Capítulo 2: Apodo

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Marceline

Doy un gran bostezo mientras camino hacia el instituto con un solo pensamiento en mente: dormir.

No había dormido del todo bien la noche anterior. Entre limpiar la casa, hacer la cena e ir de compras, no le había quedado mucho tiempo para tocar el bajo.

Aún así, cogió de sus horas de sueño para poder tocar y relajarse.

Había pasado un día muy estresante, y lo último que necesitaba era no poder tocar el bajo durante un par de horas. Eso le relajaba más que cualquier cosa.

Marceline - Como me gustaría poder cerrar mis ojos en mi cama abrazada a Hambo... - Digo entre un bostezo.

Finn - ¿Quién es Hambo? - Pregunta Finn recostado en la pared, aparentemente mirando su móvil.

Marceline - Nadie... - Digo yo para volver a bostezar.

Finn - Wow, ¿No has dormido bien?

Marceline - Para nada... Necesito un café, pero no puedo pisar la cafetería por culpa de la Princesa Chicle. - Digo yo usando el mote que le había puesto el día anterior.

Finn - No seas mala con ella. - Me réplica Finn con una sonrisa. - ¿Por qué no se intentan llevar bien?

Marceline - Uy, uy, uy... No será que a alguien le gusta la Princesa Chicle... - Digo yo molestándolo.

Finn - P-Por supuesto que no. Nos conocemos de un día, pero creía su todos podemos ser grandes amigos si nos lo proponemos.

Marceline - Como quieras, pero ten cuidado con Bonnie... - Digo yo mirándolo sería.

Finn - ¿Por qué tendría...?

Marceline - ¡O sino te podría dar diabetes! - Salto yo haciéndole cosquillas.

Finn - ¡Para, para! - Dice él entre risas. - ¡No puedo respirar!

Escuchamos como alguien se cae, mientras otras dos personas ríen.

Nos giramos a ver quién es. La sorpresa es muy grande al ver que fue Bonnie quién estaba en el suelo, y que dos chicos se están riendo de ella.

*** - Que patosa eres, Princesa Chicle. - Dice uno de los chicos, el más alto, usando el apodo que le puse ayer.

*** - ¿Qué te pasa? ¿El piso no está lo suficiente mente limpio para su realeza? - Dice el más bajito.

Bonnie se queda inerte, sin decir una palabra, lo que me da mucha rabia y hace que me arda el pecho.

¿Por qué no se defiende? Esos idiotas solamente se están metiendo con ella... Igual que yo ayer.

Ahg, quizás si que tuviera algo de culpa... ¡Pero no lo hice con malicia! Princesa Chicle era un mote amistoso, no algo que se deba usar como insulto.

Alto - ¿Qué pasa? ¿No somos suficiente para que nos dirigas la palabra?

Apreté los puños. Me da igual todo lo irritante que pudiera llegar a ser, no iba a permitir que nadie hiciera eso con... Una amiga.

Di unos pasos hacia ellos, pero antes de que pudiera decir siquiera una palabra, fin ya estaba dándole un golpe en la cara al más alto, tirándolo al suelo.

Alto - ¡¿Pero qué te pasa, Friki?!

Finn - ¿Que qué me pasa? ¿Qué te pasa a tí? - Dice él enfadado. - Les voy a enseñar a no ir abusando de la gente así. - Finn se cruje los dedos, preparándose para golpear a su amigo.

Bajito - ¡Para! ¡Se lo diremos al director! - Amenaza el más bajito.

Marceline - Claro... - Digo yo apoyándome en el hombro de Finn. - Seguro que al director le va a encantar la historia de cómo dos chicos estaban molestando a la pobre chica nueva sin razón aparente, a escasos minutos de que empiece las clases. - Digo señalandome la muñeca. - Mejor iros antes de que cambie de idea. - Señalo a un enfadado Finn.

Los dos chicos se alejan del lugar lo más rápido posible, yendo hacia el interior del instituto.

Finn se acerca a Bonnie y le extiende la mano.

Finn - ¿Estás bien? - Pregunta él preocupado.

