad, encantada. - Digo yo toscamente.

Profesor - Le toca, señor Mertens. - Dice, refiriéndose al chico rubio de mi lado, el cual da un paso adelante.

Finn - Mi nombre es Finn, Finn Mertens, pero con Finn está bien. - Dice con una amplia sonrisa. - Yo también soy nuevo en la ciudad. ¡Oh! Y este es mi hermano Jake. - Dice señalando al de pelo anaranjado.

Jake - Hola. - Dice con una media sonrisa.

Profesor - Dos por uno... - Suspira el Profesor para luego mirar a la última chica. - Le toca... Señorita...

Marceline - Marceline. - Dice la chica de pelo negro y largo cortando al profesor. - Marceline Abadeer.

Profesor - Contad algo sobre vosotros, que os gusta, cosas así. Comienzas tú, Abadeer.

Marceline - ¿Cosas que en gusten...? - Dice ella pensativa. - Me gustan las manzanas... ¡Oh! Y tocar con mi bajo. - Mueve los dedos como si estuviera tocando un bajo. - También me gusta el color rojo y negro y...

Profesor - Suficiente. Siguiente.

Jake - Bien, no tengo mucho que decir, me gusta las montañas rusas... También me gusta cocinar...

Finn - Y los perros monos. - Apuntó su hermano.

Jake - ¡No son monos! - Dice dándole un golpecito en el brazo a Finn.

Finn - Okey, me toca. Me gusta el color azul, el pastel de carne y ayudar a la gente. - Sonríe ampliamente, dándome paso a mi.

Bonnie - Bueno, yo... - Intento pensar algo para decir, pero los nervios hacen que no pueda pensar con claridad. - Me gusta...

Veo como la chica de pelo negro me mira mientras masca chicle, cosa que no parece importarle al profesor.

Bonnie - ¡El chicle! - Digo yo acordándome. - También me encanta la ciencia, experimentos y cosas así...

Profesor - Bien, con esto ya estaría. - Dice el profesor mirando a la clase. - Sientense en los sitios que les plazca, pero háganlo rápido.

Yo, siguiendo con la orden del profesor, voy hacia uno de los sitios más alejados de la clase, rodeado por sitios vacíos. Así por lo menos podré concentrarme sin tener que estar rodeado por gente irritante...

Ese pensamiento se borra al instante cunado veo que la chica de pelo largo y negro se sienta justo a mi lado, mientras que el asiento de enfrente es ocupado por Finn, el chico de pelo rubio, trayendo a su hermano consigo.

De un momento a otro, comenzó la clase.

Aunque intentaba concentrarme en lo que decía el profesor, los ojos extrañamente se me iban hacia otro lado... Hacia ella: Marceline.

Su estilo era muy vistoso. Tenía unos pantalones cortos negros, con una camiseta blanca y una americana roja con una pequeña "M" de color blanco en la esquina superior derecha del pecho.

Era muy guapa, tenía una piel pálida, ojos negros como la noche... Su belleza era himnotica, realmente me podría haber pasado horas mirándola, de nos ser porque ella también me miró.

El cruce de nuestras miradas me sacó de mi trance a la vez que me dio un escalofrío.

Ella me sonrió sin decir una palabra.

El desinterés que demostraba me atraía y me molestaba a su vez.

Al profesor no le parece importarle que esté mascando chicle en clase, y tampoco le dice nada cuando lo pega debajo de la mesa.

Bonnie - N-No deberías hacer eso. - Digo yo un poco cohibida, sin dejar de mirar hacia adelante.

Marceline - Que delicada eres, princesita. - Dice ella molestándome con su comentario.

Este va a ser un curso muy largo...

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