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La chica de ojos color chocolate camino dentro de la casa con todos los sentimientos revueltos; se sentía tan fuera de lugar en aquella casa, era la segunda vez que estaba en casa de un Alpha. miro a sus padres, Renata y Nadir quienes venían a unos cuentos pasos de ella, no confiaba en nadie, ni en su propia sombra y eso solo la ponía más nerviosa.

Solo quería salir de ahí

— Sígueme — la voz de Thiago la regreso al ahora, se había sumido en su pequeño mundo.

— Estarán bien ¿cierto? — pregunto refiriendo a su familia.

— Si — se limitó a responder.

Vio como todas las personas que la habían recibido fueron desapareciendo poco a poco, de verdad que tenía curiosidad que papel jugaban cada uno de ellos.

Naima siguió a Thiago hasta que ambos llegaron al despacho de la casa, aquel lugar estaba enorme, tenía estantes de libros por doquier y ni hablar del escritorio caoba que se encontraba en el centro, era impresionante.

— Te juro que no sé como empezar esto — el puro miro a su mate.

— Ya te he dicho que dejáramos las cosas así, nada de lo que me digas podría cambiar mi decisión....

— Pero hay mucho que no sabes — hablo con un deje de desesperación — primero que nada, quiero aclarar que jamás he renegado que mi mate sea una omega, mi madre no me creo con la ideología tan machista y vieja de hace años — miro a Naima quien tenía la vista en el ventanal — no soy tan estúpido como para perder a mi mate de esa manera....


— Pero ya me perdiste — lo miro, aun recordaba aquel día donde su corazón se hizo fragmentos.

— Quizás — sonrió con tristeza — pero como te dije aquella vez y te lo vuelvo a repetir: prefiero que estés con el corazón roto a que estés inerte en una fría caja de madera — repitió lo que había dicho hace tiempo — pero las cosas han cambiado.

— ¿Y que podría cambiar? — pregunto incrédula — ¿Qué me quieras ahora como una maldita incuba? ¿o que venga a criar los hijos que tendrás con Dánae?

— Cambian muchas cosas — respondió la primera pregunta de la chica — como sabrás, mi deber como primogénito es tomar el puesto de Alpha pero todo se complica porque mis padres están dirigiendo cada uno sus manadas, antes de.....


No podía seguir, le daba coraje recordar aquel día; Ethan y Leah juntos, de nuevo, era tan difícil de digerir cuando ya sabía gran parte de su historial, sentía tanta rabia e impotencia de no poder hacer nada, no por el momento.

— ¿Antes de qué?

— Antes que decidieran volver — ambas miradas se cruzaron al igual que sus emociones — yo debía elegir una manada y la restante seria blanco perfecto para que otro Alpha peleara por ella, no podía permitir aquello, aunque mi padre fuera un maldito, lo hacía por toda la manada....

Los dos se sumieron en un silencio, Naima procesaba todas las palabras dichas por el puro mientras Thiago rezaba a la Diosa Luna para que su amada lo perdonará y volviera con él.

— Pero aun no entiendo porque te comprometiste con ella.

— Porque era la única manera de salvar ambas manadas.

Tomo aquel libro viejo y pesado que se encontraba en el escritorio, empezó hojear las paginas hasta que llego a la indicada.

— Quizás debas leerlo — se lo entrego — puedes verificar que te digo la verdad.

Naima tomo el libro con el corazón latiendo como loco, se sentía desfallecer ante todas las palabras de Thiago, respiro para armarse de valor y empezó a leer.







Sacrificio [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora