Capítulo 27: La carta

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Marceline

Miro un papel en blanco mientras pienso en silencio.

El tic tac del reloj resuena en mi cabeza y hace que no pueda concentrarme.

Me hubiese vuelto loca, de no ser porque el timbre me distrajo. Al abrir la puerta me encuentro con aquella chica de radiante sonrisa y pelo rosa que me hace vibrar con solo rozarme con la mirada, mi musa en todo su esplendor esperando a que la invite a entrar; Bonnie.

Bonnie - Hola, buenos días. - Me saluda ella, sujetando un papel entre sus dedos. - Ya he acabado con esto. - Dice extendiéndomelo.

Yo lo cojo a la vez que me aparto para dejarla entrar en mi humilde apartamento.

Marceline - Entra, en la nevera tengo refrescos si quieres. - Le ofrezco yo mirando el anuncio de la batalla de bandas que Bonnie había confeccionado.

Bonnie - Estoy bien, gracias. - Apunta sentándose en el sofá donde yo estaba hace unos momentos. - Dime, ¿Como te va con la canción? - Pregunta ella, curiosa por mi profesor.

Marceline - No muy bien... - Digo casi avergonzada. - Por alguna razón, no tengo inspiración...- Le explico frustrada.

Bonnie - Quizás te estás exigiendo de más. ¿Qué tal si te relajas y te tomas un descanso? Roma no se construyó en un día... - Dice cogiéndome de la mano y sonriéndome a su vez.

Yo la miro fijamente, pensativa.

Marceline - No te merezco... - Digo llevándome su mano a mi boca para darle un beso. - Yo sé que no te merezco, pero... No sabía lo que hacer sin tí...

Ella me mira, recortando distancias por inercia sin articular palabra. Poco después, nos fundimos en un beso, no pasional, pero si lleno de sentimiento.

Bonnie - ¿A qué ha venido eso? - Dice sin separarse de mi, solo lo justo para poder hablar.

Marceline - Cuando me viene la inspiración de repente... Me pongo melancólica... - Le digo recorriendo desde su mejilla hasta su cuello con besos.

Bonnie - ¿Ya estás inspirada? Si que has cambiado rápido de pensamiento... - Apunta ella recordando mi frustración antes demostrada.

Marceline - Solo te necesitaba a ti... - Digo parando mi camino de besos para acurrucarme en ella.

Bonnie - Sabes... Esta última semana has estado bastante rara... No quería preguntarte por si era algo personal que no querías contar, pero... Veo que ahora todo está bien. - Dice ella abrazándome y cerrando los ojos.

Marceline - Bonnie... Yo... Me han pasado unas cosas y creo que si te las cuento cambiarás tu visión de mí... - Le digo pensando en cierta pelirroja.

Bonnie - Sabes que eso es imposible. - Sentencia ella. - Y también sabes que... Si algo te preocupa puedes contarmelo, ¿Verdad?

Me quedo pensativa unos instantes, para luego alzar la cabeza para mirarla.

Marceline - Bonnie, yo...

Betty - ¡Ejem! - Exclama Betty irrumpiendo en la sala. - Siento interrumpir su momento tan bonito y tan adolescente pero... - Dice algo avergonzada.

Marceline - Tranquila, ¿Qué pasa? - Digo separándome de Bonnie e incorporándome en el sofá.

Betty - Pues... No sé cómo decirte esto Marcy, pero... Ha llegado una carta... De tu padre.

Al escuchar esto los ojos se me abrieron como platos.

Marceline - ¿M-Mi padre? - Digo algo sorprendida.

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