Sacrificio [2]

17

La vegetación era más evidente por el camino, sus ojos no se despegaron frente a la ventanilla, no quería hacer ningún contacto visual con las personas que se encontraban dentro del auto y más cuando las lágrimas traicioneras bajaban por sus mejillas.

Solo tenía escasos 17 años, pocos para unos y muchos para algunos, era confuso, pero para ella no lo era, todo iba bien los primeros 15 años; pero había llegado su transformación, recordaba el año antes de los 17, había sufrido fuertes dolores en el cuerpo entero y delirios en las noches. Todo se calmó al cumplir los diecisiete y con la llegada de su loba, ansiaba con toda el alma encontrar un buen mate, un compañero que la amara tanto o más como su padre amaba a su madre.

Pero no todo es como deseamos.

Miro una vez más hacia tras, tenía miedo de que en cualquier momento el auto donde venía su familia ya no se encontrara; suspiro con alivio.

— No es ninguna trampa — escucho la voz del conductor — una de las cualidades de New Moon es el honor a nuestra palabra, jamás le mentiríamos.

— ¿Entonces por qué no voy en el mismo auto que mis padres?

— Sera mejor que Daniel te lo explique — mire al vampiro por inercia, aquel hombre de tez pálida y destellos rojos en sus ojos.

— Cobarde — murmuro el tipo — no sé porque aún eres beta de la manada, si yo fuera Eliot ya te habría botado — respondió con desdén.

— Sigue soñando — sonrió con burla.

— Perro pulgoso.

— Chupasangre.

— Ni yo caería tan bajo — hizo una mueca — pero contestando a nuestra Luna — retomo la pregunta de Naima con normalidad — hay unas cosas que aclarar.

— ¿Cómo qué? — pregunto a la defensiva.

— Tengo entendido que ya sabes quién es Thiago ¿no? — asintió — heredero de dos grandes manadas, pero de seguro eso ya lo sabe.

— Se todo lo que se dice en los pueblos — respondió mirando de nuevo por la ventana trasera, el auto seguía ahí — pero no creo que todo sea cierto o que ellos sepan toda la verdad, la cual ustedes tratan de decirme ¿o me equivoco?

— Suertudo mi sobrino — bromeó Logan, aunque no era pariente cercano del sobrino de Eliot, lo consideraba uno — serás una buena Luna — afirmo.

— Yo no pienso estar con ese mentiroso — escupió con desprecio — no sé porque me llevan con él cuándo me dejo muy claro que se unirá a Dánae ¡yo no pienso ser una maldita concubina!

Nadie dijo nada, Logan miro a Daniel en busca de una respuesta, al parecer la futura Luna tenia teorías muy erróneas.

— No serás concubina — hablo después de unos minutos Daniel — creo que esta mas que claro que tu puesto es de Luna....

— ¿Pero si yo no quiero serlo? — corto las palabras del vampiro — ¿Qué si yo no quiero estar junto a él? ¿Qué tal si amo a alguien más?

— Entonces tendrás que decírselo a Thiago en persona — hablo el beta de New Moon.

— No quiero verlo.

— Al parecer no estás en tu día de suerte — hablo enseguida Daniel — bienvenida a la manada New Moon.

Solo en ese momento se dio cuenta de todo, había llegado a la manada de ensueño, aquella de la que todos hablaban por su buen trato, la justicia, honestidad y amor que envolvía la manada.

El auto se estaciono frente una gran casa, ni muy ostentosa ni muy simple; miro perpleja ante el lugar, miro la fachada de la casa y no tardo en compararla con la mansión de su antigua manada, en aquel horripilante lugar donde el alpha desbordaba lujos y su manaba pasaba hambre y carecía demasiadas cosas.

Su corazón latió como un loco cuando lo vio, su semblante era ansioso, su mirada cansada y eso lo comprobaba las grandes ojeras, su cabello despeinado y su ropa echa un desastre.

— No eres la única que la ha pasado mal — le dijo Logan en voz baja — deberías hablar con él, hay muchas cosas que aclarar — y sin más se bajó del auto.

Se había quedado sola en el auto, miro hacia atrás y vio cuando su familia y Nadir bajaban del vehículo del que veían. Miro una vez más a Thiago, este apenas y dio unos cuantos pasos, se notaba lo tenso que estaba; suspiro con resignación, se armó de valor y bajo de aquel vehículo, apenas y cerró la puerta cuando los brazos de Nadir envolvían su cuerpo.

— ¿Estas bien? ¿no te han hecho daño? ¿Quiénes son ellos? ¿los conoces? — la empezó a bombardear con preguntas, se aturdió por un momento, había pensado por un segundo que los brazos eran de Thiago y no de su mejor amigo, ignoro la pequeña amargura en su paladar.

— Estoy bien Nadir, no me han hecho nada — trato de responder en el orden de las preguntas de su amigo — son integrantes de la manada New Moon, no, no los conozco, pero.....

— Pero son guerreros de mi madre — hablo una voz tan conocida para ella, el alma casi abandonaba su cuerpo cuando vio la furia en sus ojos — muy pronto míos y desde luego que, de ella, mi compañera, mi Luna — dijo las últimas palabras con un deje de posesividad — así que te ordeno que la sueltes, ahora.

Todos los presentes se quedaron mudos antes las palabras del puro puesto que este nunca se había mostrado tan posesivo.

— No es cierto — se negaba a creer que su mejor amiga fuera compañera del puro — dime que está mintiendo — el dolor en su rostro era evidente, así como el amor que sentía por ella, no era un secreto lo que Nadir sentía por Naima.

Thiago estaba a nada de perder la cordura, había estado como loco al enterarse de que mate estaba huyendo, que Bladimir casi se la lleva y ahora el, aquel tipo que tenía a Naima en sus brazos.

— Jamás mentiría con eso, es sagrado para mi familia...

— Cállate — casi grito — eres un maldito mentiroso, un farsante— se limpió sus lágrimas sin una pisca de delicadeza, estaba enojada, herida, rota — no pretendas que me tire a tus brazos cuando me has dejado claro que prefieres a Dánae por ser hija de un alpha, que te convenía ella más que nada, que la preferías estar con ella que con una simple omega.

— Que estés con el corazón roto a que estés inerte en una fría caja de madera — cito aquellas palabras que dijo con el corazón en la mano, lo recordaba muy bien — necesitamos aclarar muchas cosas Naima.

— No hay nada ya — se aferró al brazo de Nadir — olvídate que existo, que alguna vez nos conocimos que yo haré lo mismo.

— Pides mucho y das muy poco — camino un poco más — tu familia será llevada a unas habitaciones — miro al chico frente a el — y supongo que el también — no le agradaba en absoluto tenerlo bajo el mismo techo, pero supo desde el primer momento que ese chico era importante para su amada.

— Pero ya te dije....

— Solo te pido que me escuches, que entiendas todas y cada una de las razones de mis palabras, acciones y sí a pesar de haberte dicho todo aun quieres irte, no te detendré, te dejare ir.

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Ya llegue AHAHAHAH

Un mes sin actualizar, sé que merezco más que unos buu

Pero ya estoy aquí, no sé si actualizare la prox semana, las tareas y entregas en la Universidad madamas caen de repente.

¡Gracias por esperar!

¡Nos leemos después!

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— Liz <3