Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)

Capítulo 20

Llamó a la puerta con calma, May Parker abrió de manera adorable. Ella se acordaba del niño que se hallaba en el interior de la sala, aquel al que había conocido durante el ataque de Nueva York. Sin embargo, no podía dejar que él se diera cuenta de quién era ella. Por suerte, parecía que ni él ni su familia había buscado información en las filtraciones de SHIELD.

—Buenas tardes, pequeña, ¿qué tal? — la dulce voz de May hizo que Rebecca sonriese a pesar de tener su mente en los sucesos de otro país.

—Hola señora Parker, ¿ya acabaron el trabajo? — preguntó la morena aceptando a entrar en la casa de la amorosa americana.

—Sí, Harry, Peter y Crystal están en la habitación. Había pensado en invitaros a cenar ¿te parece? — en el salón estaban los cuatro preadolescentes viendo la televisión junto al marido de la mujer, Ben Parker. Eran una familia humilde a la que ella intentaba recurrir lo menos posible debido a su situación económica.

—No, tenemos que irnos — negó la heroína, más por no querer aparentar normalidad que por no querer disfrutar de la deliciosa comida de la mujer.

—Bueno, está bien. Esta vez te lo paso, jovencita, pero a la siguiente tendrás que aceptar mi comida — asintió con una sonrisa falsa adecuada para cualquier situación antes de fijarse en el salón con detenimiento. Estaban Crystal junto a Peter y a Harry (sus mejores amigos desde que había ingresado en aquel colegio de Queens).

—Lo siento mucho, señora Parker, a la próxima no fallaremos — asintió para recibir la queja de la más mayor

—Llámame May, te lo he dicho mil veces — sonrió incómoda antes de acercarse al salón.

—Crystal, vamos, debemos irnos — habló a la pelinaranja. Ella se giró hacia Rebecca para hacer un puchero. Negó con firmeza, después de dejar marchar a Steve a una misión no estaba para escuchar reproches por parte de su tutoranda — no, no hay opción a quedarse más tiempo, tu tía Natasha nos espera para cenar

—Está bien — había notado la amenaza implícita escondida en la voz de su tutora, no era bueno tener a aquella mujer en su contra. Por su postura, no estaba nada contenta por alguna razón que ella desconocía.

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—¿Por qué cenaremos con Natasha? — preguntó sin entender a que llevaba todo aquello, la contraria la miró de reojo sin perder de vista la carretera. Obviamente notaría la falta de Steve por lo que tarde o temprano sería necesario que se lo contase.

—Steve está de misión, debemos ir a la mansión — rodó los ojos. Crystal odiaba ir a la mansión. Se sentía recluida de una manera inmensa. Se sentía de vuelta con su familia real, atada a todo lo que se esperaba de la familia real. Por una vez, podía hacer muchas cosas que ni siquiera pensaba posibles.

—Jo...— Rebecca la chistó por el intento de insulto.

—Esa boca, Crystal, ¿qué te he dicho sobre eso? — negó exasperada sintiéndose más como una madre que como la especie de hermana mayor que estaba destinada a ser.

—No estás contenta con Rogers, ¿tanto te molesta que se vaya? — había aprendido de Stark la mala costumbre de defenderse con uñas y dientes haciendo más daño al contrario. Nunca podías perder si el otro tenía la sensación de haber perdido (por mucho que sus palabras te hubiesen destrozado).

—No es eso, si estoy feliz con él. No me convence la misión. No me fío — la pelinaranja no indagó más al ver que Rebecca solo había hablado hasta allí. Su entrenamiento le permitía guardar la información lejos de todo el mundo, el único que la conocía para saber si mentía era el rubio.