Prólogo

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—¿Estás seguro de esto Steve? — se pasó las manos por la falda de manera nerviosa. Trataba de alisar arrugas que solo ella veía por culpa de los nervios. Sus ojos mostraban el miedo que sentía por tener que enfrentarse cara a cara a la otra persona que había amado el rubio.

Era gracioso pensar que tenía miedo de hablar con una anciana que había creado SHIELD y se había encargado de darle un nombre a las mujeres allí. Ella la había conocido hacia años, no se acordaría de ella (menos teniendo en cuenta que tenía alzhéimer).

—Sí, está en uno de sus días buenos y quiere conocerte él cogió sus manos con cariño queriendo volver a sentir la tersa piel de la chica contra sus dedos. Sintió el cosquilleo habitual que acompañaba a los nervios de la chica. Llevaba una camisa azul y unos pantalones vaqueros junto a unas botas hunter que le había regalado la chica.

Ella tenía un vestido que aparentaba tener dos partes, la parte de arriba era una especie de camisa de solo un hombro de color blanco roto. Por otra parte, la parte de la falda era de color violeta con flores de color blanco roto como la camisa.

Él abrió la puerta para que Rebecca pasara primero, al entrar él sonreía un poco nervioso de la situación que se avecinaba. A pesar de querer a la morena, Peggy Carter seguía siendo la persona que había amado y seguía haciéndolo. En el fondo, si tenía que elegir elegiría a la anciana por encima de la reina. Ambos lo sabían sin siquiera habérselo planteado.

La mujer de pelo gris estaba tumbada en la cama de la residencia con la mirada perdida. Estaba muy empeorada a ojos de la mujer que la había conocido hacía años. Aún así, parecía tener la misma fuerza que había tenido para luchar contra todo un país. La inglesa los miró con alegría al entrar. Sus arrugas mostraban que era una persona que había sonreído mucho.

—¡Steve, has vuelto! — habló de manera entrecortada como si le costara respirar — ¡y has traído a la chica! — hizo gestos con las manos para que ambos se acercaran a la cama. Ambos se acercaron. Ella se sentó más cerca porque el rubio se paró para coger un vaso de agua que tendió a la anciana. Ella lo aceptó gustosa.

La mirada que le daba Steve a la mujer en la cama lo era todo, al verla el mundo de Rebecca se paró. No podía creer que la mirada de alguien pudiera transmitir tanto amor y cariño como lo hacía el océano de su mirada. Sintió una punzada de celos y tristeza al pensar que nunca la miraría así. Sus miradas se separaron por culpa del sonido del teléfono que hizo que Rogers saliera por la puerta.

Eso hizo que la mirada de la anciana se quedara en la chica. Se sintió completamente observada y analizada durante unos minutos hasta que la ex agente habló.

—Soy Peggy Carter, hija — su voz era suave y tranquila — él me ha hablado de ti. Te quiere mucho

—Soy Rebecca, es un placer conocerla — respondió nerviosa sin entender que hacía hablando con la ex de su novio, no sabía que decir o hacer. Evitar decir que la quería pero no tanto como a ella estaba descartado por razones obvias.

—Dale tiempo, los sentimientos nunca fueron fáciles para él— no sabía qué tipo de habilidad tenía la anciana, pero tenía la capacidad de saber que era lo que estaba pensando la mujer allí presente —¿Te trata bien? — preguntó la anciana de vuelta para hacer a la chica sonrojarse aún más, aunque sonrió porque la mujer trataba de ser agradable y descubrir lo que no había podido descubrir ella durante la guerra. El respeto y el cariño formaban parte de su voz. Aquello tranquilizaba mínimamente a Rebecca.

—Sí, es el mejor — respondió ella con una sonrisa sincera. Solo había tenido dos relaciones reales y Steve superaba al primero con diferencia.— ¿Su sobrina vino a verla hace mucho? — no sabía de qué hablar, y lo único que las unía a parte de Steve era aquella rubia amante de las misiones y de SHIELD. Prefería hablar de ella antes que seguir hablando del Capitán América.

—¿Conoces a Sharon? — añadió ilusionada la anciana, que la conociera significaba que ella era importante en la organización. No quería decirle que ya no lo era, que SHIELD estaba acabado pues Steve le había avisado de que no se lo habían dicho.

—Sí, trabajé dos veces con ella en misiones y entrenamos juntas — relató la morena relajando sus músculos un poco más. Si ella decidía tirar de ese hilo tenían un rato de charla pudiendo ignorar al rubio que estaba fuera hablando por teléfono, la chica odiaba hablar de sus sentimientos y sus relaciones.

—Qué bueno, hija mía, por eso también me habló de ti — en ese momento fue cuando ella se empezó a sentir incómoda. No sabía que podía haber dicho la rubia de ella, nunca se habían llevado realmente. Eran profesionales pero pertenecían a dos grupos completamente distintos, ella solía salir con un agente solitario llamado Grant Ward en su adolescencia. Y él odiaba a María Hill, por lo que al final nunca fueron amigas realmente — Le caes bien dice que trabajas bien y que tienes un buen corazón

Ella no sabía que responder a aquello, no quería responder a los halagos de la mujer pues era muy ególatra. Ella creía que Sharon era una gran agente, pero Peggy ya lo sabía, no necesitaba aquella referencia. Por otra parte, era imposible no pensar en rencillas pasadas con ella cuando trató de salir con Rumlow.

Eso fue años después de haber estado con Ward. Ella había empezado a trabajar con una misión en Qatar, cuando volvió se encontró a la rubia cenando en plan romántico con el que en aquel momento era su novio. Ella le dijo, literalmente, "Brock acabará conmigo, no te esfuerces". Luego había madurado y le había pedido perdón, aunque no se olvidaría de lo imposible que le hizo ciertas cosas hasta entender que estaba comportándose mal. Por suerte el rubio irrumpió en la habitación llevándose la atención de ambas.

Rebecca dedujo que había pasado algo importante cuando vio su cabello revuelto, eso acababa con su cordura por completo. Steve era aún más guapo desde que se había adaptado más o menos al estilo de la época, ella notaba aquello a kilómetros. Como siempre, él no se daba cuenta de aquellas miradas por parte de su novia.

—Lo siento mucho Peggy, tenemos trabajo — pidió perdón rápidamente antes de coger su abrigo y el de la chica. El invierno había comenzado de manera fuerte y despiadada.

—Cuídense — ella sonrió quitándole su abrigo a Steve antes de salir. Le quería muchísimo pero odiaba que fuera tan caballeroso del estilo siglo XX, abriendo siempre las puertas ayudándola siempre a ponerse el abrigo... Sentía que él hacía el triple por ella y no le gustaba sentirse inútil.

—¿Dónde tenemos que ir? — preguntó la chica cuando llegaron a su coche. Como hacía frío y ella iba en falda habían decidido coger su coche. Llevaban unas semanas pasando más tiempo en casa el uno del otro que en solitario. Pronto acabarían viviendo en una sola, ella ya tenía un cepillo de dientes en la casa del chico y ropa que alternaba con sus camisas.

—A una base de HYDRA que está al lado de una ciudad llamada Sokovia — ella asintió antes de encender el motor, al ser su coche conducía ella por mucho que se quejara el rubio (le gustaba mucho su coche y amaba conducirlo). Además, conducía mejor que él. 

Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora