—Hoy viene Stark...— Steve no estaba contento con aquello. Rebecca sabía que él no quería ver la decepción en los ojos de su amigo. Suspiró desde el otro lado de la habitación que compartían.
—Saldrá bien, ya verás. — No era la primera vez que vivían una situación tan tensa. Sin ir más lejos, habían tenido que declarar en juicio como culpables del destrozo de propiedad pública y privada. Tampoco era la primera vez que moría gente por culpa de sus acciones, aunque nunca habían sido tantos y de una forma tan negligente.
—No las tengo todas conmigo. Además, hablé con Wanda y no estoy seguro de que vaya a aguantar. — Ese era un problema mayor. Su marido había conseguido tranquilizarse y seguir con su vida – ella estaba segura de que la culpa le seguía carcomiendo, creía que seguía viendo los reportajes en los que hablaban de lo ocurrido en África –. Mientras tanto, Wanda seguía sin salir de su habitación. Apenas conseguían que Steve pudiese hablar con ella.
—Ve a su habitación y vuelve a hablar con ella antes de que llegue. — El rubio la miró y alzó una ceja serio.
—¿Crees que funcionará? — La fe del hombre en su persona la agradaba más de lo que podía decir en alto.
—No estoy segura, pero sabrá a ciencia cierta que vamos a estar con ella. No dejaremos que cargue con todo sola. — Steve se acercó a Rebecca. Dejó un beso en sus labios con toda la devoción que sentía por su persona. No se imaginaba mujer mejor con la que casarse, incluso cuando hubo una época en la que creía que nunca superaría a Peggy. La reina podría haberse enfadado y haberle echado en cara que si ella hubiese estado en el país africano no habría habido una desgracia, en su lugar, se había dedicado a reconfortarle y a intentar unir de nuevo al equipo.
—Eres increíble, ¿te lo he dicho ya? — No se imaginaba a alguien mejor con el que crear una familia.
—Sí, pero puedes repetirlo todas las veces que quieras. — En respuesta, rodeó su cintura con calma. Una sonrisa abarcaba todo su rostro.
—Te amo, te amo tanto que no sé qué haría sin ti. — La sangre de la morena se heló al escuchar aquello. Sabía que moriría, la mismísima Anciana lo había dicho. Necesitaba asegurarse de que Steve estaría bien pasase lo que pasase.
—Yo también te amo. — Lo besó con el único fin de hacer desaparecer el frío que se había instalado en su espalda baja de forma continua.
—¿Deberíamos empezar el día? — En el fondo ambos querían quedarse en su burbuja de forma indefinida, sus responsabilidades impedían aquel deseo.
—Creo que sí, por desgracia. — Era divertido pensar que ambos habían salido a correr juntos aquella mañana y que empezar el día solo significaba tomar el papel que habían adquirido por culpa de lo años.
—Iré a hablar con Wanda, tú consigue que Crystal vaya al colegio. No quiero que esté aquí cuando llegue Tony. — Asintió. La educación de la muchacha y el alejarla del centro del huracán era una prioridad para ambos. No había duda en aquel punto: la inhumana debía estar a salvo y aparte de cualquier medida— Estás bien con ella, ¿no?
—Sí, le pedí perdón y aprendí de mis propios errores. Nos vemos luego, cariño. — Robó un último beso de sus labios antes de encaminarse hasta la habitación de su tutoranda.
No había tanta alegría en la mansión después de lo ocurrido. Su tensa situación con la muchacha, que Steve había descubierto unos días después cuando salió de su propio trance, solo había mejorado gracias a aquellas disculpas. El resto tampoco tenía mejores ánimos. Lo único bueno era que los entrenamientos habían vuelto a la normalidad. Al llegar, llamó a la puerta dos veces con bastante fuerza.
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Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)
FanfictionResiliencia: (RAE) 1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. ꧁_______________________________꧂ Todo se ha solucionado; bueno, casi todo. HYDRA y SHIELD han caído y Rebecca por fin p...