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4 meses después



El olor del desayuno hizo que su estomago se quejara, con pereza y con su cabello echo un desastre, Thiago se levanto de la cama. Un gran bostezo y unas cuantas parpadeadas para lograr despabilarse. El silencio en la case le causo escalofríos, se sintió extraño al ser el primer cumpleaños en el que su madre no fuera a despertarlo con un mini pastel y su vela. Supuso que este año seria diferente ya que su madre estaba demasiado ocupada con lo de su embrazo ya que se encontraba en los días de parir.

Camino fuera de su habitación para ir en donde dormían sus padres, quería asegurarse que su madre se encontrara bien, pero su sorpresa fue que no la encontró en la habitación, toco la puerta en las habitaciones de Joseph, Zafir, incluso en la de Dan; pero ninguno contesto. Bajo corriendo al primer piso, pero no encontró a nadie, la cocina estaba vacía, pero se veía que fue usada hace poco.

— ¿Mamá? — pregunto con cautela mientras pasaba su dedo por la harina desparramada en la encimera.

Camino hasta la puerta trasera de la cocina que coincidía con el patio, pero se detuvo antes de abrirla, camino un poco hacia la derecha para mirar por la ventana, pero esta estaba cubierta de pintura purpura; sin más remedio, abrió la puerta y lo siguiente que sintió fue su cara cubierta de confeti y su tímpano reventado por los espanta-suegras.

— ¡Feliz cumpleaños! — gritaron todos a coro mientras colocaban el famoso gorrito de cumpleaños, ese el que deja una marca en las mejillas. Pero las marcas en sus mejillas no eran nada a comparado con lo que su familia había hecho aquella mañana del 20 de noviembre*.


— Esto....— se quede mudo al ver todo lo que los rodeaba.


— Si tonto, esto es para ti — respondió Agnes, una de las gemelas — ni que tuvieras un gemelo o algo parecido — se encogió de hombros.

— Ni que tu hermana naciera en tu cumpleaños — Naima deposito un beso en la mejilla del festejado — feliz cumpleaños, amor.


— Naima ya encontró a su príncipe — brinco Renata de la emoción — ya tenemos nuestros príncipes — corrió hasta llegar donde Daniel comía su desayuno — ¿cuándo me llevaras al castillo, príncipe? — pregunto con inocencia — ¿mi hermana también puede ir?, ella ya tiene su príncipe — señalo a Thiago.


— Ehh... — trago el ultimo bocado de su boca antes de responder — mi castillo ahorita esta ocupado por un vampiro malvado — la niña tapo su boca con mera sorpresa — así que mi bella princesa, solo debemos esperar a que ese feo vampiro se marche de allí y cuando ya no este, te llevare, lo prometo.


Todos los presentes se quedaron boquiabiertos con la escena frente a ellos, puesto que nunca habían visto a Daniel Blood hablar tan meloso y cariñoso a alguien.


— ¿Y a ustedes que les pasa?, ¿han visto un fantasma o algo así? — hablo mientras servía un poco m,as de carne en su plato — ¿qué? ¿van a verme todo el día o festejaremos el cumpleaños de Thiago?


— Es que ha sido un poco raro — confeso Leah — pero tienes razón, hoy se festeja el cumpleaños 17 de mi bebito.

— Ay mamá — se tapo la cara abochornado por el apodo de su madre — hace años que no me dices así — hizo un mohín — ¿enserio tenías que decirlo hoy?

— ¿Qué tiene de malo? — pregunto con inocencia — oh, ya veo, te sientes un puro grande — tomo sus hombros — así tengas 500 años, siempre serás mi bebito — estrujo sus mejillas — ¿esta claro Thiago Black White?

Sacrificio [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora