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La respiración se le hizo pesada cuando percibió el olor, su corazón empezó a latir más rápido y su lobo se iba descontrolando cada vez más; el rechinido de la puerta se hizo presente mientras una delicada y armoniosa melodía rompía el silencio en aquella habitación.


— Mamá ya llegue, he encontrado todo lo que pidió — la chica deposito una degastada canasta sobre la mesa mientras dejaba su lindo reboso en el perchero — ¿mamá?.


<<Cuando yo te diga Agni>>



El futuro Alpha dio unos pasos para que se diera cuenta de su presencia, la chica asustada retrocedió unos cuantos para estar más cerca de la puerta.


— ¿Quién eres tú? — pregunto recelosa, jamás había visto aquel tipo y su sola presencia la tenía con los pelos de punta.

— ¿Esto es tuyo? — le enseño una prenda perfectamente doblada color rosa palo, el pánico surco su rostro, pensó lo peor, vaya que sí.


— ¡¿Dónde está mi hermana?! — la desesperación era evidente — ¿Por qué carajos lo tienes tú?, no me importa quien seas, si le has hecho el mínimo daño a Renata te las veras conmigo.


— Vaya, al parecer no sabes quién soy — alzo una ceja logrando verse arrogante — parece que alguien necesita ayuda — sus labios tiraron una pequeña sonrisa.



— No me importa quién seas o de donde vengas — hablo a la defensiva.



Thiago acorto la distancia de los dos, acerco su rostro lo suficiente como para ser espectador de las pequeñas pecas esparcidas en su rostro.



— Pero a mi si me interesa todo de ti — tomo el pequeño mechón rebelde y lo enredo con delicadeza en su dedo — desde el más insignificante detalle hasta tus más profundos anhelos.


<<Ahora...>>




— ¿Pero qué...? — las pregunta decayó cuando su olfato percibió el aroma más embriagador y exquisito que haya captado antes.



Sus ojos lobunos brillaron, su loba reconoció a su mate provocando que su cuerpo tiemble de tal sorpresa e incredulidad.



— Tú.... — apenas balbuceo.


— Sí, yo — su sonrisa se enancho más — soy tu mate, tuyo — acaricio su mejilla — y tu mía — murmuro a escasos centímetros de su rostro — toda mía.










30 minutos antes




— ¿Cómo te llamas? — pregunto una vez terminado el abrazo.


— Renata ¿y tú? — los adultos temieron por la manera que su hija le hablaba a aquel sujeto.


— Un gusto conocerte Renata, yo me llamo Thiago — respondió — ¿te puedo preguntar algo? — la niña asintió — ¿Quién te regalo este reboso tan bonito?.


— Mi hermana — contesto con una gran sonrisa.


Thiago estaba por volver a hablar cuando Zafir volvió, pero este no venía solo sino con una chica quien dirigió una mirada de desprecio a los tres omegas presentes.


— Así que tú eres Thiago Black — dijo una vez estuvo a unos pasos de él — soy Dánae Dagger, tu futura luna.















(...)








El silencio en aquella sala era cada vez más sofocante, todos estaban estáticos, nadie sabía que hacer o decir.


— Melissa llévate a Fara de aquí — cada vez era más difícil tener el control de su cuerpo — ahora.


— Pero... — su sobrina trataba de entender todo eso, ni bien él tampoco la tenía ya que faltaba cerca de dos meses para la transformación y que allá encontrado su mate antes no era común.

— Vámonos hija — la pequeña Fara solo asintió y siguió a su madre mientras su corazón sufría los metros de distancia.


— Ethan suelta a Fabián — intento zafarlos Daniel pero el alpha se negaba — este no es el momento ni el lugar.


— ¿Y cuándo lo será? — pregunto tosco — cuando este imbécil este jugando con mi sobrina mientras se revuelca con Leah.


El asombro entre casi todos los presentes lo dijo todo; la incredulidad, desconcierto, estupefacción, todo en uno. Las miradas iban de Leah hasta el par que se amenazaban con la mirada.


— Tú no sabes nada — por fin hablo Fabián — ni mucho menos eres el indicado para hablar.



— Cállate — siseo — no obstante sigues faltándome el respeto, recuerda quien soy yo.


— Por supuesto que lo hago — sonrió burlón — nunca olvidare que tan hijo de puta eres.


El primer golpe fue dado, de la comisura de su labio broto el primer hilo de sangre. Zafó en un brusco movimiento la tela de su chamarra de las manos de Ethan; limpio la sangre y soltó todo aquello guardado por años.




— Podrás golpearme todo lo que quieras pero eso no impedirá decirte lo basura, detestable y repugnante que eres — soltó — ¿qué?, ahora no te acuerdas de todo lo que has hecho.



— Fabián...




— No Leah, este tipo desde hace años te ha hecho sufrir y ahora se cree con el derecho de reprocharte por algo que no tiene derecho — negó — ¿o tú también ya te olvidaste de todo? porque yo no — rió sin gracia.


— Es suficiente — hablo Joseph.


— No — dijo — porque se cree con el derecho de sepárame de Fara cuando el no supo ni amar a su Luna y no olvidemos que la violo, rebajo, castigo y rechazo — vocifero — sí carajo, si estuve con Leah pero yo no sabía quién era mi mate, no le he hecho daño, no como tú.


— Te prohíbo acercarte a mi sobrina.




— Tú no eres mi alpha Ethan, yo no te obedezco a ti.





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¡SE PRENDIO ESTA SHIT!

¿Sorprendidos?, dos capítulos en la semana.


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¡Nos leemos después!


— Liz.

Sacrificio [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora