Capítulo 4

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Antes de empezar quiero avisar de que este capítulo consta de 2 partes. Aquellos que no queráis leer contenido adultos debéis saltaros el Capítulo 4 (II). No pasará nada relevante para la historia. 

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Steve ayudó a la chica a levantarse cuando se tambaleó debido a los calmantes. Su ropa ya no era la de batalla. Vestía un chándal y una camiseta de Steve que le quedaba enorme. En ese momento intuyó que estaba en la habitación del rubio y no la suya. Antes de decir nada el chico ya se había sonrojado.

—Tuve que cambiarte de ropa para que Banner pudiera curarte — ella rio por el sonrojo del chico, su timidez para ciertos temas era impresionante. A la vez sentía cariño al notar que para el chico aquello era un paso realmente duro, por eso nunca habían llegado a más.

—No te preocupes Steve — negó con una sonrisa antes de bostezar ampliamente — ¿podemos ir a comer? Tengo la impresión de haber dormido siglos — cuando fue a mover el brazo derecho notó la cantidad de venda que lo cubría. Debía de ser una gran quemadura, aquella niña... No se dijo a sí misma No puedes odiar a una niña que no sabe lo que hace, no debes.

—Sí claro, el resto se alegrará de verte despierta — ella asintió andando por la torre. Steve iba a su lado atento por si los calmantes volvían a hacer fallar las piernas de la morena. De paso aprovechó para mirar sus facciones de nuevo. El terror había desaparecido de sus ojos, en su lugar, la chica lucía unas grandes ojeras que explicaban como no había descansado nada durante su sueño.

Al llegar al salón (que estaba conectado con la cocina) se encontró a Clint en el mismo estado que ella. Aunque a él le habían aplicado el método de la doctora Cho. Ella no la había conocido aún.

—Quédate aquí, ahora te traigo comida — ella asintió viendo como el rubio desaparecía por la puerta. Se sentó junto a Clint llamando su atención. Él sonreía hacia ella antes de hablar.

—La Doctora Cho quería mirarte eso cuando despertaras — ella asintió antes que un plato de comida apareciera frente a cada uno de ellos. Steve había traído comida para Clint también — Gracias Steve

—No te preocupes — él sonreía mientras se tomaba la carne que había preparado — ¿qué tal te encuentras? — Steve era un amor de persona, no podía evitar pensar aquello cada vez que veía como se preocupaba por cada miembro de los Vengadores como si fueran su familia. En el fondo, no podían evitar sentirse como una familia cuando se salvaban la vida unos a otros cada día.

—Muy bien, la Doctora Cho es impresionante — al acabar sus platos fueron hacia donde estaba la doctora.

—Buenas tardes, Rebecca, necesito ver la herida y necesito ir a por unas muestras de tu tejido que recogió Bruce, ahora vuelvo — vio como la coreana se iba antes de tratar de quitarse la camiseta, el dolor en el hombro derecho hizo que dejara de intentarlo. Su frustración era notable a leguas, se sentía una completa inútil al saber que si se quitaba la camiseta la quemadura dolería aún más. Iba a tener que pedirle ayuda a Helen, cosa que no le apetecía nada.

Steve apareció en la sala antes que la mujer, él vio la cara de la chica. Roja por la vergüenza y la furia de no ser independiente para algo tan simple. Trató de acercarse manteniendo una pequeña sonrisa en sus labios.

—¿Qué te pasa?

—No soy capaz de quitarme la camiseta y la Dra. Cho me pidió que lo hiciera — se quejó ella mirando a otro sitio. Normalmente odiaba sentirse inferior al resto, con Steve eso se multiplicaba. No quería que pensara que era un desastre pues su opinión era una de las pocas que realmente le importaba. No quería escuchar ninguna crítica de su parte.

Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora