CXXXVI

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Tres semanas. Tres semanas en las que había vuelto a Seokjin sin pensarlo mucho. Mi todo ya no era de él desde hacía mucho, desde el día que conseguí mis respuestas, pero debía admitir que cada vez que Seokjin sonreía de esa forma bella y sincera mi corazón latía de otra forma. Así que me recriminaba a mí mismo por tal debilidad cuando ya sabía que mis sentimientos estaban muertos ya

Cuándo crucé la puerta le vi concentrado dibujando. Seokjin había estudiado arquitectura dejándolo en su último año. Lo retomaría apenas salga de todo esto, pronto. Seokjin alzó su mirada, sereno, y luego sonrió.

—Te he traído fruta y algunas películas antiguas para ver hoy.

Él sonrió. En la habitación había una pequeña televisor antigua, de aquellas que eran muy populares en los inicios del 2000. Grandes y gordas. Le había pedido permiso a una de las encargadas si lo podía usar junto con el dvd en ella. Había sido casi un milagro encontrar películas en CD sin que estén rayadas en casa. Me había tomado, incluso, casi toda la mañana del sábado. Me acerqué poco a poco, entregándole las naranjas que tanto amaba. —Las prepararé por ti. ¿Puedes encargarte de poner la película? oh...¿Puedo ver?

Le dije mirando su boceto. Seokjin a veces no hablaba mucho después de su medicación y sabía que no llevaba mucho. Me sabía su horario. Me lo tendió suavemente y observé bien. Éramos los dos en la habitación, abrazados mirando por la ventana. Una sonrisa salió de mí de forma inconsciente. Era dulce, pero no real. Seokjin no podía tocarme. No se lo permitía.

—¿Te gusta?

Le miré y asentí. Era bastante bueno, sinceramente. —Es lindo ¿Me lo vas a regalar?

—Junto con mi corazón, sí.

Ignoré su mirada. No le diría nada a esas palabras así como nunca le respondía sus insinuaciones.   Yo no iba a volver a caer. Seokjin se había vuelto tierno todo este tiempo. Muchísimo, tanto que hubiera deseado que fuera así desde el inicio, pero desgraciadamente Seokjin solo lo hacía para recuperarme aún cuando claramente le había dicho que eso no pasaría.  Mi ser no le perdonaba del todo daño, pero al menos lo único que podía darle era sonrisas.  —Bien, prepara la película. Yo voy por las naranjas.

Me levanté de su cama y tomé la bolsa, quitándosela de las manos y dejando su boceto a un lado. Seokjin hizo lo mismo. Eran películas de ciencia ficción y alguna de romance. No había de acción por temor que hubiera algo de violencia en ello. Temía que eso tuviera un efecto negativo en él.

Me dirigí al baño y las lavé. Desde la puerta, abierta, pude ver a Seokjin frunciendo el ceño. No tenía ni idea cómo usar eso incluso cuando él estaba más familiarizado con televisores de esa época que yo. Sonreí. Debía admitir que Seokjin así me agradaba aunque no debería.

Él definitivamente ya era alguien muerto en mi corazón.


Buenos días 💕💕💕
no se olviden de dar amor a la obra para que pronto seamos 10k (ayer llegamos rápido a los 9k sin querer) ❤
Que tengan un buen día bellas 💖💖💖💖

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