Bonnie - Finn... Gracias. Sí, estoy bien. No es nada.

Marceline - ¿Por qué no te defendías? - Pregunté sin mirarla.

Bonnie - ¿Serviría de algo? Me ganaban en número y en fuerza. Habría salido peor si...

Marceline - ¿Entonces tu plan era esperar a tu héroe para que e salve?

Bonnie - ¡No necesitaba ayuda! - Dice ella mirandome a los ojos. Tenía un golpe notable en la mejilla.

De alguna manera, eso me hace sentir culpable. No quiero seguir discutiendo...

Marceline - Mejor será que entremos ya o llegaremos tarde... - Digo yo extendiendo mi mano para ayudarla a levantarse, con la esperanza que no menosprecie mi ayuda.

Por suerte, aceptó mi ayuda, cogiéndose de mi mano. Su piel era realmente suave. ¡No lo digo por nada! Es sólo una curiosidad...

Entramos en la clase, esperando al profesor, el cual, no tardó mucho en venir.

La aburrida materia de historia habría sido el momento perfecto para recuperar horas de sueño perdida, más no podía, tenía que aprobarlo todo si quería seguir yendo al instituto. ¡Era injusto! Si ya le costaba tener que cuidar de la casa junto a todo lo que eso conlleva, ahora tendría que estar pensando en las clases.

Marceline - Me voy a morir... - Digo recostando la cabeza sobre la mesa. De reojo puedo ver como Bonnie me está mirando intentando disimular. Se le da fatal.

Realmente no quería molestarle ayer cuando le dije Princesa Chicle, tan solo era una broma. Quizás debería disculparme... ¡Pero yo no hice nada malo! Bueno... Puede que sí, pero no fui yo la que empezó a dar golpes, creo.

Dejémonos de tonterías. Afrentemos las cosas a la cara.

Marceline - Pss - Intento llamar la atención de Bonnie, lo cual no es muy difícil, ya que me estaba mirando. Pero, aun así, no me responde. - Oye, Chicle. - Digo intentando que me conteste. - Princesa... - Susurro un poco más fuerte.

Bonnie - ¡¿Qué?! - Dice sin mirarme, susurrando al igual que yo.

Marceline - Em... Bueno, quería decirte que... - Dios como me cuesta esto. - No quería molestarte con lo de Princesa Chicle, Bonnie... Era más bien un apodo cariñoso. - Digo yo sonriendo, intentando transmitirle mi buena fe.

No me gusta decir que quiero ser su amiga, así que no lo diré. Pero sería una pena que nos lleváramos mal, más aun cuando a Finn le cae tan bien. Quién sabe, quizás pudiera ayudarle a conseguir algo con ella, en el caso de que logremos congeniar, claro.

Bonnie me mira, incrédula de lo que oye. Un pequeño escalofrío me recorrió la espalda. Quizás simplemente no quiere ser mi amiga porque no le gusto.

Una sonrisa inocente acompañado de un pequeño sonrojo que le tiñe las mejillas. No me había fijado lo guapa que era hasta ese momento...

Bonnie - Me encantaría. - Dice ella extendiendo la mano, en señal de paz. Yo le correspondo, tocando su suave mano una vez más.

No puedo evitar sonreír.

Profesor - ¡Ejem! - Dice la profesora justo delante de nosotras, llamando nuestra atención, haciéndonos separarnos a su vez. - ¿Creen que pueden ignorarme e interrumpir mi clase?

Bonnie dirige la mirada hacia el piso, mostrando respeto al mayor. Yo doy un gran suspiro. ¿Realmente estábamos molestado?

Marceline - No estábamos haciendo nada... - Digo yo a lo bajo.

Profesor - ¿Dijiste algo, Abadeer? - Veo como Bonnie, Finn y Jake niegan con la cabeza detrás del profesor, haciendo señales para que diga que no.

Yo doy un pequeño gruñido.

Marceline - No, señor... - Digo yo tragándome mi orgullo. Amargo.

El profesor vuelve a su asiento y continúa explicando.

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