Capítulo 20: ¿Te gustan las sorpresas?

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La espera estaba siendo eterna para el rubio.

Marceline y Bonnie habían removido recuerdos del pasado que él ya había enterrado y no sabía si sería capaz de enfrentarse a aquella situación sin venirse abajo o cagarla estrepitosamente.

Aún así, como su buena amiga le había aconsejado, iba a luchar por reconciliarse con la que una vez fue su amada.

Al oír el sonido de la puerta abrirse, Finn salió de sus pensamientos para recibir, las que creía, eran sus amigas.

Finn - Dios mío, siento como si hubiese pasado un año... - Réplica el rubio por la tardanza de las chicas.

Más, se da cuenta de que, quién entra, no era ninguna de sus amigas, por el contrario, era una chica que había visto alguna vez merodear por los pasillos del instituto.

Esta chica, tapada con una capucha, entra sin decir nada y comienza a buscar entre variedad de objetos en los cajones de la sala.

Finn, al sentirse avergonzado por haberse equivocado de persona, no sabía muy bien cómo reaccionar ante la situación.

Aunque parecía que la chica no tenía muchas ganas de conversar, Finn decide romper el hielo lanzando una pregunta al aire.

Finn - Eh... Hola, ¿Buscas algo en particular? - Dice él como si le estuviera ofreciendo su ayuda.

La chica lo mira por unos segundos y regresa a su búsqueda.

Se queda en silencio un tiempo, para luego decir:

*** - Una flauta de madera de roble, tallada a mano y con una inscripción que seguramente no sepas leer. ¿La has visto?

Finn, algo pensativo, se sorprendió al escuchar la delicada voz que salió de aquella muchacha con mirada penetrante.

Finn - Diría... - El rubio se levanta de de la mesa en la que estaba sentado y rebusca en el armario donde Marceline suele guardar varias de las partituras que compone. - ¿Podría ser está? - Dice él sosteniendo una flauta exacta a la descrita anteriormente.

La chica, con una media sonrisa de alivio, se acerca rápida pero serena a Finn, el cual le entrega en mano la flauta.

*** - Muchas gracias, eh...

Finn - Finn.

*** - Gracias, Finn. Un placer. - Dispuesta a irse, se encamina hacia la puerta. Pero, antes de salir, y antes de que Finn pudiera preguntarle cuál era su nombre, la chica se para y, casi en un susurro, le dice una última cosa al rubio; su nombre. - Rose.

Y, cerrando detrás suya la puerta, la chica se va, dejando, otra vez a nuestro héroe en soledad.

Finn - De nada... Rose... - Dice Finn en un suspiro, dándose cuenta de que se volvía a encontrar en aquella situación de espera interminable.

Con pesar, vuelve a sentarse en la mesa en la que estaba anteriormente, para ponerse a pensar en lo que podrían estar haciendo las chicas para tardar tanto...

Marceline

Cogidas de la mano, cual pareja, salgo del recinto escolar con Bonnie para pasar un hermoso día juntas.

Habíamos dejado a Finn atrás, pero no me preocupaba, pues sabía que dentro de poco alguien iba a ir a hacerle compañía.

Bonnie - Vamos, Marceline, dime dónde vamos. - Me replica ella, estirando un poco de mi brazo en forma de propuesta, pero yo tenía más fuerza para dirigir su paso.

Marceline - ¿Te gustan las sorpresas? - Pregunto sin detener el paso.

Bonnie - No, me parecen una estupidez y un cosa de niños. Si de todas formas voy a ver lo que... - Ésta, al ver por fin la "sorpresa", se queda perpleja y muda.

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