Capítulo 17: Rompecabezas

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Marceline

Estaba esperando sentada en un banco, escondida en la sombra de un árbol. El parque estaba lleno de niños jugando y padres mirando como estos lo hacían.

Yo miraba el cielo, aburrida. Era sábado, y habíamos quedado con Phoebe. Bonnie y yo hemos venido con la intención de ver como poder ayudar a Finn a reconciliarse con su... Algo. Realmente no me quedó muy claro qué eran. ¿Amigos? ¿Novios? Dudo mucho que amantes, teniendo en cuenta que Finn y ella tienen ahora 16 años y se supone que esto pasó hace mucho.

Es todo un rompecabezas, el cual yo voy a resolver.

Bonnie - Siento llegar tarde. - Dice Bonnie, algo cansada. Llevaba un vestido rosa con toques blancos, su pelo amarrado en una coleta, que le quedaba espectacular en todos los aspectos posibles.

Yo me la quedo mirando, mientras ella se va acercando poco a poco, quedándose finalmente frente a mí.

Marceline - No te preocupes... - Digo levantándome para quedar a su altura. - Estás guapísima. - Le digo para luego darle un beso en esos labios tan suaves y rosados, los cuales son irresistibles para mí. Ella, a la vez, me devuelve el beso, un beso fugaz y cariñoso. Eso es lo que me encanta de ella, y eso es lo que me encanta de por fin ser "novias". Me separo de ella, mirando sus ojos, y sonriéndole. - Phoebe no ha venido aún, así que... De momento nos quedamos aquí esperando.

Bonnie - Sigo diciendo que no es la mejor de las ideas.

Marceline - Conocer gente es bueno, además, Finn está de acuerdo. Y quizás podríamos ayudar a entender por qué está así.

Bonnie - Tú solo quieres enterarte de si eran novios o no. - Dice sentándose en el banco, al igual que yo, mientras ríe por su comentario.

Marceline - ¿Pero lo son o no? Estoy intrigada...

Bonnie - O aburrida.

Marceline - O preocupada por un amigo.

Bonnie - O cotilla.

Marceline - ¿Si tan malas cosas soy por qué te declaraste a mí? - Digo con falsa indignación, solo para molestarla un poquito.

Bonnie - Y-Yo solo... Sabía que tu no ibas a lanzarte nunca. - Se excusa, apartando la mirada.

Yo comienzo a reír por su expresión, lo que lleva a que ella me de un pequeño golpe en el hombro, algo molesta. Estaba adorable, entre avergonzada y molesta.

Bonnie - Eres mala... - Dice ella casi en un puchero.

Marceline - Pero tú me quieres así... - Digo cogiéndola de la barbilla y haciendo que me mire, encontrándome sus preciosos ojos. Me acerco poco a poco, buscando el inminente encuentro entre sus labios y los míos.

Bonnie - Touché - Me susurra ella antes de inclinarse levemente para besarme, tan delicadamente como es ella... O eso parecía, pues sabía perfectamente cómo podría acabar todo aquello si llegásemos a estar en privado. Y, puedo decir que "delicada" no sería como denominaría la situación.

Phoebe - Ejem... - Nos sorprende ella al lado, haciendo que Bonnie se separase rápidamente, dejándome a mi con la inclinación en la que me encontraba.

Marceline - ¿No podrías haber tardado un minuto más? - Digo yo colocándome bien, riendo.

Phoebe - Lo siento chicas... No sabía que teníais ese tipo de relación.

Bonnie - ¿Algún problema con eso? - Dice Bonnie entre dientes, siendo, como poco, borde.

Phoebe - ¡No, no, no! Lo digo porque así ya tengo en cuenta llegar un poquito más tarde para la próxima. - Dice guiñándome el ojo.

Marceline - ¿Lo ves? Es buena chica. - Le susurro yo para que se relaje y no esté tan a la "defensiva". - Bueno, Phy, ¿Qué tienes pensado hacer? - Pregunto yo levantándome para igualar su altura.

Phoebe - Bueno, no vengo a esta ciudad desde hace mucho, así que pensé que podríamos dar una vuelta... Ya sabéis, para acordarme de donde esta cada sitio.

Marceline - Ah, no sabía que ya habías estado aquí antes.

Phoebe - Sí, pero de eso ya hace algún tiempo.

Bonnie - Entonces Finn también había vivido aquí antes... - Comenta Bonnie.

Phoebe - Sí... Bueno. Comencemos nuestro camino, si queréis, claro.

Yo miro a Bonnie, aún sentada en el banco, tendiéndole la mano, para, más que ayudarla a levantar, decirle que lo haga. Ella toma mi mano y, sin más preámbulos, comenzamos a caminar.

Comenzamos yendo a por el helado que dijo que nos invitaría, a lo que Bonnie se negó, y comenzó lo que yo llamo una "batalla de moralidad". Cada una comenzaba a ofrecer cosas para la otra. Bonnie al final aceptó el helado, pero, cuando más adelante fuimos en bus, ella de cedió el asiento, a lo que Phoebe, por más que lo intentó, no pudo negarse.

Es extraño, no sabría decir si lo que estaban haciendo estaba bien o mal, porque, es verdad que haces cosas buenas por otra persona sin querer nada a cambio... Pero es solo por superioridad moral.

Como sea, era divertido como cada una intentaba igualar y superar las "ofertas" que se hacían. Finalmente ya un poco más tarde, decidimos ir a la feria.

De camino allí, Bonnie y yo estábamos caminando agarradas por nuestros dedos, en un agarre algo ligero, pero no hacía falta nada más, las dos nos sentíamos cómodas así. Phoebe nos estuvo preguntando cosas sobre nosotras, las cuales respondíamos encantadas.

Marceline - Y ahora me dice que quiere que me encargue de su estúpido club. - Digo yo gesticulando más de lo normal por el enfado.

Bonnie - Mi padre... Ni siquiera lo conocí. Siempre he estado con mi tío, el cual no es que sea precisamente "amable" y "cariñoso" - Dice marcando las comillas.

Marceline - ¿Y tú, Phoebe? Me dijiste que tu padre era como el mío. Un capullo total.

Phoebe - Sí, bueno, verán... Mi padre no me dejaba salir de casa, solo cuando tenía que ir a clases o alguna actividad así... Pero... Bueno, yo me escapaba para ver a alguien.

Bonnie y yo nos miramos, intercambiando miradas, y pensando en los mismo "él".

Phoebe - Al final resultó que por lo que me ganaba mis castigos no valía la pena.

Sentí como Bonnie apretaba de repente mi mano, sabiendo, en ese instante, lo que iba a pasar.

Bonnie - ¿Cómo que Finn no valía la pena? - Estalló ella. - ¿Quién eres tú para decir cosas así? ¡Él es una bellísima persona y si tú no lo sabes valorar no hace falta que vayas diciendo esas cosas de él! - Acaba la pelirosa, para dejar un silencio bastante incomodo después.

Phoebe - Finn y yo... Estuvimos saliendo hace un tiempo... - Anuncia ella. - Pero... Yo no dejé a Finn.

En ese momento algo dentro de mí se rompió, y, sinceramente, creo que era mi cerebro, porque, por más que pensé y pensé, nunca se me ocurrió que lo que dijo pudiera llegar a pasar...

Phoebe - Finn me dejó a mí.

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