Capítulo 10

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—Rebecca...— Stark fue el primero en darse cuenta de su presencia. Tenía unas grandes ojeras que no se comparaban con lo que habían sido los ojos rojos e hinchados de la chica el día anterior. El resto del equipo se giró para ver como la morena tiraba el bolso en el sofá, levantó una mano para hacer callar al multimillonario. Probablemente era uno de los movimientos que más hacía cuando estaba enfadada.

—Déjalo, no es el momento — por mucho que quisiera confiar en el moreno la creación de Ultrón sumado al golpe bajo que le había dado hacían que se negara a hacer sufrir un poco al hombre, por lo menos hasta conseguir organizar su mente — ¿Informe de la misión? — añadió mirando a su novio. Él la miraba orgulloso e impresionado de encontrarse con la muralla infranqueable de aquella mujer que tocaba el piano la primera vez que la vio, la chica que le había hecho tartamudear y que había ignorado varias llamadas del mismísimo Nicholas Fury. Allí estaba esa mujer independiente que podía encargarse de llevarte a la muerte en menos de dos segundos.

—Iremos al barco en el que se encarga de sus negocios Ulysses Klaue — la voz del rubio fue neutra, sabiendo que cualquier sentimiento era rechazado por Rebecca si estaba en el modo coraza solitaria — Ultrón va a adquirir Vibranium, no podemos permitirlo.

—Está bien ¿cuándo sale el quinjet? — solo en ese momento se paró a mirar a sus compañeros. Natasha ya vestía aquel traje típico de S.H.I.E.L.D sin nombre y con sus preciadas muñequeras de sistemas de electro-shock. Por otro lado, a Steve solo le faltaban la camiseta y el escudo para llevar su uniforme. Clint parecía estar listo y Banner no necesitaba llevar nada. Entendió que se iban a preparar mientras llegó, pero la ayuda de la Anciana para transportarse había facilitado mucho su vida.

—Ya — asintió a la afirmación del rubio. Cogió el bolso con cuidado para andar hacia el ascensor. Dio al botón con calma antes de girarse hacia sus compañeros. Alzó las cejas en señal de pregunta, solo Natasha y Clint entendieron aquello con una risilla. La acompañaron en su viaje a los pisos superiores, al helipuerto en concreto.

—Steve estaba de los nervios — comentó Natasha de manera juguetona para fastidiar brevemente a la ex espía de SHIELD. Las mejillas de Rebecca se sonrojaron levemente al darse cuenta de que no había escrito al chico para decirle que había encontrado el sitio. Sabía cómo era él, era un hombre de acción que odiaba dejar a una compañera sola (o a un compañero) mientras él se encerraba en una habitación a hacer papeleo, más si ella o él llegaba a algo más íntimo con él — no sé qué harías para olvidarte de lo de ayer, pero no le hizo gracia

—Respecto a eso...— ¿cómo podía explicarles a ambos a que se refería Stark? Nunca había querido contar aquella parte de su vida a otra persona que no fuera Steve. Ahora se veía con la necesidad de contarlo, para que ellos siguieran confiando en ella. No podía dejar que la miraran distinto por aquel momento.

—No te preocupes, esperaremos a que nos lo quieras contar. Confiamos en ti — la mano de Clint en su hombro fue tan reconfortante como desestabilizadora para la morena, quién acababa de darse cuenta de que eran una familia real. Incluso aceptando a la gente sin saber todo lo que llevaba, confiando unos en otros de manera total. Y, contra todo pronóstico, agradeció sentirse de nuevo siendo parte de algo no tan grande como SHIELD, pero sí igual de importante.

Se dejó caer en su asiento del quinjet para dejar su bolso al lado. Esperó sacando uno de los libros, al no reconocer la lengua en la que estaban escritos hizo una foto antes de hablar con JUNE.

—JUNE, analiza que lengua es y consígueme un traductor simultáneo — la respuesta de su interfaz, elemento que se había convertido en algo fundamental para su día a día (le ahorraba mucho tiempo).

Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora