XXXVII

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Me recostó sobre su cama luego de haberme tomado por la cintura, chocando nuestros pechos desnudos, y llevarme a su habitación. Había seguido besando mis labios hasta el momento que mi espalda chocó con su cama. Se volvió a cernir sobre mí, introduciéndome sobre sus piernas y alzando mi falda de paso.
Seokjin era paciente. Besaba cada rincón de mí para que los pequeños nervios desaparecieran, entonces sus manos se introdujeron por el interior de mis piernas, que inconscientemente se abrieron por si solas, y tiraban de mi ropa interior, dejándome por fin desnuda –en algún punto la falda también ya había sido despojada-.  Seokjin estaba ya en ropa interior, también después de la sesión de besos que nos habíamos dado por mucho tiempo.

—Necesito que no estés tensa, OhJi. Esto puede doler solo un poco, pero ayudará para que luego no duela casi nada.

Seokjin me habló suavemente, cuidando de sus palabras. Asentí, pero no podía, estaba tensa aún. Al ver eso se acercó— No va a doler, ya verás, estás muy mojada.

Y mientras hablaba introdujo un dedo. Abrí la boca de la sorpresa, pero no salió ningún sonido. Solo se sentía extraño. Y era normal, nunca había tenido nada dentro de mí, entonces Seokjin empezó a moverlo luego de unos segundos mientras volvía a besarme. Daba círculos, tratando de estirar lo que había en mi ser y empujando lo más que podían sus dedos. Mis pezones parecían tomar vida pues eran muy sensibles y el frío –apenas unos 15 grados- de esa tarde no ayudaba mucho. Los ponía muchísimo más sensibles de por sí. Su boca volvió a mi cuello, succionando, entonces tomé su cabello con suavidad, y en ese preciso momento, la presencia de un segundo dedo apareció, chocando mis paredes, apretándose más. Esta vez un gemido sí salió de mí. No, no, no había dolido, pero se sentía extraño aún, pero bien a la vez. —Bien, esa es mi chica.

Susurró, frotando una vez más, esta vez más firme y con menor temor de herirme. Su boca buscó mi pezón derecho y cuando su lengua le rozó mi espalda se curvó. ¿Qué diablos era ese sentimiento? ¡Se sentía muy bien! Jin me hacía sentir muy, pero muy bien. Y cuando llegó el tercer dedo, chillé.

Tensándome una vez más. Ese sí había dolido un poco. —Pasará, pasará.

Y tal como lo dijo, el dolor solo duró pocos segundos y el proceso se repitió por tercera vez, pero esta vez Seokjin ya no me besaba, sino que se había puesto de rodillas sobre la cama, y miraba mi entrada y como me retorcía por el placer que él generaba. Seokjin me estaba matando.

Pronto la sensación que tenía en mis piernas desapareció. Seokjin había retirado sus dedos de mi interior, y miró sus dedos. Había un líquido espeso entre ellos de un color transparente. ¡Dios mío, estaba muy mojada! —Has sangrado un poco, debió ser el último. Lo siento si te herí.

No, no lo había hecho, me arrodillé también, gateando hasta él, buscando su boca. —Nunca me herirías, amor.

Le dije amor.  Era la primera vez que le llamaba así y su sonrisa me dejó embelesada.

Lo sabía, debí haberte dejado cuando vi esa estúpida sonrisa.

Blind + Ksj + Kth ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora